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lunes, 31 de enero de 2022

María Todolí: «Del mal del COVID, Dios ha sacado un bien: nuestra conversión»

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Cuando María estaba al borde de la muerte, él comenzó a enviar audios por Whatsapp pidiendo oración. Lo que sucedió en sus vidas y en su matrimonio no solo fue una sanación física

La noche del 24 de diciembre de 2021, nada hacía presagiar lo que sucedería en casa del matrimonio de María Todolí y Josep Ardit. El canal de la televisión pública valenciana À Punt hablaba de ellos en horario de primetime«Conectamos en directo con una familia para conocer cómo están viviendo la Nochebuena», exclamaba entusiasta el presentador Màxim Huerta. Y una periodista in situ fue presentando a Josep, María y a sus nueve hijos -la mayor, de 13 años.

La cámara paseaba por la cocina, el comedor, se fijaba en la mesa puesta y las luces por toda la casa, en los platos recién cocinados, una de las niñas aderezaba las naranjas del postre con canela… Josep, pianista, había compuesto una canción para la ocasión, así que las pequeñas acabaron cantando a coro en torno a sus padres y al piano. Todo era ideal.

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Josep Ardit, Marí­a y sus nueve hijos.

“Nosotros queríamos mostrar la belleza del Amor de Dios de esa forma, dando a conocer lo que Dios había hecho en nuestras vidas. La felicidad del matrimonio y todos los hijos que Dios nos ha dado. Hemos tenido trece. Nueve nacidos y Caterina que está  en camino, y tres que no llegaron a nacer pero tuvieron y tienen una gran misión: Abiel, Esperanza y Jesús. Cada hijo es una palabra de Dios bellísima. Le decía yo a la presentadora que después de cenar iríamos corriendo a la misa del gallo», recuerda Josep.

María comienza a sentirse mal

Pero al día siguiente sucedió lo imprevisto: María, embarazada, comenzó a encontrarse mal. Muy mal. «Pienso -sigue Josep- que Dios quiso mostrar entonces la belleza del Amor de Jesucristo a toda persona a través del sufrimiento que tantas veces nos hace dudar de Él.”

Todo fue muy rápido e inquietante. El día de Navidad por la noche, María empezó a encontrarse mal y a tener dificultad para respirar. El día 2 de enero ingresó con COVID-19 en el hospital de Alzira (Valencia). En casa quedaron Betlem, Maria, Immaculada, Mercè, Maria Magdalena, Teresa, Manuela, Candela y Josep, el hijo pequeño. Josep recuerda perfectamente la terrible noche del 2 de enero.

En la galería de imágenes pueden verse algunos momentos de lo que ocurrió a continuación:

María Todolí y Josep Ardit: su curación

Una noche de niebla interior y exterior

«La dejé en el hospital porque con el COVID-19 no se me permitía entrar. La miraba  desde el exterior a través de una ventana que daba a la sala donde se encontraba. Yo creía que no la iba a volver a ver más. La grabé en vídeo con el móvil para que  dijera algo a las niñas desde esa ventana semiabierta. Al regresar a casa, aquella noche había mucha niebla y casi no se veía nada. Me venía a la cabeza el salmo 97: “Tiniebla y nube lo rodean…”. Intuí que iba a vivir algo muy serio”.

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Josep grabó un vídeo a María con un mensaje para sus hijos.

Traslado a Cuidados Intensivos

La salud de María -embarazada de 5 meses de una bebé para la que habían decidido el nombre de Caterina- empeoraba por momentos. Peligraban las dos vidas. María se ahogaba. Los médicos decidieron entonces trasladarla al Hospital de la Fe de Valencia, donde pasó inmediatamente a la UCI.

Él pensaba que María se moriría y que todo lo que él era, moriría también con ella. Tenía miedo. ¿Qué iba a ser de sus hijas?

De la noche a la mañana, a Josep se le derrumbó el mundo. Él pensaba que María se moriría y que todo lo que él era, moriría también con ella. Tenía miedo. ¿Qué iba a ser de sus hijas? Entonces sintió en su corazón la certeza de que Dios es su Padre y Padre también de sus 8 hijas y el pequeño Josepet y si María y Caterina se morían “ya las veríamos otra vez en el cielo”.

«¿Está Dios o no?»

Pero el combate de cada día para Josep era vivir la realidad concreta que Dios permitía, que era que María y Caterina estaban enfermas en el hospital, pero no estaban muertas. Dios estaba en esa realidad concreta y no en las fantasías que Josep vivía como reales, las cuales eran insoportables porque en ellas no estaba Dios. “La tentación constante era: ¿Está Dios o no está Dios en esta situación?, ¿es el Señor un esposo bueno o viene a destruirme?”, recuerda.

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Esta foto fue tomada pocos dí­as antes de que María cayera enferma de COVID-19.

Pero esa situación provocó en él algo que nunca imaginó: una verdadera conversión, un giro, pasar de vivir para uno mismo a vivir para Jesucristo por agradecimiento. Dice Josep que su tristeza le venía porque es un egoísta, le espanta sufrir, tantos pecados…dice él, “yo no quería pecar, quería amar a Jesucristo y a los demás porque sé que eso es la verdad pero no podía quitarme la amargura

Entonces ocurrió algo.

Josep mandó audios por Whastapp para pedir oración

«Me llamó una tarde una persona desde Londres, a quien no conocía de nada y se había enterado de la situación por los audios que había mandado. Eran Carismáticos Católicos que vivían en una comunidad contemplativa allí. Fue como un ángel que me anunció que Dios había curado a María y que tenía que empezar a dar gracias por ello. Rezamos por teléfono y me dio el evangelio de San Marcos 11, 20-26 (el de la higuera seca). También mi padre me lo había dicho aquella mañana mientras lavaba unos platos y yo les creí a los dos, pero al ver que la situación de María no mejoraba, me era imposible dar gracias.”

