es monótono y agotador, hacerlo con amor te convertirá en colaborador del Creador
El trabajo es mucho más que un apego servil a alguna actividad que se supone debe ayudarnos a escapar de nuestros propios problemas, diciendo que los resultados materiales de nuestra actividad quedarán detrás de nosotros.
Si lo abordamos con la actitud interior adecuada, puede ayudarnos a convertirnos en quienes realmente somos, porque es a través del trabajo como podemos descubrir nuestros talentos y riqueza personal.
1trabajar con amor
San Pablo dice que solo el amor quedará detrás de nosotros, y todo lo demás pasará (cf. 1 Cor 13,8 ), por eso el trabajo impregnado de amor tiene un valor inconmensurable y sólo así dará fruto para la posteridad o para la eternidad. Con amor también conseguiremos hacer el trabajo más fácilmente.
En el lugar de trabajo, normalmente estamos inmersos en una red de relaciones humanas. También serán diferentes si los cambiamos con amor. Estaremos dispuestos a perdonar a nuestros compañeros y pedirles perdón, pero al mismo tiempo, no seremos jueces demasiado duros de nosotros mismos y sabremos perdonarnos los errores laborales de los demás.
2actúa con voluntad
La felicidad es más resultado de la voluntad que de las emociones. Por tanto, podemos decidir hacer nuestro trabajo con amor y dedicación, a pesar de que quizás no nos hayamos encontrado en la situación que nos hubiera gustado. Esta actitud contribuirá a la satisfacción interior.
3Dale al trabajo el lugar que le corresponde
Dirijamos nuestro trabajo nosotros mismos, en lugar de dejarnos llevar o incluso esclavizar por é. Tal apego puede dañar nuestras relaciones, nuestra salud... ¿Cuántas personas han invertido toda su vida en construir una casa, una carrera ambiciosa... pero se olvidaron de las personas que los rodeaban y de Dios. Solo en las relaciones que vivimos al máximo podemos sentirnos realizados.
4Estar bien informado
Hagamos nuestras tareas lo mejor que podamos y capacitémonos para el trabajo. Sin embargo, mantengamos la humildad por los conocimientos adquiridos y nuestras habilidades laborales. Este es un indicador de nuestra astucia. "Una buena ventaja se jacta de sí misma", dicen los sabios. Las grandes personas suelen parecer humildes, por lo que cualquiera puede acercarse a ellas.
5Con espíritu de servicio
El trabajo tiene un significado más profundo cuando servimos a los demás y contribuimos al bien común. A veces podemos pensar que sabemos cómo hacer un trabajo mejor que otros, por lo que no los dejamos colaborar, o nos negamos a aceptar su ayuda -así la necesitemos-.
Sin embargo, servir a los demás no significa excluir a los demás del proceso de trabajo, así sea un gesto benévolo, pensando que les ahorraremos el esfuerzo. Les haremos el mayor favor si les ayudamos a crecer.
6No solo a cambio de venganza
Un trabajador vale su salario, dice un viejo refrán que encierra verdadera sabiduría. Si respetamos el trabajo realizado -sea el que sea- también lo premiamos. Al mismo tiempo, la vida adquiere un carácter completamente diferente si algunas tareas, quizás bastante pequeñas, se realizan de forma gratuita, sin esperar compensación.
7Acepta lo inesperado y toma riesgos
¿Cuántas veces nos preparamos diligentemente para nuestro trabajo y al día siguiente, debido a diversos factores, nuestro plan se queda en el olvido? Podemos enojarnos y arruinarnos la tarde a nosotros y a los demás, pero podemos dejar en manos de Dios todos los cambios imprevistos. Quién sabe dónde se esconde su providencia, y nuestro trabajo dará frutos abundantes, a pesar de la sensación de que no controlamos todo como nos gustaría.
8Trabajar para y con Dios
El trabajo no nos hace olvidar a Dios. A pesar de la abundancia de obligaciones, dediquemos tiempo para él en la oración diaria. Entonces Jesús restaurará nuestras fuerzas. También lo invitamos al lugar de trabajo.
Marija Krebelj, aleteia
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