13. La
Fiesta de Abuelo.
(El guion
de la Santa Misa)
La pequeña
calle que siempre estaba tan silenciosa, se había transformado. En las casas
ondeaban pequeñas banderas. Ante la casa de abuelo había un mástil alto con una
bandera larga. La puerta de la casa estaba adornada con una guirnalda. El pino
de jardín estaba cubierto de tiras de oro. Todo el mundo se daba cuenta, se
celebraba una fiesta.
En verdad,
una fiesta. Abuelo, todos los de la calle lo llamaban así, celebraba un triple
jubileo: Sesenta y cinco años de pertenencia a una fabrica prestigiosa,
veinticinco años de labor como inventor en favor de la fabrica, y sus 95 años
edad. Era un hombre muy importante y apreciado en la fabrica. Muchas ideas
nuevas y sus inventos hicieron que desde técnico fuera promovido hasta gerente.
Era indispensable en la compañía. Cuando se jubiló, seguía ayudando por sus
consejos, estudios y experimentos. Su amabilidad hacía que todo lo mundo lo
quisiera. A todos les había ayudado alguna vez. Vivía en le pequeña calle
silenciosa en una casa unifamiliar. La habían construido de manera que las
grandes ventanas de la sala de estar miraban hacia el jardín y esto hacía que
casi fueran una unidad.
Puntualmente
a las 9. 30 a.m. entró un ómnibus enorme a la pequeña calle silenciosa y unas
cincuenta personas bajaron del bus. Era el coro de la empresa. También llegó un
gran auto costoso. El chofer abrió la puerta y se apeó el director general y el
directorio en pleno. Todos llevaban ternos oscuros con corbatas plateadas como se
suele hacer en momentos solemnes. Abuelo quiso darles la bienvenida en la
puerta. Pero no lo hizo.
Así que
sólo , apareció cuando el ama de casa, su hija, había llevado a los caballeros
a la sala de estar. Los caballeros y la familia del abuelo tomaron asiento en
la sala de estar. El coro se apostó en la pradera del jardín. Las grandes
ventanas estaban abiertas. Jardín y sala parecían una unidad. De los costados
podían participar también los vecinos. Se acercaron unos músicos. Con flauta y
trompeta tocaron una música solemne para dar comienzo a la fiesta. Abuelo de
ninguna manera quiso dejar de dar la bienvenida a todos los huéspedes.
Se
disculpó por no haberlos recibido en la puerta. Dijo: "Me había olvidado
de tomar mi medicina. Por eso llegué tarde". También dijo que le apenaba
que los huéspedes tenían que soportar la incomodidad del viaje. Los cantantes
ofrecieron luego una canción muy festiva. Cuando terminaron ellos, un joven
trabajador dijo unas palabras que mencionaban el trabajo, la gratitud y la
alegría.
Luego todos
se sentaron. El director del personal leyó un informe que había preparado. Él
mismo había comenzado como aprendiz bajo la dirección de abuelo. Se relataron
recuerdos serios y alegres. En el centro estaban siempre la fábrica y el abuelo.
Cuando
había terminado el director del personal, le tocó nuevamente al coro. Su canto
era como una respuesta al informe presentado.
Entonces se
levantó el director general. Declaró: "Puedo darles una noticia
especialmente hermosa. El Presidente de la República ha condecorado al dueño de
la fiesta con la Cruz de Caballero.". Luego añadió un pequeño discurso y
alababa a abuelo como la cabeza de la fábrica. Le deseó salud y bienestar para
muchos años. Todos aplaudieron al abuelo y dieron tres "hurrás" y el
trompetista tocó fuerte su instrumento. Uno después de otro los presentes se
acercaron para felicitar a abuelo.
Luego del
discurso del director general entraron dos mozos. El primer hotel de la ciudad
los había enviado. Estaban vestidos de uniformes colorados y perecían unos
generales. Pusieron la mesa con bandejas de plata, unos bocadillos y también
trajeron vasos. Cuando el desayuno estaba preparado se levantó abuelo para
decir un discurso. Por lo menos repitió doce veces la palabra "gracias".
Al final dijo: "Todos ustedes saben que me importa mucho la religión. Por
eso les ruego aceptar mi costumbre en momentos importantes y decir conmigo el
padrenuestro." Todos lo hicieron. El Señor director general pareció no
saber de memoria todo el padrenuestro. Pero le pareció conmovedor como todos
rezaban juntos. Luego se repartieron los bocadillos y se escanció el vino. A
todos les gustaba mucho. Cuando los cantores se habían fortalecido cantaron de
nuevo un gran himno solemne. Abuelo dijo un pequeño discurso final. Luego todos
los presentes, la familia, los vecinos y el directorio en pleno se unieron en
una canción común. Luego con muchas palabras alegres subieron al ómnibus y al
carro de lujo. Los vecinos se alejaron lentamente para volver a sus casas. Todos
comentaban unos con otros sobre lo hermoso que había sido la fiesta de abuelo.
Cada uno dijo: "Se la mereció".