“Aquel hombre desde Londres me continuó diciendo que mirara con los ojos de la fe, que María estaba curada aunque los datos médicos no lo confirmasen todavía. Aquella tarde me fui a misa con las tres mayores lleno de amargura y tristeza y después me confesé llorando. Cuando llegué a casa empecé a dar gracias por cada hija, por Josepet, por mi mujer y Caterina, por tanto recibido. Pusimos vídeos de Maria y la familia, que días antes me era imposible ver por el dolor que me provocaban. Y si mi hijo Josep preguntaba por su madre, le mostraba a la Virgen y les decía ‘mamá no está aquí ahora pero la Virgen sí y os va a abrazar’.

«Entró la alegría aunque mi mujer seguía intubada»

“Era un milagro, Jesucristo -prosigue- verdaderamente había quitado mis pecados en aquella confesión y empecé a rezar desde un rincón en el suelo al lado de mi cama, no solo por María y Caterina sino por todo el mundo, por todos los que estaban sufriendo pero no conocían el consuelo del amor de Dios. Yo era otro, y me enamoré de Jesucristo y la alegría de la Virgen entró en casa aunque mi mujer seguía intubada…”.

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María con Josep y Cristina, médica del hospital, ya superado lo peor.

Me entrevisto con María Todolí cuando ya lo peor ha pasado, aunque sigue en el hospital. Es el 22 de enero y María ha estado durante muchos días a punto de morir. Ha sido intubada dos veces. Ahora ha salido de la UCI y está en una planta del hospital de la Fe, aunque le queda un poco de camino porque está bajo tratamiento de una bacteria, la Costridium difficile, que se coló en el cuerpo de María aprovechando la debilidad de su sistema inmunológico. La conversación será por teléfono, María y Josep con el altavoz de su móvil. No quieren esperar más para contar lo que les ha sucedido. Porque no estamos hablando de una curación física únicamente. Ellos quieren contar su conversión, la de los dos.

Miles de personas rezando por María y Caterina en todo el mundo

Josep ha podido explicar a su mujer lo que ha ocurrido en estos 20 días: miles de personas por todo el mundo rezando por ellas. Recibiendo noticias por los mensajes de audio que grababa su marido. “Nunca pensé que estos audios los escucharía tanta gente, ni que les pudieran ayudar, todo nos ha sorprendido”. Los audios fueron reenviándose y llegaron a muchos países. Había gente que mandaba entonces mensajes de vuelta con ánimo de que alguien los hiciera llegar a Josep, para que supiera que en todo el mundo se rezaba por María y Caterina. Así, se transmitió un primer audio de Josep, y un segundo, y un tercero… Él iba explicando cómo estaba María y qué decían los médicos. Pero muy pronto también abrió su corazón para dar a conocer que Dios le había tocado en lo más hondo.

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Alguien creó un mensaje de Whatsapp para pedir oraciones por Marí­a.

«Nos hemos sentido muy queridos», dice María, «tanto por personas de oración como por los que no rezaban nunca y estaban sufriendo por nosotros”.

A Josep le emociona recordar la fe que tiene el pueblo donde viven. Me decían por la calle ‘¡Josep, María se va a curar, ya verás!’. En la clase de nuestra hija, una niña le decía “en casa hemos rezado y no lo había hecho nunca”. Un matrimonio me explicó: ‘Nunca habíamos rezado y estamos descubriendo lo fantástico que es rezar’. Mucha gente ha rezado y eso ha sido un tesoro, tanto para nosotros como para ellos.»

«Nos han traído a casa la comida cada día»

María y Josep viven la Fe en Gandia en la parroquia San Francisco de Borja, en una pequeña comunidad neocatecumenal. “Esto ha sido fundamental -dicen- ya que la fe recibida por el bautismo ha crecido allí por los sacramentos, la escucha de la Palabra y la vida en comunidad hasta el punto de sostenernos en estos días de enfermedad”. Dice Josep: ”Los hermanos de nuestra comunidad y nuestros padres, no sólo han rezado y sufrido sino que nos han cuidado mucho. Nos han traído a casa la comida cada día y se pusieron a nuestro servicio. ¡Qué maravilla tener una comunidad!. Estamos muy agradecidos y los queremos mucho”.

Calaveras… ¿Sueño o realidad?

Le pido a María que me aclare lo que le he oído en un audio de agradecimiento que envió días después de dejar la UCI.

«Estaba en un caballo a toda velocidad rodeada de calaveras cabalgando a mi alrededor, que me conducían a la muerte. Que me querían llevar a la desesperación y murmuración.»

¿Es verdad que soñaste con unos jinetes que eran calaveras que te llevaban a la muerte y que unos ángeles te salvaban o es un modo metafórico de expresar lo que te ha ocurrido?

María me lo confirma: «Es verdad pero no lo soñé. Lo vivía en mi carne, tal como lo cuento. Ya en el hospital, antes de estar en la UCI, sentía que todo iba muy aprisa, estaba en un caballo a toda velocidad rodeada de calaveras cabalgando a mi alrededor, que me conducían a la muerte. Que me querían llevar a la desesperación y murmuración. Vinieron entonces otros jinetes que eran ángeles y me rescataban, me salvaban de la muerte. Al contarme Josep lo sucedido, entendí que estos ángeles eran todos los que estaban rezando. Sé que suena a película del Oeste, pero es que lo viví con los ojos abiertos.»

