Aspectos positivos nos pueden ayudar a tomar mayor conciencia, valorar lo que tenemos y aprender algo de ello.
Decir que uno está feliz en casa puede parecer algo insensible o que tiene poca empatía pero, así como estamos padeciendo los efectos negativos de la pandemia, puede ser algo renovador el saber que hay personas que están teniendo buenas experiencias y que pueden llevar fuerzas a los que están en una situación menos alentadora.
Soñamos con poder viajar, cenar en un restaurante o ver una película en el cine. Los niños extrañan muchísimo a sus amigos y a muchos nos encantaría que puedan regresar a la escuela ya que todavía en muchos países no es posible. Queremos que la situación termine, pero ¿queremos que todo, absolutamente todo lo que vivimos, termine?
Hay personas que les ha tocado vivir la cuarentena con sus familias y rodeados del amor de sus seres queridos, han podido continuar con sus trabajos o incluso tener más trabajo que antes generando ingresos o descubierto y recuperado cosas que tenían y no sabían.
Aquellos que han visto una oportunidad de cambio, de mejorar una relación, de vivir un acto de fe, de descubrir algo novedoso o incorporar un aprendizaje. Son personas que hoy pueden darle al mundo un agregado más de lo que necesita. Ojalá que eso no se olvide.
TRABAJAR EN NUESTRAS RELACIONES CON LOS DEMÁS
En una era de distanciamiento, no hay dudas de que nuestras relaciones son lo más importante. La cuarentena ha significado reavivar las pérdidas, comprometernos más o reconsiderar límites. Al final, son las buenas relaciones las que valen la pena seguir cultivando porque son las que nos ayudan a convertirnos en nuestra mejor versión.
Se ha valorado más la amistad o el planificarnos mejor con ese mundo afectivo que nos hace falta porque ya no podemos tenerlo como antes y que se hoy se ha reducido a caminatas con mascarillas y juegos virtuales con amigos, llamadas de apoyo a los que están lejos o aquellos que hacía tiempo no sabíamos de ellos para saber cómo pasan estos días.
ESTAR CERCA DE LA FAMILIA
Esta pandemia ha generado más consciencia sobre lo importante que es pasar tiempo con la familia. A pesar de que equilibrarlo todo puede ser un verdadero desafío, muchos padres que trabajan disfrutan del tiempo extra familiar que les ha dado la cuarentena. Se puede compartir mucho más alrededor de una mesa con comidas caseras o disfrutando de caminatas juntos.
Incluso cuando los hijos irrumpen en reuniones para pedir o decir cosas, nos recuerdan lo agradecidos que tenemos que estar al tener la oportunidad de estar presentes en momentos importantes creando recuerdos únicos con ellos que quizás no hayamos podido tener mientras estábamos más tiempo fuera de casa.
CONOCER A LOS HIJOS EN SUS DIFERENTES ETAPAS
Muchos se han dado cuenta de que en la prisa por llevar a los niños a la escuela a tiempo y pensar en miles de cosas por hacer, habían perdido por completo el contacto con las emociones. Ya no los conocían ni los entendían como cuando eran bebés y donde casi instintivamente podía adelantarse a casi todas las situaciones posibles.
Los padres han vuelto a aprender las señales de sus hijos, a aprender en qué momentos del día es probable que tengan hambre, qué alimentos controlarán sus antojos y cuáles los mantendrán relativamente tranquilos, qué les gusta y que desean más profundamente. Muchos han reconstruido una relación que ni siquiera sabían que habían perdido.0
GENERAR MÁS MOMENTOS DE ENCUENTROS EN PAREJA
Participar de manera más regular y visible con las tareas domésticas compartidas puede hacer maravillas por la salud de una relación. Trabajar juntos en un objetivo común puede ser muy fortalecedor para una pareja, y mantener la casa limpia puede brindar una gran sensación de logro y organización que hace que uno se sienta más unido.
Cuando hay menos distracciones, una pareja tiene más tiempo y espacio para concentrarse el uno en el otro y en la relación en sí. Al no tener un viaje diario al trabajo o planes para después, hay más tiempo juntos y más intimidad. Las parejas que tenían pocos encuentros se han redescubierto y las que tenían más relaciones ahora han redoblado su compromiso.
REZAR
Mucha gente se ha sentido “liberada” al no tener que atender a eventos sociales, fiestas o compromisos todo el tiempo. Dejar de hablar de cosas triviales y tener más tiempo para rezar y enfocarse en lo realmente importante. Cuánta gente ya no recordaba lo que era el silencio o anhelaba sentir tranquilidad.
A medida que la vida se detiene y se reorganiza, las personas tienen una oportunidad única de orientarse hacia el crecimiento personal. Nunca ha habido un mejor momento para conocerse a sí mismo. Ahora se trata más de saber cómo uno está por dentro e intentar incorporar más cuidados personales en la rutina como meditar, rezar, leer y/o escribir un diario.
Cecilia Zinicola, Aleteia
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