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viernes, 9 de octubre de 2020

Evangelio del día

 

ChristianArt 
 
Lucas 11, 15-26 Jesús había expulsado a un demonio
 
 
La pintura de pesadilla de Henry Fuseli (1741-1825), Pintada en 1781, Óleo sobre lienzo
© Detroit Institute of Arts

En aquel tiempo, cuando Jesús expulsó a un demonio, algunos dijeron: “Éste expulsa a los demonios con el poder de Satanás, el príncipe de los demonios”. Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa.

Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: ‘’Todo reino dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si Satanás también está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo arrojo a los demonios con el poder de Satanás. Entonces, ¿con el poder de quién los arrojan los hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo arrojo a los demonios por el poder de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el Reino de Dios.

Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros; pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita las armas en que confiaba y después dispone de sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.

Cuando el espíritu inmundo sale de un hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de reposo, y al no hallarlo, dice: ‘Volveré a mi casa, de donde salí’. Y al llegar, la encuentra barrida y arreglada. Entonces va por otros siete espíritus peores que él y vienen a instalarse allí, y así la situación final de aquel hombre resulta peor que la de antes”.

Comentario


Bulle

San Teodoro el Estudita (759-826)
monje en Constantinopla
Catequesis 23 (Les Grandes Catéchèses, Spiritualité Orientale 79, Bellefontaine, 2002), trad. sc©evangelizo.org


“El que no está conmigo, está contra mí” (Lc 11,23)

Mis hermanos, padres, hijos: ¡qué la palabra de mi humilde persona no los agobie! Crean que mis intervenciones continuas provienen del amor y de la preocupación que tengo por ustedes (…). Limpien el sendero de los mandamientos de Dios delante de los ojos de su alma, las espinas y los obstáculos. Sigan la ruta derecha y encuentren el reposo para sus almas, como está escrito (cf. Mt 11,29). (…)
Mis hermanos, vean bien ser una falange militante de Cristo, una armada activa para Dios. De todas formas, el enemigo golpeará. Pero si cada vez cierran realmente los rangos, se retirará lamentándose y protestando: “No tengo sitio dónde ir”. Lo dijo en una revelación hecha al bienaventurado Macario: “Todos me rechazan”. Quizás es eso lo que dirá a causa de ustedes. ¡Qué no encuentre a nadie voluble al viento y pronto a obedecerle!
Tienen a Cristo por guía y sus ángeles por defensores y protectores. La Escritura dice: “Él no dejará que resbale tu pie: ¡tu guardián no duerme! No, no duerme ni dormita el guardián de Israel” (Sal 120 (121),3-4). Hay que protegerse de todos lados y observar las leyes, las tradiciones y las reglas. ¡Qué en todo, Cristo, nuestro Dios, derecha del Altísimo (cf. Sal 91 (90),1), venga en nuestra ayuda! ¡Qué nos guíe, nos guarde, nos salve hasta el fin de nuestra vida! A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén. (EDD)




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