Entonces, María sigue con el relato: “Estaba todavía consciente y sin intubar, cuando sentí una alegría inmensa. Era un amor tan grande que era insoportable. Jesucristo me amaba y llenaba de amor mi corazón. Solo quería echarme a los pies de todo el mundo, conocidos o no, y besarlos porque Jesucristo les amaba. Nunca me han caído bien los curas pero en aquel momento tenía un gran amor a todos ellos especialmente a nuestro párroco Don Jesús. Este amor venía de Dios porque se quién soy y de mí no sale nada de esto. Si no, pregunta a los que me conocen”.

Para ella, todo ocurrió de forma muy rápida. «Me dijeron eres positiva y tienes una pulmonía de caballo. Ingreso, me buscan una mascarilla, hay problemas». Ella recuerda perfectamente que «en ningún momento se me ha pasado por la cabeza quejarme a Dios».

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Las ocho hijas del matrimonio jugando en el larguero de una porterí­a de fútbol, junto con el pequeño Josep.

Conducen a María al Hospital de la Fe, en Valencia, para que ingrese en cuidados intensivos «y en la UCI no me iban bien las mascarillas. Requerí dos intubaciones.»

«Yo estaba hecha un trapo, pero en ese momento un celador comienza a ducharme, y cuando peor estaba, llena de pipí y caca, oigo que me dice ‘¡guapa!’ y que me cuida, que no le importa limpiarme y que incluso me hace un masaje en los pies. Eso, que puede parecer una tontería, no se me olvidará en la vida porque me sentí cuidada y querida  por alguien que no me conocía”.

Los audios de whatsapp se extienden, la oración «trabaja»

María pudo hablar con Josep antes de ser intubada. Le transmitió el amor de Dios que estaba sintiendo y que la sostenía. Su vida pendía de un hilo. Josep aquel día reflejó este sentimiento en el audio que mandó. Ya no lo estaban recibiendo sus amigos del pueblo sino una multitud de personas que rezaban para que María y la bebé Caterina sobrevivieran.

“Creí que María había muerto”

Josep explica: «Hay un detalle de esos días que ahora me viene a la cabeza. Hasta la intubación, me comunicaba con ella con mensajes a cuentagotas. Miraba el móvil como el que mira a su amada. No dormía, siempre pendiente de un hilo, unos mensajes donde cada vez percibía más debilidad de María.»

«Una noche -continúa- me despertó uno de ellos. Decía: ‘Tengo frío, me tiembla el cuerpo’, y ya no dijo nada más en varias horas. Creí que ya había muerto y recé por ella y Caterina unas 4 horas. Lo viví en paz, miraba la estampa de Santa Teresita y le decía que le diera besitos, que se estaba muriendo mi mujer y mi hija, pero en sus ojos me daba la sensación de que Santa Teresita estaba sonriendo

«Al final -dice- llamé a mis padres para darles la noticia y mi madre me dice: “Llama al hospital”. Llamo y se enfadan porque eran las 5 de la madrugada y me dicen que no se había muerto nadie, que María estaba durmiendo…Ahora entiendo la cara de Santa Teresita sonriendo porque sus besitos a María la habían dormido.”

«En nuestra casa no nos entendíamos»

A partir de ahí Josep toca fondo. “Yo había hecho como una Torre de Babel, amando el dinero, el éxito, el bienestar, etc. y en nuestra casa no nos entendíamos, como dice la escritura. Toda aquella torre se derrumbó con la enfermedad de María dejando solo la fe, la fe en Jesucristo cambió nuestra vida y también curó a María y Caterina sirviéndose de las manos de unos médicos fantásticos.”

El día 4 de enero María recibió la unción de enfermos y la comunión. Se la administró un capellán del Hospital de la Fe llamado Santos. «‘Qué maravilla’, me dijo María en un mensaje, ‘ha venido el capellán!’. Yo pensaba que se iba a morir por las cosas tan sobrenaturales que me decía en aquellos mensajes.»

La estampa de santa Teresita

«En casa, esa tarde habíamos escrito la carta a los Reyes Magos. Yo coloqué un icono de la Virgen en la mesa con la “risueña cara” de la estampa de Santa Teresita pegada con plastilina y pedí a los Reyes Magos que nos trajeran un pétalo de esperanza de esta Santa».

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La estampa de santa Teresita de Lisieux pegada con plastilina al icono de la Virgen.

«Santa Teresita nos había unido de novios a María y a mí (…) Yo sabía que nos volvería a unir en el cielo para siempre pero le pedí con fe que nos uniera antes de llegar allí, una segunda vez.»

Santa Teresita nos había unido de novios a María y a mí cuando vinieron sus reliquias a Valencia hacía años. Yo sabía que nos volvería a unir en el cielo para siempre pero le pedí con fe que nos uniera antes de llegar allí, una segunda vez. Y así fue: el día 5 por la mañana, la analítica marca que los leucocitos comienzan a subir y, por tanto, la enfermedad remite y mi madre en su casa abre la Biblia al azar y le sale el Evangelio de la hija de Jairo donde Jesucristo dice “no está muerta, está dormida». ¡Los sacramentos son efectivos!», dice con énfasis Josep.

Una señal: pétalos de rosas rojas

Josep explica que pasó un momento de tentación ese mismo día antes de saber los resultados de los análisis la mañana del día 6. «Nos fuimos a ver a los Reyes Magos aquella tarde en la cabalgata. Yo iba con todas, llevaba a dos en mis brazos, corriendo por la calle porque no llegábamos a verlos, yo lloraba y mis hijas mayores también porque no estaba su madre. Aquello no tenía sentido. Fue entonces cuando me agarré a la Virgen. Volvimos a casa y allí dentro encontramos un ramo de rosas y una carta escrita para nosotros que habían dejado los “pajes del Rey”. Ese ramo de rosas rojas, esos pétalos, fueron una señal que me recordaba lo que yo había pedido el día anterior a Santa Teresita del Niño Jesús».

