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lunes, 26 de octubre de 2020

Madres santas en momentos difíciles, ¿con cuál te identificas?

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¡Qué madre no ha pasado por dificultades!

Problemas de salud, en las finanzas, por las malas decisiones de los hijos, tras las pérdidas y conflictos familiares… La vida de una madre no suele ser fácil, más aún en tiempos difíciles como los que estamos viviendo en la actualidad.

Sin embargo, su capacidad para afrontar retos y dificultades suele ser enorme gracias a su fuerza: el amor. El ejemplo de vida de estas madres santas nos pueden enseñar hoy algunas cualidades que a ellos les permitió vivir plenamente la hermosa misión de la maternidad.

La entrega total de Santa Gianna Beretta Molla

La maternidad va de la mano del sacrificio. Desde el principio, los niños necesitan el apoyo de su madre mientras están en el útero y Gianna lo sabía bien siendo médico. Estando embarazada de su cuarto hijo desarrolló un fibroma uterino, pero rechazó cualquier medida que pueda poner en riesgo la vida de su hijo.

A pesar del dolor y las complicaciones, Gianna lo soportó haciendo lo que pudo para salvar a su hijo. Dio a luz a una hija sana, pero una semana después ella misma falleció dando la vida.

¡Cuántas mujeres se sacrifican por el bien de sus hijos desde lo más pequeño cada día siendo capaces de hacerlo en las cosas más grandes con un acto de entrega total!

BERETTA MOLLA
Jose Luiz Bernardes Ribeiro-(CC BY-SA 3.0)

 

La perseverancia de Santa Mónica

Mónica rezó por su hijo San Agustín durante 17 años antes de su conversión. Es conocida por su perseverancia en la lucha por el bien de su hijo que vivía una vida inmoral, sobre todo de lujuria e impureza, antes de convertirse al catolicismo.

A lo largo de estos años, soportó una enorme cantidad de sufrimiento e incluso Agustín la rechazó múltiples veces, pero ella continuó amando, orando y nutriendo a su hijo durante su tiempo rebelde.

¡Cuántas mujeres no se rinden ante el desánimo que sienten al ser testigos de las malas decisiones de sus hijos! Con lágrimas ven a sus hijos sufrir, pero se mantienen firmes sin perder la esperanza.

MONICA
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La confianza de la Beata Anna Maria Taigi

Anna Maria vivía en un hogar muy pobre donde crió a sus seis hijos con su esposo. Los cuidaba y trabajaba como costurera para ayudar a mantener a la familia. Al tener que lidiar con muchas dificultades económicas ella decía frecuentemente que si uno estaba enfocado en el bien “había que vivir con confianza en que Dios proveería para cada día sin preocuparnos por los días siguientes”.

Incluso cuando le traían comida y regalos que ella no necesitaba para ese día, lo regalaba a otros. Creía que Dios proporcionaría lo que su familia necesitaba cuando lo necesitara.

¡Cuántas madres luchan para que a sus hijos tengan aquellos que realmente necesitan, aceptan las responsabilidades de su familia y viven su fe con gran confianza sabiendo que Dios proveerá!

ANA MARIA TAIGI
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La unidad de Santa Elizabeth Ann Seton

Elizabeth era una mujer de la alta sociedad que siempre hizo todo por mantener a la familia unida. Se hizo cargo de los siete medios hermanos y hermanas de la familia de su esposo y crió a sus hijos tras enviudar. En un período de distanciamiento con la familia trabajó muy duro para volver a unir esos lazos. No podía permitir que las diferencias de opinión los rompieran.

Le tocó vivir en tiempo de tuberculosis y perdió a muchos seres queridos, entre ellos su esposo y dos hijos, pero aun así su corazón los mantuvo unidos.

Se convirtió en educadora. Vio la educación como una forma de sacar a las niñas pobres de la pobreza y también educar a los estudiantes ricos para que mantengan a sus hijos.

¡Cuántas mujeres hoy son ese punto de encuentro para la familia y la sociedad, donde la crianza y la educación son su prioridad!

ELIZABETH-ANN-SETON
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El perdón de Madre Teresa

Madre Teresa fue una madre para muchos mostrándonos que la maternidad no es solo una cuestión biológica. Fue el tipo de madre que con un corazón enorme siempre tiene lugar para todos. Ella decía que no se necesitan grandes actos para cambiar el mundo, sino «pequeños actos con gran amor» a lo largo del día y, dentro de ellos, el perdón es el primer paso.

Ella misma tuvo que tomar la decisión de hacerlo muchas veces aunque no lo sentía. Tuvo que renunciar a todo y unirse al sufrimiento de la gente que se encontraba muriendo en las calles. Decía que cada familia tiene el suyo, pero una tiene que ser la primera en perdonar con una sonrisa y saber encontrar lo bueno en los demás. Si en verdad queremos amar, tenemos que aprender a perdonar.

¡Cuántas madres eligen perdonar a sus hijos a pesar de todo, recuperar lo bueno que hay en ellos y con ese impulso seguir adelante con amor!

En momentos turbulentos, salen a la luz los tesoros escondidos en el corazón de las madres.

Cecilia Zinicola, Aleteia

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