PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de los Números 21,4b-9
En aquellos días, el pueblo estaba
extenuado del camino, y habló contra Dios y contra Moisés: “¿Por qué nos has
sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da
náusea ese pan sin cuerpo”. El Señor envió contra el pueblo serpientes
venenosas que los mordían, y murieron muchos israelitas. Entonces, el pueblo
acudió a Moisés, diciendo: “Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti;
reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes”. Moisés rezó al Señor
por el pueblo y el Señor le respondió: “Haz una serpiente venenosa y colócala
en un estandarte; los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla”. Moisés
hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente
mordía a uno, él miraba la serpiente de bronce y quedaba curado.
Palabra
de Dios.
SALMO
RESPONSORIAL
Sal.
83
1. Dichosos los que viven en tu casa, Señor.
¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los
ejércitos!
Mi alma se consume y anhela los
atrios del Señor,
Mi corazón y mi carne retozan por
el Dios vivo. R.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina un nido,
donde colocar sus polluelos, tus
altares,
¡Señor de los ejércitos, rey mío y
Dios mío! R.
Dichosos los que viven en tu casa
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti
su fuerza
al preparar tu peregrinación. R.
Cuando atraviesan áridos valles,
las convierten en oasis,
como si la lluvia temprana
las cubriera de bendiciones;
caminan de baluarte en baluarte
hasta ver a Dios en Sión. R.
Vale más un día en tus atrios
que mil en mi casa,
Y prefiero el umbral de la casa de
Dios
a vivir con los malvados. R.
Porque el Señor es sol y escudo,
él da la gracia y la gloria;
el Señor no niega sus bienes,
a los de conducta intachable. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los
filipenses 2,5-12
Hermanos: tengan entre ustedes
sentimientos propios de Cristo Jesús. Él a pesar de su condición divina, no
hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y
tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como
un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una
muerte de cruz. Por eso, Dios lo levantó sobre todo y le concedió el
“Nombre-sobre-todo-nombre”; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se
doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. Por tanto, queridos hermanos,
ya que siempre me han obedecido, no sólo cuando yo estaba presente, sino mucho
más ahora en mi ausencia, trabajen por su salvación con temor y temblor.
Palabra
de Dios.
Aleluya
(Jn 3,15)
El que me ama guardará mi palabra –
dice el Señor -, y
mi Padre lo amará y vendremos a Él.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Juan
3,11-16
En aquel tiempo, dijo Jesús a
Nicodemo: “Te lo aseguro, de lo que sabemos hablamos; de lo que hemos visto
damos testimonio, y no aceptan nuestro testimonio. Si no creen cuando les hablo
de la tierra, ¿Cómo creerán cuando les hable del cielo? Porque nadie ha subido
del cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del
hombre, para que todo el que creen en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en
él, sino que tengan vida eterna”.
Palabra
del Señor.
(ntramilagrosa.org)
Oracion
- Oh, mi amadísimo Señor de los Milagros,
acudo ante tu sagrada imagen con fervor, con toda mi fe y confianza, con
certeza en ti, para invocar tu muy milagrosa ayuda; me trae hasta tus pies
el amor que te profeso y lo mucho que te agradezco tu gloriosa redención,
y para pedirte que no me dejes solo ahora que sufro por tantas
adversidades, por tantas penalidades como hay en mi vida, que me causan
gran dolor y honda preocupación. Yo creo que tú eres Dios, como lo es el
padre y lo es el Espíritu Santo. Creo que eres también hombre verdadero y
fuente de vida y que, de tu plenitud, los hombres recibimos todas las
gracias y favores. Amén.

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