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Para Josep, esas rosas rojas tenían un significado muy especial. Era una señal del cuidado amoroso de la Providencia.
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Una foto del verano pasado.

Aquella Noche de Reyes, Josep quiso grabar un vídeo con la entrada de las niñas y Josepet en casa para que María viera algún día, tal vez, cómo abrían los regalos que habían dejado los reyes. Se ve a Josep tratando de sobreponerse. Quiere que sus hijos disfruten del momento y sean felices, pero no puede parar de pensar en María, que está en la UCI intubada. Una de las hijas está grabando. Él se dirige a la cámara y le dice a su esposa algo que están oyendo los niños pero que solo él sabe qué significa: «Bueno, mamá, estamos grabando aquí para que así cuando vuelvas puedas ver el día que entramos en casa a ver si estaban los regalos de reyes y tú seguías dormidita con Caterina en los brazos de la Virgen María”.

Josep descubre sobre la mesa un ramo de rosas, llama a los niños y dice:

«Estas rosas vamos a guardarlas recordando este día».

Y se dirige a la cámara: «Esta vida es nueva, María. Estamos viviendo una vida nueva, María, de verdad. Es algo… El amor que tengo por estas niñas y por Josepet es nuevo. Es diferente la forma en que estamos juntos. Así que todo está bien. Entonces nos faltas tú. Si quieres venir, estupendo. Y si no puedes, vamos a quererte igual. Pero ¡vas a venir!».

El grito de Josepet que llama a «¡papá!» hace que Josep vuelva a la realidad que le rodea. Y acaba el vídeo.

«Todos los días la amaré así»

«Yo soy un egoísta», explica ahora Josep. «Quería a mi mujer porque amarla me producía un placer. Llegó el sufrimiento de la enfermedad, y solo pensar en ella era  desgarrador, pero me di cuenta de que la estaba amando de una forma diferente, una forma nueva. He comprendido qué significa amar sufriendo. He ofrecido el sufrimiento por ella y por amor a Cristo.»

Pensó entonces: «Todos los días la amaré así aunque se muera. La puedo amar en esta nueva dimensión, sufriendo por ella, aceptando los acontecimientos que Dios permite en mi vida”. Ahora María está a su lado, escuchando lo que Josep va diciendo.

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«Ei, Floreta» comienza el mensaje que Josep puso a los pies de la cama de María. Le decía: «Yo ahora sé que mi amor es tan fuerte como la muerte».

«En el hospital me han tratado con mucho cariño»

María no querría que en esta conversación se dejara de hablar de las personas que la han cuidado. “Como soy desconfiada pensaba que en el hospital me sentiría muy sola pero no fue así. Todos los médicos, enfermeros, hasta la señora de la limpieza… Todos han sido ángeles. Me han tratado con mucho cariño, atentos y llenos de detalles de amor verdaderos.

Aún a costa de olvidarse de nombres, recuerda a los doctores Álvarez y Torres, a Marian -que la intubó-, al enfermero Carles, al celador Iván [el que le dijo aquel sonoro «¡guapa!»], las visitas de Cristina, Ramon y Pilar, todos los capellanes que cada día le traían la comunión y, cómo no, a sus primos médicos Pedro y Juan [aparece en la foto inicial de esta entrevista], tan atentos en todo momento. “Los quiero mucho”, repite.

Lo que hacía sufrir mucho a María

Ahora es ella quien explica que también su enfermedad ha sido un tiempo de purificación. María tiene 40 años. «Yo soy muy soberbia y tengo mucho en cuenta mis pensamientos, demasiado, le doy vueltas a las cosas, juzgándolo todo y poniendo pegas y esto me hacía sufrir mucho. Pero el Señor, con este acontecimiento y su gracia, me ha revestido de algo nuevo: vivir sencillamente.»

“Recuerdo -dice- el día que me quitaron el tubo. Los médicos, viéndome triste y que lo estaba pasando muy mal, llamaron a mi marido para que viniese a verme. Él entró como un ángel en la UCI dando saltos y gritándome: “Alégrate, María, que el Señor está contigo y empieza ya a dar gracias porque te ha curado! Yo le hice caso y a los tres días estaba en planta.”

Días después, María se enteró por Josep de que su suegro Paco había estado durmiendo cada noche en el suelo del comedor de ellos con tres cojines para acompañar a su hijo.

A María le conmueven detalles como saber que un niño se quedaba dormido con la Biblia bajo el brazo rezando por ella cada noche, tantos monasterios de clausura orando, haber tenido a Santa Teresita y Santa Catalina de Siena a ambos lados de la cama de la UCI junto con su suegro Paco sentado a los pies. «¿Pero qué hace Paco aquí?”, se preguntaba María extrañada, y días después María se enteró por Josep de que Paco había estado durmiendo cada noche en el suelo del comedor de ellos con tres cojines para acompañar a su hijo.

Josep: se acabó controlarlo todo

No se lo pregunto, pero Josep dice: «¿Con qué me quedo de estos días? Te lo digo. Mi tendencia es a asegurarlo todo. Todo en mi vida. Tengo 43 años. Tengo una plaza de funcionario. Soy profesor de piano. Me desvivo por asegurarPara que te hagas una idea, ni siquiera me gusta volar porque no tengo el control de lo que le puede pasar a un avión, quiero controlar que mis hijas no sufran, que no les falte nada… Era una esclavitud y hacia sufrir al otro.”

