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jueves, 8 de octubre de 2020

Evangelio del día

 

ChristianArt 
 
Lucas 11, 5-13 Sigue tocando…
 
 
La persistencia de la memoria, Pintura de Salvador Dalí (1904-1989), Pintada en 1931, Óleo sobre tela
© 2020 Salvador Dalí, Museum of Modern Art, New York

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Supongan que alguno de ustedes tiene un amigo que viene a medianoche a decirle: ‘Préstame, por favor, tres panes, pues un amigo mío ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle’. Pero él le responde desde dentro: ‘No me molestes. No puedo levantarme a dártelos, porque la puerta ya está cerrada y mis hijos y yo estamos acostados’. Si el otro sigue tocando, yo les aseguro que, aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo, por su molesta insistencia, sí se levantará y le dará cuanto necesite.

Así también les digo a ustedes: Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, toquen y se les abrirá. Porque quien pide, recibe; quien busca, encuentra y al que toca, se le abre. ¿Habrá entre ustedes algún padre que, cuando su hijo le pida pan, le dé una piedra? ¿O cuando le pida pescado, le dé una víbora? ¿O cuando le pida huevo, le dé un alacrán?

Pues, si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más el Padre celestial les dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan?’’



Bulle

Juan de Cárpatos (VII s.)
monje y obispo.
Filocalia, Capítulos de exhortación 45, 82 (Philocalie des Pères Neptiques, DDB-Lattès, 1995), trad. sc©evangelizo.org


Enviarás tu Espíritu y serán creados

Está escrito que el Padre dará buenas cosas a los que se lo pidan (cf. Mt 7,11). También está escrito que dará el Espíritu Santo a quienes le rezan (cf. Lc 11,13).
Con estas palabras comprendemos que los que suplican a Dios y son reconfortados ante el pensamiento de tal esperanza, no sólo reciben la remisión de faltas, reciben también el don de gracias celestes. Porque el Señor no promete sus bienes a los justos sino a los pecadores. “Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan” (Lc 11,13). Entonces, pidan sin cansarse nunca, sin dudar. Mismo cuando tu fueras el último en llevar una vida virtuosa, aunque fueses débil y estuvieses lejos de ser honorable. Pide y recibirás grandes cosas. (…)
Lucha por guardar intacta la luz que brilla en tu razón. Si comienzas a ver con los ojos de la pasión, el Señor te cubre de tinieblas. Él sacará el freno que está delante tuyo (cf. Jb 30,11) y faltará la luz de tus ojos (cf. Sal 38(37),11). Sin embargo, aunque hubieras llegado a eso, no pierdas ánimo, no te canses. Reza con el santo rey David: “Envíame tu luz y tu verdad” que estoy triste, “mi salvador y mi Dios” (Sal 43(42),3.5).
Ya que “Si envías tu Espíritu, todos son creados, y renuevas la superficie de la tierra” (Sal 104(103),30). (EDD)




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