Se cantaron dos salmos y textos de San Ambrosio y San John Henry Newman; se leyó a San Pablo

El Papa recibió a Carlos y Camilla antes de la ceremonia ecuménica.
Técnicamente, no es la primera vez que Carlos III de Inglaterra reza con un Papa. En 2019, cuando se canonizó a San John Henry Newman en Roma, Carlos estaba en la Plaza de San Pedro, se levantaba cuando tocaba, decía "amén" en la bendición papal del Papa Francisco, etc...
Pero es cierto que aún no era el rey, porque entonces reinaba su madre, él reina desde 2022. Así que sí, es histórica su participación privilegiada este jueves, como Rey inglés, en la Capilla Sixtina, en una oración ecuménica en la que se han cantado dos salmos bíblicos, unas canciones de Newman y se ha leído el capítulo 8 de San Pablo a los Romanos.
Carlos III ha demostrado en su reinado, y antes, como príncipe heredero, un gran interés por el diálogo ecuménico. Ha visitado numerosas iglesias ortodoxas, por ejemplo, y ha mostrado un interés por los cristianos perseguidos en el mundo muy superior al mostrado, por ejemplo, por el Rey de España, que jamás ha tratado el tema. Sus mensajes de Navidad, como eran los de su madre, son devotos y cristocéntricos (de nuevo, en contraste con los del Rey de España, que no lo son).
La oración ecuménica la ha presidido el Papa León XIV, un Papa anglohablante, estando a su lado el arzobispo anglicano de York, Stephen Cottrell, como prelado de más edad en ejercicio en la Iglesia anglicana inglesa. El papel del arzobispo anglicano ha sido mínimo pero significativo: en el momento de la bendición final ("en nombre del Padre, y del Hijo...") la ha pronunciado al unísono con el Papa (sin gesto de señal de la cruz sobre los bendecidos).

Miembros de la Curia romana e invitados anglicanos y de otras confesiones en la oración ecuménica en la Capilla Sixtina con Carlos III
El poder de la Palabra de Dios
El tema de fondo del encuentro era el ecumenismo, especialmente el ligado al trabajo conjunto de los cristianos por el cuidado de la Creación que Dios ha encomendado al hombre. Así, se salmodió en latín el Salmo 8 (el mismo escrito en el asta de la bandera que los astronautas norteamericanos llevaron a la Luna): "Señor, qué glorioso es tu nombre en toda la tierra; cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la Luna y las estrellas que tú formaste, me digo: ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él?". También se cantó en latín el Salmo 64, de temática bastante diferente (contra los calumniadores), pero que resalta la esperanza, tema del Jubileo de este año.

León XIV, el arzobispo anglicano de York y los Reyes de Inglaterra, Carlos y Camila, en la histórica oración conjunta en la Capilla Sixtina
La Carta a los Romanos, capítulo 8, se leyó en inglés: "Toda la creación está gimiendo y sufre dolores de parto; también nosotros gemimos en nuestro interior aguardando la adopción filial, la redención de nuestro cuerpo. [...] No sabemos orar como conviene, por eso el Espíritu Santo intercede por nosotros con gemidos inefables". Y a continuación, unas preces o peticiones a Dios.
La oración en total duró apenas media hora. El rey salió caminando junto al Papa, como un símbolo del caminar que requiere el ecumenismo, el esfuerzo por unir a los cristianos, divididos contra la enseñanza de Jesús: "Padre, que ellos sean uno, como tú y yo somos uno".
Honores a los Reyes
Los Reyes de Inglaterra, Carlos y Camila, llegaron al Vaticano a las 10:50, cruzando el Arco de las Campanas. En el Patio de San Dámaso fueron recibidos con honores de visita de Estado. Tras la interpretación del himno británico God Save the King por la banda de la Gendarmería vaticana, y con la Guardia Suiza formada, el rey Carlos III y la reina Camila —vestida de negro y con velo— ingresaron en el Palacio Apostólico. Siguió una audiencia privada con el Papa, y luego encuentros paralelos: la reina visitó la Capilla Paulina mientras el rey mantenía una conversación en la Secretaría de Estado con el cardenal Pietro Parolin.
La oración ecuménica comenzó a las 12:20. Esta cita había estado prevista para abril, en el marco del Jubileo, pero por la muerte del Papa Francisco se aplazó. Ya entonces tenía como excusa celebrar los diez años de la encíclica Laudato Si' sobre el cuidado de la Creación. Y ya entonces el rey Carlos quería que tuviera un fuerte componente espiritual, y no sólo protocolario.

