En primer lugar, una mujer es hermosa porque Dios la creó y porque su cuerpo es templo del Espíritu Santo, como está escrito en la Biblia (1 Cor 6,19)
Cada mujer nace con una belleza completamente única. Sin embargo, si esta belleza no tiene un origen más profundo, puede volverse muy superficial. No importa cuán perfecta y hermosa sea una mujer, si no tiene un contenido más profundo, si su alma no está llena de calma interior, ternura, gracia y feminidad, no tiene significado.
Pero como cada mujer es única, tiene una combinación única de rasgos externos, le será de gran ayuda saber cómo resaltar sus bellos rasgos de la manera correcta. Para ello, puede resultarle útil reconocer algunas de las leyes de su apariencia, que luego le ayudarán a elegir ropa, cortes, colores y complementos para que realmente brille lo más bellamente posible.
Colorantes naturales
Se entiende por coloración natural o coloración extraña aquella combinación de color de ojos, cabello y piel que nos brinda la naturaleza. Dado que estas combinaciones pueden ser extremadamente diversas, es importante reconocer las características de tu color y vestirte en consecuencia.
Decir que existe una armonía significa que la visión conjunta resulta agradable, tanto para la persona que la lleva, como para todas aquellas personas con las que se encuentra o se comunica. A la hora de identificar qué tipo de color somos, la forma más fácil de ayudarnos es consultar a un experto que se ocupe de esto y que, además, pueda darnos indicaciones muy precisas respecto al uso de colores, tonalidades y combinaciones entre ellos.
Forma del cuerpo
Las formas del cuerpo también son muy diferentes. La forma corporal es la forma en que está construido nuestro cuerpo y no depende tanto (o casi nada) de cuántos kilogramos pesemos, sino de la estructura corporal. Las formas del cuerpo como reloj de arena, triángulo, columna, rectángulo, etc., indican hasta cierto punto cómo debemos elegir los cortes de ropa para que nos sintamos mejor con nuestra ropa.
No se trata de querer tener un cuerpo diferente al que tenemos; sino para que sepamos resaltar todo aquello que nos favorece, y posiblemente ocultar algún detalle que no queramos resaltar.
Identifica tu estilo
La ropa y la imagen externa es una extensión de nuestra personalidad, de esta manera nos comunicamos con el entorno. Podemos preguntarnos: ¿Qué quiero que la gente vea cuando me ve? ¿Qué quiero comunicar con mi exterior?
De esta manera, podemos comunicar nuestros valores, creatividad, sentido de la estética, gusto y forma de pensar... Por eso elegimos un estilo que nos inspira, que nos sienta como en casa y en el que realmente nos sentimos bien y cómodos..
Para ello, es bueno tener en cuenta qué materiales usamos (busquemos materiales de calidad y naturales) y cómo combinamos la ropa.
No olvides hacerte etas preguntas clave: ¿Muestro lo suficiente de mi feminidad? ¿este atuendo es demasiado provocativo? ¿Vestirme es una alegría, un reto, una presión?
No tiene por qué ser así: a veces basta con un pequeño cambio, tal vez un pañuelo nuevo, una gota de perfume o una adición de rímel que nos hará sentirnos realmente bien.
Con nuestro propio bienestar influimos positivamente en nuestro entorno.
Tina Martinec Selan, Aleteia
Vea también Consagración de mi cuerpo como templo de Dios
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