Tomás, el
bisnieto de abuelo, de doce años, había participado en todo esto. Era una chico
que pensaba. El día siguiente visitó a su mejor amiga. Era la hija mayor de
abuelo y su ama de casa, su abuela. "Abuela, ¿esta fiesta a ayer no fue
acaso como una Misa?" La abuela no comprendió bien: "Anteayer hemos
celebrado la Misa de salud de abuelo en la Iglesia Parroquial". - "No
estoy hablando de esto. Quiero decir lo de ayer, la celebración con el coro de
la empresa". "Tomás, esto no fue una Misa. Como acólito no deberías
cometer un error de este tipo". Tomás se sintió un poco ofendido:
"Por supuesto, yo sé eso. Lo que quiero decir que todas las cosas se
siguieron una a la otra como en la Misa".
"¿Cómo
es eso?" se admiró la abuela. "Había lo de la trompeta y de la
flauta, como un canto de entrada, y cuando abuelo se disculpó por su tardanza
de un cuarto de minuto, pensé que era como cuando al comienzo de la Misa
pedimos perdón, y cuando cantó el coro me recordó el gloria de la Misa".
"Mira, dijo la abuela, realmente nunca lo habría pensado de esta
manera". "Fíjate, cuando el trabajador dijo su invocación, fue breve
y solemne como cuando hace la oración el párroco. Sólo le faltaba extender las
manos." "Me parece que estás exagerando", le dijo la abuela.
Tomás se entusiasmó con la idea: "Tienes que conceder lo siguiente: el
director del personal leyó su informe como nuestro lector cuando proclama la
lectura. Cuando el jefe máximo habló de una noticia alegre de la condecoración
ha hablado con unción igual que el párroco los domingos."
"Tomás", le reprendió la abuela.
Tomás
continuó victoriosamente con su argumentación: " Los mozos del Hotel
Intercontinental, ¿acaso no eran como los acólitos, con ropa más colorada que
nosotros? Y luego había el discurso de abuelo. Habló igual como el párroco:
'Demos gracias al Señor nuestro Dios', igual como se dice en el prefacio. La
abuela lo miró orgullosa de su nieto y sus pensamientos. Pero no le dijo nada
de esto sino se hizo la indiferente: "¿Realmente?". Tomas se reía:
"¿Te has diste cuenta que el gran jefe no sabía rezar el padrenuestro? Se
puso a tartamudear. Pero el padrenuestro era como en la Iglesia antes de la
comunión". "¿No vas a comparar el comer los bocadillos y tomar el
vino con la comunión cuando recibimos a Jesús? Hasta ahí no más, hijo
mío". La abuela otra vez se hizo como si se opusiera. Tomás contestó:
"Claro que no es lo mismo. Pero las dos cosas son iguales en una cosa, la
comida sagrada y la comida de la fiesta de abuelo, las dos son comida. Una para
el alma, otra para el cuerpo. También la comunión es comida". La abuela
quiso burlarse un poco cantando un canto de comunión pero no le salió bien.
Entonces
Tomás pudo presentar su argumentación final: "Quizás te das cuenta ahora
que el himno del coro se cantó justo como el canto en el momento de la
comunión. La palabra final de abuelo y cuando dijo: 'Que lleguen con bien a su
casa', era como la oración final de la Misa y cuando el sacerdote dice: 'Podéis
ir en paz'".
La abuela
lo interrumpió: "Tengo una idea. Te toca hacer una tarea para la profesora
de religión. En primer lugar, mañana toca presentarla. En segundo lugar, ¿por
qué no te sientas y anotas lo que hemos hablado? Yo en tu lugar lo pondría todo
en dos listas una al lado de la otra y quizás puedes completarlo todo un poco
más". "Muy buena idea", dijo Tomás y desapareció corriendo.
Durante esa tarde no se escuchó nada de Tomás. Sentado en su cuarto escribió lo
siguiente:
Fiesta de
Abuelo Santa Misa Entrada: Trompeta y Flauta Entrada: Canto de Entrada Saludo
de Abuelo y Disculpa Saludo y Rito Penitencial Canta el Coro Señor ten piedad y
Gloria La Invocación Festiva Oración del Sacerdote Informe, leído por el
director Lectura Canta el Coro Canto de respuesta La entrega de Condecoración
Buena Noticia (Evangelio) Discurso del Director General Prédica del párroco Los
mozos ponen la mesa Ofertorio - ayudan acólitos Palabras de gratitud del abuelo
Prefacio: "Demos gracias al... Ruego del abuelo: padrenuestro Padrenuestro
Bocadillos y vino de honor El banquete sagrado de la comunión Canta el coro
Canto de Comunión Palabra final de abuelo Oración final "Que lleguen bien
a casa" Podéis ir en paz.
