El matrimonio, no es una invención humana, sino que es diseño de Dios, por lo que ha instituido en la humanidad esta hermosa unión de amor, compromiso y fidelidad.
El cual, debe ser a imagen de Cristo, quien se entregó en totalidad a ella y , de esa misma manera, Jesús ha dejado ese ejemplo a los cónyuges, en donde sean una sola carne al unirse.
"Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia". (Ef 5:31-32)
La Fidelidad en el Matrimonio

Muchos creen que la fidelidad se centra únicamente en no engañar a la pareja con otra persona. Sin embargo, la fidelidad empieza desde el trato con respeto en el lenguaje verbal, físico y un compromiso donde haya amor constante.
La infidelidad no solo se expresa con actos, sino que empieza desde el pensamiento y el corazón, en el Evangelio de san Mateo, podemos leer: "Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón". (Mt 5, 28)
La fidelidad del esposo
El esposo que cuida, respeta y permanece con su esposa en los tiempos buenos y difíciles, está imitando a Cristo. Ya que está llamado a trabajar y poner sus fuerzas para guiar y sacar adelante a su familia.
Cristo, al ser el esposo fiel de la Iglesia nos recuerda que a pesar de cualquier error que pueda haber en la Iglesia, Él permanece fiel, pues su amor es limpio, puro, sacrificial y hasta el final.
En la carta a los Efesios podemos observar las palabras de Pablo: "Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella…" (Ef 5, 25-27)
Por esta razón, es que Cristo le ha dado fuerza al hombre, para poder sacrificarse por su esposa y por su familia, de la misma manera que lo hizo Él. Así también, debe negarse a sí mismo y a sus pasiones por el bien de su esposa e hijos.
La fidelidad de la esposa
La fidelidad en la mujer va más allá de la conducta externa. Comienza en el corazón: un corazón íntegro, firme, leal y comprometido, tanto con su esposo como con Dios.
"El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá de ganancias. Le da ella bien y no mal todos los días de su vida". (Prov 31, 11-12)
Una mujer fiel es una mujer en quien se puede confiar, que no traiciona la confianza, ni con sus actos, palabras, ni intenciones.
La fidelidad espiritual
La fidelidad espiritual se demuestra en la obediencia, santidad y devoción a Cristo. Para ser fieles al cónyuge es necesario estar en comunión con Dios, por ende, es necesario sostener una vida espiritual fuerte, que se alimente a diario con la oración, con los pequeños o grandes sacrificios en el día a día y por supuesto recibiendo los sacramentos.
Para ser realmente fieles, es necesario pedir la intersección del Espíritu Santo, quien nos recuerda que no estamos solos en este camino, que así como Cristo es fiel, promete dejarnos a su Espíritu Santo para que pidamos que nos ilumine y guíe con sabiduría.
La fidelidad es una decisión diaria
Cuando la fidelidad surge desde el interior de uno mismo, esta se extiende a toda la familia, de modo que, una familia fiel fortalece a una Iglesia fiel.
Por eso el amor es una decisión diaria, en donde decimos: te elijo a ti cada día, una entrega donde ser fieles es amar como Cristo amó sin medida.
Karen Hutch, Aleteia
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