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viernes, 24 de octubre de 2025

Evangelio del dìa

 


Carta de San Pablo a los Romanos 7,18-25a.

porque sé que nada bueno hay en mí, es decir, en mi carne. En efecto, el deseo de hacer el bien está a mi alcance, pero no el realizarlo.
Y así, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero.
Pero cuando hago lo que no quiero, no soy yo quien lo hace, sino el pecado que reside en mí.
De esa manera, vengo a descubrir esta ley: queriendo hacer el bien, se me presenta el mal.
Porque de acuerdo con el hombre interior, me complazco en la Ley de Dios,
pero observo que hay en mis miembros otra ley que lucha contra la ley de mi razón y me ata a la ley del pecado que está en mis miembros.
¡Ay de mí! ¿Quién podrá librarme de este cuerpo que me lleva a la muerte?
¡Gracias a Dios, por Jesucristo, nuestro Señor! En una palabra, con mi razón sirvo a la Ley de Dios, pero con mi carne sirvo a la ley del pecado.


Salmo 119(118),66.68.76.77.93.94.

¡Enséñame tus mandamientos, Señor!

Enséñame la discreción y la sabiduría,
porque confío en tus mandamientos.
Tú eres bueno y haces el bien:
enséñame tus mandamientos.

Que tu misericordia me consuele,
de acuerdo con la promesa que me hiciste.
Que llegue hasta mí tu compasión, y viviré,
porque tu ley es toda mi alegría.

Nunca me olvidaré de tus preceptos:
por medio de ellos, me has dado la vida.
Sálvame, porque yo te pertenezco
y busco tus preceptos.


Evangelio según San Lucas 12,54-59.

Jesús dijo a la multitud:
"Cuando ven que una nube se levanta en occidente, ustedes dicen en seguida que va a llover, y así sucede.
Y cuando sopla viento del sur, dicen que hará calor, y así sucede.
¡Hipócritas! Ustedes saben discernir el aspecto de la tierra y del cielo; ¿cómo entonces no saben discernir el tiempo presente?
¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo?
Cuando vas con tu adversario a presentarte ante el magistrado, trata de llegar a un acuerdo con él en el camino, no sea que el adversario te lleve ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y este te ponga en la cárcel.
Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo."


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

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Bulle

Misal Romano
Oración eucarística para los encuentros C


Saber leer los signos de los tiempos

Te damos gracias,
Padre fiel y lleno de ternura,
porque tanto amaste al mundo
que le has entregado a tu Hijo,
para que fuera nuestro Señor y nuestro hermano.
El manifiesta su amor para con los pobres y los enfermos, para con los pequeños y los pecadores.
El nunca permaneció indiferente ante el sufrimiento humano;
su vida y su palabra son para nosotros la prueba de tu amor.
Como un padre siente ternura por sus hijos,
así tú sientes ternura por tus fieles...
Por eso, te alabamos y te glorificamos
y, con los ángeles y los santos,
cantamos tu bondad y tu fidelidad, proclamando el himno de tu gloria...
Fortalece a tu pueblo con el cuerpo y la sangre de tu Hijo
y renuévanos a todos a su imagen.
Que todos los miembros de la Iglesia sepamos discernir los signos de los tiempos
y crezcamos en la fidelidad al evangelio.
Que nos preocupemos de compartir en la caridad las angustias y las tristezas,
las alegrías y las esperanzas de los hombres,
y así les mostremos el camino de la salvación.  (EDD)

Reflexión sobre la acuarela sobre papel

En el Evangelio de hoy, Jesús utiliza una imagen sencilla y práctica: dos personas de camino al tribunal. Les aconseja que resuelvan su disputa antes de llegar, en lugar de arriesgarse a un juicio costoso y posiblemente humillante. En tiempos de Jesús, el sistema judicial solía favorecer a los ricos y poderosos, y muchos de sus oyentes habrían tenido pocas posibilidades de que se hiciera justicia. Pero Jesús no se limita a dar consejos jurídicos, sino que habla de algo mucho más profundo. Insta a la "urgencia de la reconciliación"... a no demorar la paz, a no esperar a que sea demasiado tarde.

Detrás de esta imagen se esconde una invitación mucho mayor. Del mismo modo que dos personas deben llegar a un acuerdo antes de presentarse ante el juez, así nosotros debemos reconciliarnos con Dios antes de presentarnos ante Él. Y la manera de hacerlo es a través de Jesús. Pero mucha gente no vio a Jesús tal como era, ni siquiera cuando estaba delante de ellos. Así que Él les dijo que podían leer las señales del tiempo, pero no las señales de la presencia de Dios en medio de ellos. Así que nos preguntamos: ¿estamos atentos a la forma en que Dios habla y actúa en nuestras vidas? ¿Vemos a Dios en los demás? ¿Vemos a Dios en la naturaleza que nos rodea? El Señor está aquí entre nosotros, tan seguro como lo estuvo en Galilea, llamándonos a responder... no más tarde, no eventualmente, sino ahora.

La imagen de Jesús mencionando a jueces, acusadores y tribunales, nos lleva a nuestra acuarela de Honoré Daumier, uno de los más agudos observadores franceses del comportamiento humano. Conocido sobre todo por sus litografías y caricaturas en los periódicos parisinos del siglo XIX, sentía una especial fascinación por los tribunales. A menudo representaba a jueces, abogados y acusados no como grandes figuras de la justicia, sino como personajes imperfectos, cansados, demasiado humanos, atrapados en el drama del orgullo, la persuasión y la vulnerabilidad. Su acuarela Le Défenseur (El abogado defensor), pintada entre 1862 y 1865, capta uno de esos momentos. En ella, un abogado se inclina hacia delante para dirigirse al tribunal, con el rostro sudoroso por una mezcla de determinación y agotamiento. Detrás de él, la abarrotada sala se desvanece en la sombra. Aquí la justicia parece casi teatral.

by Padre Patrick van der Vorst

Oracion

(La oracion del Misal Romano arriba)

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