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lunes, 13 de julio de 2020

¿Por qué pedir salud a la Virgen? La bella explicación de Reig Pla en los Premios Cari Filii

Salud de los Enfermos: una advocación más actual que nunca

Monseñor Reig Pla explicó por qué confiar particularmente en Nuestra Señora cuando, como ahora con la pandemia, es nuestra salud la que está en juego.


La pandemia impidió que se celebrase el tradicional acto público de entrega de los Premios Cari Filii, que cada año reconocen los méritos de trabajos escritos o audiovisuales presentados en honor a la Virgen María. Es costumbre que un obispo español intervenga en el evento, pero no pudiendo ser así, el de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla -quien ya participó en 2019- grabó una reflexión espiritual, recogida en vídeo y por escrito por Cari Filii News:
Salus Infirmorum (María, salud de los enfermos) es la advocación mariana que este año eligió la Fundación Cari Filii para la convocatoria de sus premios anuales. Y para conocer mejor el sentido de esta antigua advocación el obispo de Alcalá, monseñor Juan Antonio Reig Pla, ha hecho un recorrido catequético que muestra esta devoción y el amor de María a los hombres.

De este modo, el prelado relata en un vídeo para esta fundación mariana que desde que comenzó la pandemia de coronavirus son numerosos los fieles que “han suplicado a la Virgen” a través de la Salve con las palabras de esta oración: “vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y muéstranos a Jesús”. Pues según dijo Reig, “María siempre acoge nuestras oraciones y como madre intercede” por nosotros.

¿Qué significa en realidad Salus Infirmorum? El obispo de Alcalá desgrana esta advocación y explica que “Salus” significa a la vez “salud y salvación” resaltando que “hay que entender estas palabras de una forma integral”, es decir, desde la salud física, psíquica y espiritual, pero también “como salud de la enfermedad más grave, que es el pecado y cuya herencia es la muerte”.

Por su parte, “Infirmorum” significa “no estar firme, decaer”, que es también la “falta de estabilidad física, psíquica y espiritual, la decadencia moral y la decadencia en el pecado”.

Por ello, Reig Pla considera que a “María la invocamos como salud de los enfermos con esta perspectiva global”.

Una vez introducido el término de la advocación, el obispo considera que para entenderla bien hay que remontarse a los datos que aparecen en las Sagradas Escrituras. Y comienza en el Génesis, tras el pecado original y la promesa por parte de Dios: “Establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya. Ella te aplastará la cabeza, tú la morderás en el talón”.

“De una mujer vendrá una descendencia que acabará con la serpiente y que vendrá a rescatarnos de las consecuencias del pecado”, prosigue el obispo con esta catequesis.

Pero también en el Antiguo Testamento, el profeta Ezequiel da un “dato importante” en una enseñanza que representa al templo y del que del lado derecho va saliendo una corriente de agua que por donde pasa va sanando todo lo que encuentra, y en estas orillas las hojas son medicinales. En su opinión, este es un texto “profético” que anuncia “una realidad que va más allá de lo que Ezequiel percibe”.

Ya con San Pablo, en su carta a los Gálatas, Reig Pla asegura que se habla de la “plenitud de los tiempos” pues “Dios envió a su hijo nacido de una mujer, nacido bajo la ley para rescatar a los que están sometidos a la ley”.

Para el obispo de Alcalá, “lo que decía el Génesis de las hostilidades se cumple y se llama ‘plenitud del tiempo’”.

“El Señor no nos ha abandonado después el pecado, ha realizado una gran historia de salvación que se cumple precisamente en Jesucristo. Es Dios mismo quien viene a salvarnos”, recuerda el prelado.

Y María –agrega- “ha sido santuario del Verbo. Y nos ha traído a este mundo al médico que cura todas las enfermedades”.

Reig Pla señala que María “es la Madre de Dios y así lo proclamó el Concilio de Éfeso. Y desde la maternidad de María entendemos todo lo que es la intercesión sobre Cristo, que es su hijo, y sobre el Cristo total, que es la Iglesia. La llamamos madre de Cristo y madre de la Iglesia”.

Por ello, considera que es muy “oportuno” que en este tiempo “volvamos la mirada hacia ella y supliquemos su intercesión para que se realice la salvación que sólo su Hijo puede lograr por nosotros”.

¿Por qué es “Salud de los Enfermos”?, se pregunta Reig Pla. “Porque nos ha traído al médico que cura todas las enfermedades. Ella escuchó en el relato de la Anunciación: ‘Para Dios nada hay imposible’”.



En este sentido, el obispo complutense recuerda que desde siempre los cristianos han invocado a María y han pedido su intercesión en la salud, también espiritual. Y cabe tener muy en cuenta la respuesta de la Virgen al Ángel: “Hágase en mi según tu Palabra”.

Reig Pla citó también la alianza en el Sinái, o en el Monte Tabor donde dijo: “este es mi hijo, escuchadle”. Pero también las palabras de la Virgen en las  bodas de Caná. “Haced lo que Él os diga”.

“Como Madre de Dios es mediadora de todas las gracias, pero siempre nos hace caminar en la dirección de Jesucristo. Es a la vez la que el Señor nos envió como Madre”, dice Reig Pla recordando como ya en la cruz Cristo decía a Juan, “he ahí a tu madre”.

En su catequesis, el obispo recalca que “María no ha dejado de realizar esa labor maternal”, de ahí que los cristianos acudan a esta maternidad de María “para sanar las heridas del cuerpo y del alma”.

“Ella como madre ejerce esa función. Una vez Asunta al Cielo continua ejerciendo esa misma maternidad. Ella es la mediadora de todas las gracias, la que colaboró en la redención de todos nosotros. Por eso es importante que la invoquemos constantemente. Y ahora en este tiempo es muy importante recordar que ella es ‘salud de los enfermos’. Así lo entendieron desde los primeros cristianos”, afirma convencido Juan Antonio Reig Pla.  
Publicado originalmente en Cari Filii.




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