«He experimentado la precariedad de no saber si mi mujer y mi hija vivirían»

Sigue contando Josep: «Estos días he experimentado la precariedad de la vida, que para mí es un infierno. Y en esa precariedad de no saber si mi mujer y mi hija vivirían, he estado con Jesucristo que me decía: “¿Tú quieres vivir aquí conmigo?, ¿caminar por donde no conoces, vivir en las manos de Dios y no en las tuyas?, y aquello que para mí era un infierno se convertía en un lecho de amor con el Señor. “Me enamore de Aquel que quita el pecado del mundo y el Señor se alegró conmigo igual que yo me alegré al ver de nuevo a mi mujer María curada de su enfermedad.”

«María sí tiene fe: tenía la muerte delante y bendecía al Señor»

Josep insiste: “Todos ahora me dicen que qué fe tengo, por los audios que escuchaban, pero yo les digo que quien tiene fe es mi mujer María. Ella tenía la muerte delante y bendecía al Señor”.

Conforme se ha ido recuperando, María ha podido hablar ya con algunas personas. Algunas le dicen para su bien: “Bueno, ahora a olvidarlo todo”. María, en cambio, piensa: “¿A olvidarlo todo?, ¡No quiero!. Quiero guardar esta palabra del Señor para siempre como un sello en mi corazón”.

¡Ya en casa!

Hoy, 28 de enero de 2022, María Todolí ha recibido el alta médica. Al llegar a su casa, ella y Josep han tenido la amabilidad de enviar esta fotografía donde aparece toda la familia. De nuevo juntos y dando gracias:

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María con Josep y sus hijos en la puerta de su casa.

Dolors Massot, Aleteia 

Vea también     Afrontando la enfermedad: tiempo para curar

























La importancia de la religión en la adolescencia

 

cell phone teenagers



Una característica llamativa de esta fase es la necesidad del individuo de ser parte de un grupo

La adolescencia es el nombre que se le da a la etapa del desarrollo humano que transcurre entre la niñez y la edad adulta. Según la Organización Mundial de la Salud, esta fase ocurre entre los 10 y los 19 años de edad, y es un período marcado por varios cambios corporales, hormonales y de comportamiento.

La pubertad marca el inicio de la adolescencia, y se caracteriza por cambios hormonales en el cuerpo de niños y niñas y los consiguientes cambios físicos y biológicos. Durante la pubertad, aparece vello en los niños, comienza la profundización de la voz, el crecimiento y desarrollo muscular y genital; en las niñas, los cambios más importantes son el inicio de la menstruación y el desarrollo de los senos y los genitales.

Cambios importantes

Además de los cambios corporales, las hormonas y los cambios en la autoimagen influyen en el comportamiento y el estado de ánimo de los adolescentes. Una característica llamativa de esta fase es la necesidad del individuo de ser parte de un grupolas amistades y la socialización son muy importantes y muchos de los problemas y ansiedades que sufren provienen de esta necesidad de sentirse parte de un grupo.

Sin embargo, para formar parte de un grupo, el adolescente elige un modelo específico de ropa, escucha un estilo musical (por ejemplo, rock o pop) y, para desesperación de algunos padres, decide hacerse tatuajes. Además, no es raro que los adolescentes experimenten con el alcohol y las drogas ilícitas para parecer más “geniales” ante sus amigos.

En consecuencia, en esta necesidad de socialización, el contacto con los padres y familiares está siendo reemplazado paulatinamente por personas externas. Sin embargo, a pesar de esta distancia, la familia aún juega un papel importante en el proceso de formación de la personalidad. 

Por ello, es necesario que siempre esté abierto un canal de diálogo entre el adolescente y los padres. Cabe mencionar que los valores familiares enseñados desde la niñez influirán directamente en la construcción de la identidad del niño o niña y esto se reflejará en su personalidad futura, en sus elecciones y toma de decisiones.

Entre los valores familiares se deben incluir los fundamentos religiosos. Los estudios muestran que los adolescentes con mayor religiosidad tienen comportamientos más saludables, así como mejores índices de salud física y mental, en comparación con aquellos que no son religiosos. En 2006, el Journal of Adolescent Health publicó un artículo evaluando los resultados de varios estudios que trataron el tema y los datos encontrados fueron sorprendentes.

Conducta y salud mental

En el ámbito conductual, aquellos con mayor vinculación religiosa estaban expuestos a situaciones de menor riesgo. Por ejemplo, menores índices de consumo de alcohol y consumo de marihuana. 

La religión, al proporcionar comprensión y sentido en la vida de los adolescentes, se asoció directamente con menores niveles de síntomas depresivos, además de estar vinculada con un menor riesgo de suicidio.

En el campo de la salud mental, los resultados fueron aún más interesantes. La religión, al proporcionar comprensión y sentido en la vida de los adolescentes, se asoció directamente con menores niveles de síntomas depresivos. Además de estar vinculada con un menor riesgo de suicidio.

Este mismo resultado también se observó cuando los adolescentes se consideraban religiosos y formaban parte u obtenían apoyo de su comunidad religiosa

En el campo de la salud física, los estudios han demostrado varios aspectos positivos de la religiosidad. En casos de enfermedades crónicas que requieren adherencia al tratamiento, como el asma, los adolescentes de fe, atienden a las recomendaciones médicas con mayor precisiónComo resultado, logran mejores control de enfermedades.

En casos de enfermedades graves como el cáncer, la religiosidad demostró ser un instrumento auxiliar en el enfrentamiento de la enfermedad. Y la religión sirvió para “dar sentido” a una situación difícil o para brindar un “afrontamiento constructivo” de la enfermedad.

De esta forma podemos concluir que los padres deben estar seguros de que aciertan al ofrecer a sus hijos educación religiosa. Nunca deben creer que es mejor esperar a que crezcan para “decidir por sí mismos” qué religión seguir. Al privar al niño de la espiritualidad, se pierde la oportunidad única de sembrar cimientos y valores que marcarán una gran diferencia en la calidad de vida de los niños.

