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viernes, 3 de septiembre de 2021

Evangelio del día


 

Evangelio según San Lucas 5,33-39.

En aquel tiempo, los escribas y los fariseos dijeron a Jesús: "Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y hacen oración, lo mismo que los discípulos de los fariseos; en cambio, los tuyos comen y beben".
Jesús les contestó: "¿Ustedes pretenden hacer ayunar a los amigos del esposo mientras él está con ellos?
Llegará el momento en que el esposo les será quitado; entonces tendrán que ayunar".
Les hizo además esta comparación: "Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque se romperá el nuevo, y el pedazo sacado a este no quedará bien en el vestido viejo.
Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres; entonces el vino se derramará y los odres ya no servirán más.
¡A vino nuevo, odres nuevos!
Nadie, después de haber gustado el vino viejo, quiere vino nuevo, porque dice: El añejo es mejor".


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.


Bulle

San Juan Casiano (c. 360-435)
fundador de la Abadía de Marsella
Conferencias.


“¿Los invitados de la boda pueden ellos mismos ayunar mientras que el Esposo está con ellos?”

Nosotros habiendo salido de Siria por la provincia de Egipto, deseosos de allí aprender los principios de los antiguos monjes, nos hemos sorprendido de la gran cordialidad con la que hemos sido recibidos. Contrariamente a lo que nos habían enseñado en los monasterios de Palestina, no se guardaba la regla de esperar la hora fija para la comida, excepto el miércoles y el viernes, allí nosotros rompimos el ayuno. Uno de los ancianos, a quien preguntamos el por qué, según ellos, se omitían los ayunos cotidianos fácilmente, nos respondía: “El ayuno está siempre conmigo, pero vosotros, bien pronto os vais a despedir, yo no podría cuidar de vosotros sin descansar en lo mío”Y el ayuno, que es útil y necesario, es por tanto la ofrenda de un presente voluntario, mientras que el cumplimiento de obrar la caridad es la exigencia absoluta del precepto. También, acogiendo en vosotros a Cristo, yo debo comer, y después de tener dado descanso, yo podré compensar en mi el ayuno más estricto la humanidad que me habéis manifestado en consideración a Cristo. En efecto, “los amigos del esposo no pueden ayunar mientras que el esposo está con ellos, pero cuando él esté ausente, entonces lo podrán hacer”.





























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