El Papa Francisco ha acudido este martes al Cementerio Militar Francés de Roma, donde se encuentran los restos de numerosos soldados de este país que lucharon en la guerra mundial, para celebrar allí la Eucaristía por la conmemoración de Todos los Fieles Difuntos.
Durante su homilía, el Papa recordó un escrito que encontró una vez a la puerta de un cementerio. Decía así: “Tú que pasas, para el paso y piensa, de tus pasos, en el último paso”.
Por ello, el Papa Francisco recalcó que “todos daremos un último paso y que lo importante “es que ese último paso nos encuentre en camino”.
En el cementerio francés, el Santo Padre aseguró que “la vida es camino, todos nosotros estamos en camino. Todos nosotros, si queremos hacer algo en la vida, tenemos que estar en camino, que no es un paseo ni un laberinto. No, es un camino”.
Por ello, agregó que “en el camino nosotros pasamos delante de muchos, de muchos hechos históricos, delante de muchas situaciones difíciles. Y también delante de los cementerios, y el consejo de este cementerio es: ‘Tú que pasas, para el paso y piensa, de tus pasos, en el último paso’”.
“Todos daremos un último paso. Y alguno podría decirme: ‘Padre, no sea así, luctuoso, no sea trágico’. Pero es la verdad. Lo importante es que ese último paso nos encuentre en camino, no dando una vuelta, de paseo, sino, en el camino de la vida, y no en un laberinto sin fin. Estar en camino para que el último paso nos encuentre caminando. Este es el primer pensamiento que, diría, me viene al corazón”, agregó.
Al visitar las tumbas de este cementerio militar francés, Francisco hizo una reflexión: “Me he detenido delante de una tumba. Allí. ‘Desconocido. Muerto por Francia (((XXX)))’. Ni siquiera el nombre. En el corazón de Dios está el nombre de todos nosotros. Pero esta es la tragedia de la guerra”.
En este sentido, lamentó que “esta gente buena, murió en la guerra. Murió porque fue llamada a defender la patria, a defender valores, a defender ideales. Y, otras muchas veces, a defender situaciones políticas tristes y lamentables. Son víctimas, víctimas de la guerra que se come a los hijos de la patria”.
“Estoy seguro de que todos estos que han ido de buena voluntad, llamados por la patria para defenderla, están con el Señor. Pero nosotros, que estamos en camino, ¿luchamos lo suficiente para que no haya guerras? ¿Para que no haya economías de países fortificadas por la industria de las armas?”.
Francisco concluyó su homilía asegurando que “algunas tienen nombre, otros no, pero estas tumbas son un mensaje de paz. Deteneos, hermanos y hermanas, deteneos. Deteneos, fabricantes de armas, deteneos”.
El cementerio militar francés de Roma
Tal y como recoge Vatican News, encaramado en lo alto de la colina de Monte Mario, en la orilla derecha del Tíber, el cementerio militar francés domina la Ciudad Eterna desde hace casi 75 años. Y este año ha sido el lugar elegido por el Papa Francisco para la celebración de la misa con motivo de la conmemoración de todos los fieles difuntos. Se trata de un lugar relativamente desconocido para los romanos y que es muy simbólico para Francia. Se encuentra en la parte alta de la capital italiana, en Via dei Casali di Santo Spirito, donde ya se han llevado a cabo en el pasado otras conmemoraciones.
Construido e inaugurado por el gobierno italiano al final de la Segunda Guerra Mundial, el cementerio militar francés rinde homenaje a los soldados que lucharon contra el régimen nazi durante la Campaña de Italia, entre noviembre de 1943 y julio de 1944. El cementerio contiene las tumbas del Cuerpo Expedicionario Francés en Italia (CEFI), un grupo de cuatro divisiones militares dirigidas por el general Alphonse Juin, que se distinguió especialmente durante la batalla de Montecasino, en mayo de 1944.
Lugar estratégico de la Línea Gustav, Montecasino, sede de una importante abadía benedictina, fue el escenario de una de las batallas más sangrientas del conflicto, a veces denominada el "Verdún de la Segunda Guerra Mundial". La victoria de las tropas francesas sobre el ejército nazi permitió a los aliados reanudar su avance y entrar victoriosos en Roma el 4 de junio de 1944.
ReL
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