Vanderlei de Lima - Igor Precinoti Aleteia

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El padre Václavek explica el poder de la oración de sanación interior: «El primer paso es perdonar»

Religioso y exorcista, advierte: «quien no atiende sus heridas internas,
acaba dañando a los demás»


El padre Václavek es una de las mayores autoridades en Eslovaquia
sobre exorcismos, oración de liberación y de sanación interior

 

Luboš Václavek es un sacerdote y religioso popular en Eslovaquia por su ministerio en la oración de sanación interior, liberación y exorcismo. El Papa Francisco lo nombró misionero de la Misericordia en el Jubileo de la Misericordia. Es sacerdote de los Misioneros de los Sagrados Corazones.

Buena parte de su servicio consiste en animar a perdonar y a buscar la sanación interior. "Como sacerdote, soy consciente de una regla desafortunada: una persona herida internamente, si no se ocupa de sus heridas, daña a los demás", explica, entrevistado en SvetKrestanstva (el suplemento religioso de un diario digital eslovaco).

Orar por una herida profunda previa

"A veces, nuestro crecimiento humano y espiritual se estanca porque está bloqueado por heridas. Las lesiones internas se pueden ocultar o excusar, por vergüenza y culpa", detalla. La persona suele percibir antes los frutos malos y reaccionar contra ellos. Por ejemplo, dirá "ya no quiero enojarme, no quiero reaccionar mal, quiero vivir una vida diferente".

Pero la oración de sanación interior no se centra en esos frutos exteriores, sino que reza específicamente sobre la raíz profunda de la herida interior.

Muchas heridas tienen que ver con lo vivido en la infancia. Quizá la persona de niño no experimentó el amor de su padre o de su madre. O quizá no experimentó que se amaran entre ellos. Quizá ellos vivían con resentimiento porque el bebé no era del sexo que querían. Hay padres y parientes que pueden haber dañado a un niño o joven subestimándole, o comparándole sin cesar, exigiéndole perfeccionismo, humillándole, o directamente abusando de él.

Fuera del ámbito infantil, una persona también puede acumular heridas internas por adicciones, por la cercanía al suicidio o por divorcio. Y por último está lo relacionado con el ocultismo, el esoterismo y el acercarse a otros caminos ligados a lo diabólico.

Existe lo diabólico, pero no hay que verlo por doquier

Todo este abanico de experiencias se ha encontrado el padre Václavek en su ministerio.

Václavek tiene claro que el demonio "quiere acosar y destruir a las personas por envidia", pero pide que tampoco se vea al demonio detrás de todo lo malo. "Hay cosas que son parte normal de nuestra vida: el dolor, el sufrimiento, el desequilibrio mental, agotamiento...", admite.

El cristiano enfrenta el pecado con la oración y los sacramentos. Puede aplicarlos también a las heridas interiores, y en este caso se trata de oración pidiendo sanación interior.

El padre Václavek bendice los locales de una política del partido OlaNo en Eslovaquia, con muchos miembros cristianos devotos

El padre Václavek bendice unas oficinas (en este caso, de unos políticos locales eslovacos)

Primer paso, el más fuerte: perdonar

El primer paso siempre debe ser perdonar. "El perdón es la entrada más importante en cualquier oración de sanidad y liberación. Es crucial. Jesús avisa que si no perdonamos a nuestro prójimo de corazón, entonces no seremos perdonados. Este "desde el corazón" significa ir a la profundidad de todo el dolor que hay en el corazón. Por eso, la mayor liberación de las pesadas cargas del hombre es la liberación de la falta de perdón".

"Cuando una persona tiene falta de perdón en su corazón, nunca tendrá una relación viva con Dios; Dios no morará en un corazón donde haya amargura, ira, falta de perdón, envidia, celos, odio. El perdón abre una relación viva con Dios. Antes de cada oración de sanación interior y liberación, hay que pasar por el perdón", insiste el sacerdote.

Otros pasos necesarios para la oración de sanación que enumera Václavek son:

- tomar conciencia de las heridas
- admitir que se necesita la curación de Dios
- detener la autocompasión
- dejar de centrarse en señalar culpables
- concretar cuál fue la herida
- entregarse con confianza a Dios, dejándole actuar, cooperando con paciencia

¿Qué frutos da la oración de sanación interior?

La sanación interior busca liberar de las heridas "que pueden impedirnos tener relaciones plenas: con Dios, con las otras personas y con nosotros mismos".

Entre los frutos de la sanación interior la persona recibirá:

- paz profunda
- libertad de corazón,
- deseo de orar y de recibir sacramentos
- amor por los parientes y conocidos
- alegría de vivir
- aceptar la visión de Dios sobre uno mismo
- abrirse a servir a Dios
- sentirse cercano a Dios, como hijo, no como esclavo
- como Jesús, paciencia y disposición para soportar las cruces

"A veces Dios sana de inmediato, a veces sana gradualmente y, a veces, la curación dura toda la vida. Vemos el contexto de nuestras vidas como si fueran locales y Dios los ve globalmente, en toda la globalidad de mis relaciones y dondequiera que haya sido herida. Toda oración con el corazón es sanadora. Puede que no veamos el fruto de inmediato, pero no debemos disgustarnos", detalla el sacerdote.

A menudo la oración de sanación interior "es un proceso en el que es necesario repetir la oración, adentrarse en las cosas, aunque no sienta nada por segunda o tercera vez".

