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martes, 2 de diciembre de 2025

La carta al Papa de un joven musulmán en una escuela católica de Líbano

En Líbano hay unos 300 colegios católicos y, en muchos, la mayoría de sus alumnos son musulmanes

Jóvenes musulmanes, chicos y chicas, en una escuela católica libanesa

Jóvenes musulmanes, chicos y chicas, en una escuela católica libanesa

En Líbano, muchísimos niños y jóvenes musulmanes estudian en escuelas cristianas. El Secretariado de Escuelas Católicas del Líbano agrupa más de 300 colegios. Según explicaba a Ayuda a la Iglesia Necesitada el P. Youssef Nasr, presidente del Secretariado, la mayoría de los alumnos son musulmanes, especialmente en zonas donde los cristianos son minoría.

Para las familias musulmanas, las escuelas católicas son interesantes porque tienen prestigio académico y ofrecen idiomas (francés e inglés). En este país donde se considera que casi el 60% de la población es musulmana (dividida en varias facciones) y el 40% cristianos (de muchas denominaciones), la escuela cristiana es un espacio natural de convivencia interreligiosa.

En todo Oriente Medio, se calcula que hay unos 400.000 alumnos en escuelas católicas francófonas, la inmensa mayoría en Líbano. Con la crisis que se alarga durante años, a veces el Estado no paga lo acordado con las escuelas.

Cuando el diario libanés en francés L'Orient-le Jour invitó a los jóvenes de Líbano a escribir cartas al Papa León XIV por su visita al país, recibió docenas de ellas. Entre las cinco seleccionadas, estaba la de Akil Mhanna, joven musulmán, que es del sur del país, la zona golpeada por la guerra entre Israel y Hezbolá, pero estudia en la escuela católica Sainte-Anne en las afueras de Beirut, con las Hermanas de la Caridad.

***

  • A su Santidad, querido Papa León XIV,

Como estudiante del Colegio Sainte-Anne de Besançon, Beirut, un colegio de la red de escuelas católicas del Líbano, y en nombre de muchos jóvenes libaneses, deseo expresarle mis más respetuosos saludos con motivo de su visita a nuestro país.

Al saber que Su Santidad nos visitaría en el Líbano, me llené de una gran emoción. Fue un momento de profunda alegría y esperanza. Su presencia entre nosotros tiene un profundo significado, tanto espiritual como humano, y conmueve a todas las comunidades que conforman el Líbano.

Soy musulmán y les escribo con sinceridad, impulsado por el deseo de unidad nacional y coexistencia.

Sus palabras, su compromiso con la paz y los valores cristianos y morales que defienden, como la caridad, la fraternidad, la justicia y la compasión, resuenan mucho más allá de cualquier comunidad.

Encuentran eco en los corazones de muchos libaneses, ya sean cristianos, musulmanes o de otras tradiciones.

Como joven libanés, quisiera humildemente compartir con usted varios deseos y peticiones: ante todo, por favor, mantenga al Líbano, nuestro amado país, presente en sus oraciones, especialmente ahora que estamos atravesando una de las situaciones más complejas y críticas de nuestra historia.

Su bendición tiene el poder de sanar nuestras heridas y restaurar la estabilidad tan necesaria, tan vital para nuestro crecimiento.

Necesitamos volver a creer en nuestro país, con un inquebrantable sentido de pertenencia.

Como originario del sur del Líbano, me habría gustado que visitara pueblos como Caná, Tiro y Maghdouché, símbolos de la unidad y la coexistencia que hacen de nuestra Tierra de los Cedros algo tan único. Sin embargo, comprendo las preocupaciones de seguridad que influyeron en la elección de los lugares a visitar.

Una escuela católica en Líbano, alumnos y religiosas celebran el apoyo de Ayuda a la Iglesia Necesitada

Una escuela católica en Líbano, alumnos y religiosas celebran el apoyo de Ayuda a la Iglesia Necesitadaacn

Su visita nos recuerda el poder de la paz como fundamento moral y el valor del perdón, el servicio y la dignidad humana.

Nos invita a los jóvenes libaneses a superar nuestras heridas, rechazar el miedo al otro y construir juntos una sociedad basada en la confianza y el entendimiento mutuo.

En un país donde cada palabra cuenta, sus mensajes de esperanza refuerzan la convicción de que la solidaridad entre las comunidades sigue siendo nuestro único camino hacia la estabilidad. Su presencia entre nosotros nos recuerda que la paz no es un ideal lejano, sino una responsabilidad diaria.

Vemos en su presencia un estímulo para reconstruir los vínculos entre las religiones, proteger la vida compartida que ha forjado la identidad del Líbano y preservar el espíritu de hermandad que une a nuestras familias, escuelas y barrios.

Huelga decir que el momento de su visita es en sí mismo un milagro que tendrá repercusiones para nuestro país multirreligioso.

Agradeciéndole su atención al Líbano y sus oraciones por él, le saludo, Santidad, con mi más profundo respeto.

Akil Mhanna, 

Escuela Sainte-Anne, Besançon, Beirut

ReL



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