Dos días
más tarde Tomás llega al colegio. Murmuraba dentro de sí: "Vieja
bruja". Este título lo había copiado de su bisabuelo que, cuando estaba de
buen humor, decía de toda mujer: "Vieja bruja. "Me ha ensuciado mi
lista con puro punto de interrogación". En verdad ella había marcado con
un punto de interrogación "Señor, ten piedad y Gloria". También al
lado de "Lectura" y otro en "prédica y ofertorio". Luego
una interrogante gruesa y roja entre prefacio y padrenuestro. Abajo había escrito:
“Tenemos que hablar sobre esto. La nota viene más tarde. Se te reconoce que tu
tarea libre tiene mucho valor".
Un día más
tarde había clase de religión en la penúltima hora.
La última
clase fue cancelada. Tomás tenía que quedarse. Le hubiera gustado pinchar a la
"vieja bruja". La catequista era la esposa del profesor de historia
de Tomás. Sabía bastante. Fue una conversación muy hermosa. "Tu tarea
libre es muy buena. Me hubiera gustado darte un "excelente". Pero hay
que aclarar los interrogantes. Luego lo escribes todo de nuevo. No es un examen
ni una composición. Mira: ¿Por qué escribes junto "Señor ten piedad y
Gloria?" Tomás sabia contestar: " Hace unos días el párroco habló con
el director del coro parroquial. El párroco gruñía de descontento porque el
coro había cantado de manera muy triste el "Señor ten piedad" de una
Misa cantada moderna. El director se defendía. Luego dijo el párroco: "El
'Señor ten piedad' no es un acto penitencial. Fue una aclamación al emperador.
Igual que el gloria con sus aclamaciones ha sido tomado del cortejo de triunfo
del emperador. El 'Señor ten piedad' y el 'Gloria' son unas aclamaciones a
Cristo Rey al comenzar la Misa". "Te has defendido bien", dijo
la catequista", borremos el punto de interrogación. Ahora aquí tú escribes
'Lectura'. En realidad el Misa tiene dos lecturas antes del Evangelio".
Tomás
argumentó en contra: " Pero sólo los domingos y fiestas. Por lo demás
muchos son flojos y leen sólo dos." "Bien, borremos el segundo punto
de interrogación, dijo la profesora, pero aquí: Luego del discurso o la prédica
haces seguir de inmediato el ofertorio". "Ay de mí, me estoy
volviendo viejo, dijo Tomás en una neta imitación del bisabuelo, no me he
fijado que luego del discurso han aclamado al abuelo con tres hurras y con
aplauso cerrado. Es algo como el 'Credo' en la Misa". "Insértalo, por
favor" dijo la catequista.
"Ahora
llegamos al problema más grandote. Has hecho muy bien al colocar el prefacio al
lado de discurso de agradecimiento de abuelo. Pero te has comido el santo, el
canon y la consagración. ¿Cómo vas a encontrar un paralelo en la fiesta de
abuelo?" Tomás calló un momento. Luego tosió un poco y dijo como dudando:
"Lo del 'santo' es fácil, sencillamente ponemos un canto d el coro."
"Pero el canon, la consagración", insistía la profesora. "El
canon es tan corto que uno ni se fija en él". "Pero dime, ¿cómo vas a
dejar de lado el relato de la última cena, el punto central en el canon cuando
se realiza la consagración?" La profesora había puesto el dedo en la
herida. Tomás había llegado al final de sus argumentos.
Pero ahora
se inició la solución: "El canon es una parte de la Eucaristía, la acción
de gracias, el discurso de abuelo en la fiesta. Entonces hay que comparar:
Canon, iniciado por el prefacio = Discurso de agradecimiento del festejado.
Pero jamás ni en manera alguna podrá compararse lo que se indica con la palabra
'consagración'. Esto es un acontecimiento sobrenatural que realiza Dios mismo.
Es el cielo que irrumpe en la tierra. Escapa al ojo y al oído, pero es tan real
como es real Dios. Lo que dice Dios, eso se realiza. En este lugar pinto unas
cruces solamente. Esto nos recordará que aquí esté la cruz y aquí está
Dios."
Cuando
Tomás llevó tres días más tarde la hoja de nuevo al colegio tenia el siguiente
aspecto:
Fiesta de
Abuelo (Fiesta de Dios Santa Misa) Entrada: Trompeta y 'Flauta (Entrada: Canto
de entrada) Saludo y disculpa de abuelo (Saludo y Rito penitencial-Sr. ten piedad) Canto de Coro (Gloria) Invocación festiva (Oración del Sacerdote) Informe por el
director leído (Epístola) Canto del Coro (Salmo responsorial) Mensaje de
Condecoración (Buena Noticia Evangelio) Discurso Director General (Predica del
Sacerdote) Aplauso, "hurra" (Credo) Felicitaciones de todos (Peticiones) Mozos ponen la mesa (Ofertorio) Agradecimiento abuelo (Prefacio) Canto
del Coro (Santo)
+++++++++++++ Eucaristía +++++++++++++
Antes de los bocaditos el abuelo reza el padrenuestro (Padrenuestro) Vino de Honor y Bocadillos (Banquete sagrado Comunión) Canta el Coro (Canto de la comunión) Palabra final de
abuelo (Oración final) "Lleguen bien a casa" (Podéis ir en paz)
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