La mujer que se curó al instante

Václavek pone el ejemplo de una curación instantánea que él vio de cerca. Se trataba de una mujer consagrada, de unos 50 años, que tenía un miedo irracional a las autoridades, y especialmente a los hombres. Se sentía muy incómoda con los sacerdotes y eso dañaba a su vida espiritual y de servicio. Su herida interna se remontaba a una experiencia desagradable cuando era niña con un hombre en un tren. En un retiro espiritual, en un descanso entre conferencias, la mujer pidió a Václavek que orara por ella.

"Acepté, aunque sabía que tenía solo unas decenas de segundos para orar. Y eso fue suficiente. Después de una oración de unos 30 segundos, la carga de toda una vida cayó repentinamente. Bailó feliz allí mismo".

Pero las curaciones "de golpe" no se dan con frecuencia. "A la gente de hoy le gustan las cosas e instrucciones simplificadas, soluciones rápidas a los problemas", señala el sacerdote. Pero, por lo general, la vida no es así. Dios tampoco promete una vida tranquila. "Dios busca una relación con nosotros, no sólo una solución superficial a nuestras dificultades y problemas".

La sanación de Dios no perdura sin Dios

Buscar la sanación de Dios sin aceptar a Dios no es muy eficaz. "Tendré que abrirme, restaurar cada recuerdo herido, atravesar el dolor, cooperar con la gracia de Dios y, si es necesario y necesario, abrirme a la ayuda médica profesional. Los seres humanos somos complejos y tan profundos que las curaciones fáciles e instantáneas no son duraderas", advierte el sacerdote.

Por eso, el sacerdote pone a Jesús ante la persona herida y le pregunta por Él: "¿Crees que Jesús puede curarte y liberarte? Si dice honestamente "Sí", sé que puedo hacerle otra pregunta: "¿Lo quieres?" "Sí". Entonces viene la pregunta: "¿También aceptarás la voluntad de Dios libremente, es decir, que te sane como Él quiere hacerlo?"

La persona debe imitar a Jesús cuando dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Al entregarse uno, no se busca el dolor, pero tampoco busca evitarlo a toda costa. "Por lo tanto, el siguiente momento en la sanación interior es la aceptación".

Aceptación serena, y ayudar a los demás

Cuando fue capellán de hospital, Václavek vio el poder de la aceptación serena en algunos enfermos: ganaban tranquilidad, humildad, escuchaban a Dios, aprovechaban la vida, con sus dolores. Esto funciona también con las heridas interiores.

Además, igual que el ex-alcohólico puede ayudar a otros alcohólicos, o quien ha superado crisis matrimoniales puede ayudar a matrimonios en crisis, el que ha trabajado sus heridas interiores puede ayudar a otros.

Václavek piensa que cuando Jesús le dijo a la mujer salvada de ser apedreada "marcha y no peques más", al decir "marcha" la estaba enviando como misionera o testigo: ese "marcha" era una invitación a dar testimonio. También la samaritana corría a hablar a los demás sobre Jesús.

Así, igual que unas personas provocan heridas en otras, también unas personas ayudan a sanar a otras. "Es un trabajo de hormiga que puede parecer insignificante, pero no lo es. Cada corazón humano está llamado a ser un punto de apoyo para este mundo", exhorta.

Abrir puertas a lo diabólico

Un tema que él también trabaja es el de la liberación frente a la acción diabólica. "El pecado grave persistente, la falta de arrepentimiento, la participación en la idolatría, el ocultismo y cosas similares son puertas de entrada al mal, por lo que experimentamos tentaciones excesivas, ataques y opresiones del mal, perturbación, infestación hasta la posesión de la voluntad, el cuerpo, las emociones...", advierte.

Hay varios grados de gravedad. A veces, para la liberación se requiere oración de liberación. Otras veces, la renovación de los votos bautismales (con sus renuncias al mal y a Satanás). Otras veces, pocas, puede necesitarse un exorcismo solemne. Václavek pide que personas experimentadas puedan definir exactamente lo que sucede y lo que se busca, con oración y discernimiento.

Con todo, este sacerdote recuerda que "un hombre que vive permanentemente en pecado grave sin un mínimo esfuerzo para arrepentirse y reconciliarse con Dios, está peor que un hombre golpeado por el diablo pero que vive una vida sacramental y se esfuerza por vivir en la gracia santificante".

Y añade: "un poseído en estado de gracia santificante se puede salvar, y una persona en estado de pecado grave, que ya está completamente separada de Dios, que es amor, puede elegir este estado como estado de separación definitiva de Dios y para la eternidad".

Confesión antes de la curación interior

Para cualquier situación que requiera liberación ayudan los sacramentos de la Iglesia,  Reconciliación y de la Eucaristía. "Solo Dios puede librar el corazón del pecado, sanar la raíz y sanar todo lo que está asociado con ese pecado. Por lo tanto, es esencial que una persona que pide oración por la curación interior esté en gracia santificante. Luego está la vida sacramental constante, alimentada por la Eucaristía".

Eucaristía expuesta - foto de Exe Lobaiza en Cathopic

Eucaristía expuesta - foto de Exe Lobaiza en Cathopic

Cuando el profeta anuncia: “Sus heridas os han curado”, se refiere también al poder sanador de la Eucaristía, la herida abierta de Cristo.

Una sanación ante Cristo Eucaristía

Y finaliza poniendo un ejemplo de sanación donde Dios tuvo todo el protagonismo. Era un hombre con un profundo sufrimiento interior y quería una solución rápida. "Intuí que debía dejarlo a solas con el Señor y animarle a perdonar. Le dejé en la capilla el tiempo que necesitara, y luego podría llamarme. Cuando me llamó una hora y media después, había cambiado, era como una persona nueva, con libertad interior, curado, radiante".

