Un estudio de la Universidad de Georgetown vincula
PIB per capita con religiosidad
a gente practica más su fe donde más difícil es hacerlo... y cuando tiene menos recursos: lo explica el último estudio de la Universidad de Georgetown.
Con cada vez más frecuencia se oye hablar en los países occidentales del "catolicismo no practicante", del "catolicismo cultural" e incluso más recientemente del "catolicismo ateo". Se trata de unas tendencias que en mayor o menor medida afirman seguir las implicaciones de la religión católica en el día a día o en algun aspecto, pero que relegan los preceptos y la práctica de la fe a un segundo plano o incluso a la inexistencia.
Desde hace algunas décadas, el Center for Applied Research in the AUnpostolate (CARA) vinculado a la Universidad de Georgetown hace un minucioso seguimiento de este fenómeno a través de su Encuesta Mundial de Valores, recopilando datos de la vivencia de fe en multitud de países de todo el mundo.
La última de ellas, publicada el 23 de enero por el blog de CARA, Nineteen Sixty-four, arroja interesantes conclusiones sobre la práctica religiosa centrada en la asistencia a Misa en base al estudio de 36 países.
Una de ellas es que algunos de los países en los que los católicos están más perseguidos es donde la práctica religiosa es más frecuente.
Nigeria, Kenia o Líbano, a la cabeza en práctica religiosa
Así, en Nigeria -que según Open Doors ocupa el 6º lugar en su lista de países donde el cristianismo es más perseguido- se da el mayor porcentaje de asistencia a Misa: un 94% de los católicos nigerianos van a Misa una vez por semana o más.
Le sigue Kenia, donde la organización islámica Al-Shabaab oprime a la población cristiana con frecuentes atentados, secuestros y diversos tipos de discriminación: según CARA, el 73% de los católicos va a Misa una vez por semana o más. Líbano ocupa el tercer lugar de práctica religiosa y asistencia a Misa, con un 69%.
Un tercer nivel aparece representado por Filipinas, Colombia, Polonia y Ecuador, donde la persecución religiosa o la dificultad para vivir la fe es sensiblemente menor que en los anteriores países. Acuden a Misa una vez o más por semana un 56, 54, 52 y 50%, respectivamente.
"¿Aparte de bodas, bautizos y comuniones, ¿acude a Misa una vez por semana o más?" es la gran pregunta del CARA -organismo vinculado a la Universidad de Georgetown- que ofrece interesantes conclusiones.
Europa, en caída libre de religiosidad y asistencia a Misa
A este grupo le siguen países donde los católicos que acuden a Misa con una frecuencia semanal o mayor no superan la franja del 25-50%. Entre estos, cabe destacar a países como México, Italia, Perú o España, que ven caer nuevamente la asistencia a Misa. En México, el 47% de los católicos sigue esta práctica, mientras que en España solo lo hace el 27%.
Los últimos puestos los ocupan Hungría y Uruguay, con un 24 y 23%, Portugal, con un 20%, Alemania, con un 14%; Francia, con un 8% y Holanda, con un 7%.
Otro de los aspectos relevantes del informe consiste en la ausencia de relación que se observa en el número de personas que se identifican como católicos y la práctica religiosa.
Algo que se plasma con conclusiones positivas en el caso de Líbano, donde poco más del 60% de los encuestados se define como una persona religiosa, pero donde una mayoría de ellos acuden a Misa una o más veces por semana. Lo hacen casi siete de cada diez personas. Es decir, hay menos católicos y facilidades para la fe, pero son más fieles.
Algo que se muestra de forma contraria en el caso de países tradicionalmente considerados con una mayor práctica o presencia religiosa. En España, cerca del 70% de los encuestados se consideran personas religiosas y sin embargo menos del 30% sigue el precepto. El caso de Uruguay es el más representativo: si el 97% de los católicos encuestados se consideran personas religiosas, solo el 23% de ellos va a Misa una o más veces por semana.
La riqueza, ¿una causa de la pérdida de la fe?
El informe desprende una tercera conclusión de carácter económico. Analizando el PIB per cápita de las poblaciones encuestadas, CARA concluye que los dos factores analizados, tanto la práctica religiosa como el porcentaje de habitantes que se define como más o menos religiosos, caen drásticamente conforme aumenta su capacidad económica.
Concretamente, CARA comprueba que generalmente se produce una caída en la asistencia a Misa conforme el PIB per cápita aumenta. Algo semejante sucede con la religiosidad de los encuestados: según el estudio, los países con un PIB per cápita inferior a los 25.000 dólares -unos 23.000 euros- muestran una mayor concentración de católicos que se consideran religiosos. En casos contrarios, como Suiza, la religiosidad cae en picado.
La conclusión es reveladora: a día de hoy, el catolicismo es más fuerte y consolidado en los llamados países subdesarrollados, como es el caso de Nigeria, o en vías de desarrollo, como es el de Colombia y Ecuador.
Según el último ranking de los países más ricos del mundo según el PIB per cápita, coincide que algunos de ellos como Suiza, Países Bajos, Austria, Alemania o Francia se encuentran entre las últimas 28 posiciones sobre los 36 analizados.
José María Carrera, ReL
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