León XIV, Carlos III y Camila, en la Capilla Sixtina.
Así, gran parte de la ceremonia y su motivación venían determinadas desde antes de los recientes sucesos que han dividido a la Comunión Anglicana: el nombramiento de una mujer para ser arzobispesa de Canterbury y primada anglicana, y el anuncio de separación y creación de otra red anglicana, la Comunión Global Anglicana, con provincias y diócesis descontentas con la teología liberal del anglicanismo actual, que bendice uniones gays y ordena obispesas lesbianas declaradas (por ejemplo, en Gales).
El himno inicial, compuesto por san Ambrosio de Milán (maestro de San Agustín en el siglo IV), se cantó en inglés en una versión de San John Henry Newman, antiguo anglicano que se hizo católico pasados los 40 años, llegó a ser cardenal y será proclamado doctor de la Iglesia el próximo 1 de noviembre por el Papa.

En primera fila, antes de empezar la oración ecuménica, la nueva Moderadora de la Iglesia presbiteriana de Escocia, que no es anglicana
Una mujer con alzacuellos... y no era anglicana
Una asistente que llamó la atención en primera fila era una mujer con alzacuellos clerical y falda por la rodilla: se trata de Rosemary Frew, casada, con dos hijos, que desde mayo es la Moderadora de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia, entidad que no es anglicana, sino presbiteriana (esta comunidad protestante, antaño hegemónica en Escocia, hoy cuenta con apenas unos 250.000 fieles; no tiene obispos).
Con los delegados anglicanos hablaban los líderes católicos de Inglaterra y Escocia, el cardenal Vincent Nichols, arzobispo de Westminster y presidente de los obispos de Inglaterra y Gales, y el arzobispo de Edimburgo, Leo Cushley, en representación de los obispos escoceses (Escocia tiene su propia conferencia episcopal).
Signos de cercanía con la música
La mayor parte de la oración fue cantada. Por parte anglicana, e invitados por los Reyes, estaban el coro de niños de la Capilla Real de St. James’s Palace de Londres y el coro adulto de la Capilla de St. George del Castillo de Windsor. El coro católico era el de la Capilla Musical Pontificia Sixtina.
Antes de concluir, se interpretó el himno 'If ye love me', de Thomas Tallis, publicado en 1565 y basado en el Evangelio de Juan 14,15: “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; y yo rogaré al Padre, y Él os dará otro Defensor”. Tallis, músico y compositor real durante más de cuarenta años, escribió tanto para la liturgia romana como para el Libro de Oración Común anglicano.
Un rey protestante, ¿cofrade real de una basílica papal?
En el portal inglés conservador The Critic escribe con el pseudónimo Laudable Practice un analista que es clérigo anglicano. En su análisis destaca un signo que la sala de prensa vaticana ha querido difundir. El Papa León XIV nombra al rey inglés (que sigue siendo protestante) "cofrade real" de la Basílica Papal y Abadía de San Pablo Extramuros, antiguo templo benedictino, cosa que Laudable Practice liga a un llamado simbólico a trabajar por las raíces cristianas de Europa.
El mismo analista recuerda que hace 3 años, como parte del ritual de su coronación, el rey Carlos juró "soy un protestante fiel" y fue ungido y coronado por el arzobispo de Canterbury. Así que el gesto de ser "cofrade real" para una basílica papal lo considera "uno de los actos ecuménicos más significativos en las relaciones anglicano-católicas romanas".
El analista señala que es bien conocido el amor del Rey inglés por "la liturgia tradicional anglicana" y "la tradición coral anglicana". Al ascender al trono proclamó (no como parte del ritual, sino por declaración propia): "Soy un cristiano anglicano comprometido".
Pablo J. Gines, ReL
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