Él ha visto sanaciones interiores por mediación de su oración e intercesión, pero este caso le gusta porque muestra la fuerza de la oración personal, el perdón y la entrega sincera ante Cristo sacramentado. 

 P.J.G./ReL

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Pensamiento MSC del día

 

P. Miguel Ángel


Señor Jesús, en esta mañana al iniciar la semana, clamo a Ti para que me regales la gracia de la perseverancia en la oración. Permite que también sea constante en las cosas que haga y ante cualquier dificultad sea capaz de sobreponerme. Ruego que ante cada reto, yo pueda dar lo mejor de mí sabiendo que en Ti soy un vencedor. Ilumíname para tomar las decisiones correctas. Hazme capaz de entender que los problemas son experiencias que me deben motivar y no hacerme desfallecer, porque tú siempre estas entre nosotros. Quédate conmigo quiero saberte aquí a mi lado para poder lograr mis metas y objetivos. ¡Señor Jesús en tí confío! AMÉN.🙏✝️

EL PODER DE LA ORACIÓN.

"Porque yo, el Señor tu Dios, te he tomado de la mano; yo te he dicho: No tengas miedo, yo te ayudo".(‭‭Is 41,13)‬ Toda angustia terrenal se desvanece y desaparece cuando recuerdas que Dios te lleva de su mano y te sostiene🌿

AMADO SEA en todas partes. El SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. Por SIEMPRE.

Hno. Rubén



Evangelio del día


 

Evangelio según San Marcos 5,1-20.

Llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos.
Apenas Jesús desembarcó, le salió al encuentro desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu impuro.
El habitaba en los sepulcros, y nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas.
Muchas veces lo habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarlo.
Día y noche, vagaba entre los sepulcros y por la montaña, dando alaridos e hiriéndose con piedras.
Al ver de lejos a Jesús, vino corriendo a postrarse ante él,
gritando con fuerza: "¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo de Dios, el Altísimo? ¡Te conjuro por Dios, no me atormentes!".
Porque Jesús le había dicho: "¡Sal de este hombre, espíritu impuro!".
Después le preguntó: "¿Cuál es tu nombre?". El respondió: "Mi nombre es Legión, porque somos muchos".
Y le rogaba con insistencia que no lo expulsara de aquella región.
Había allí una gran piara de cerdos que estaba paciendo en la montaña.
Los espíritus impuros suplicaron a Jesús: "Envíanos a los cerdos, para que entremos en ellos".
El se lo permitió. Entonces los espíritus impuros salieron de aquel hombre, entraron en los cerdos, y desde lo alto del acantilado, toda la piara -unos dos mil animales- se precipitó al mar y se ahogó.
Los cuidadores huyeron y difundieron la noticia en la ciudad y en los poblados. La gente fue a ver qué había sucedido.
Cuando llegaron adonde estaba Jesús, vieron sentado, vestido y en su sano juicio, al que había estado poseído por aquella Legión, y se llenaron de temor.
Los testigos del hecho les contaron lo que había sucedido con el endemoniado y con los cerdos.
Entonces empezaron a pedir a Jesús que se alejara de su territorio.
En el momento de embarcarse, el hombre que había estado endemoniado le pidió que lo dejara quedarse con él.
Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: "Vete a tu casa con tu familia, y anúnciales todo lo que el Señor hizo contigo al compadecerse de ti".
El hombre se fue y comenzó a proclamar por la región de la Decápolis lo que Jesús había hecho por él, y todos quedaban admirados.


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.


Bulle

Santa Teresa de Calcuta (1910-1997)
fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad
Nadie tiene amor más grande


«El endemoniado le pidió que lo admitiese en su compañía... Pero le dijo: 'Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo'»

Estamos llamados a amar al mundo. Y tanto amó Dios al mundo que le dio a Jesús (Jn 3,16). Hoy, ama tanto al mundo que nos da al mundo, a ti y a mí, para que seamos su amor, su compasión, su presencia a través de una vida de oración, de sacrificio, de abandono. La respuesta que Dios espera de ti es que llegues a ser contemplativo, que seas contemplativo.
Cojámosle la palabra a Jesús y seamos contemplativos en el corazón del mundo, porque, si tenemos fe, estamos perpetuamente en su presencia. El alma, través de la contemplación, saca directamente del corazón de Dios las gracias que la vida activa tiene el encargo de distribuir. Nuestras existencias deben estar unidas a Cristo que nos habita. Si no vivimos en la presencia de Dios, no podemos perseverar.
¿Qué es la contemplación? Vivir la vida de Jesús. Es así como yo la comprendo. Amar a Jesús, vivir su vida en el seno de la nuestra, vivir la nuestra en el seno de la suya... La contemplación no es encerrarse en una cabina oscura, sino dejar que sea Jesús quien viva su Pasión, su amor, su humildad en nosotros, que ore con nosotros, que esté con nosotros, y santifique a través nuestro. Nuestra vida y nuestra contemplación son una misma cosa. No se trata aquí de hacer sino de ser. De hecho se trata del gozo pleno de nuestro espíritu por el Espíritu Santo que insufla en nosotros la plenitud de Dios y nos envía a toda la creación como su personal mensaje de amor (Mc 16,15). (EDD)

Oración

 En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

¡Oh vida de mi vida, Cristo santo! ¿A dónde voy de tu hermosura huyendo? ¿Cómo es posible que tu rostro ofendo, que me mira bañado en sangre y llanto?

A mí mismo me doy confuso espanto, de ver que me conozco y no me enmiendo; ya el Ángel de mi guarda está diciendo, que me avergüence de ofenderte tanto.

Detén con esas manos mis perdidos pasos, mi dulce amor; ¿mas de qué suerte las pide quien las clava con la suyas?

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!