Aquí podemos ofrecer sólo unos pocos aspectos de las mil maravillas de la Santa Misa
Tenemos el cáliz de tu Preciosa Sangre. |
Oh Señor, no podemos ir a la piscina de Siloé a la que enviaste al ciego. Pero tenemos el cáliz de tu Preciosa Sangre, llena de vida y luz. Cuanto más puros somos, más recibimos. San Efrén |
Dejarse comer por todos. |
Sueño una Iglesia que sea pan, Eucaristía, que sea don y que se deje comer por todos, para que el mundo tenga vida en abundancia. Siervo de Dios Cardenal F. X. Nguyen van Thuan |
Reconoce en este pan lo que colgó en la cruz. |
Cristo se sostuvo a sí mismo en sus manos cuando dio su Cuerpo a sus discípulos diciendo: "Este es mi Cuerpo". Nadie participa de esta Carne sin antes adorarla. Reconoce en este pan lo que colgó en la cruz y en este cáliz lo que fluyó de su costado. Todo lo que en muchas y variadas maneras fue anunciado de antemano en los sacrificios del Antiguo Testamento pertenece a este singular sacrificio que se revela en el Nuevo Testamento. San Agustín, Doctor de la Iglesia |
Toda santidad viene del sacrificio del Calvario. |
Toda santidad viene del sacrificio del Calvario, él es el que nos abre las puertas de todos los bienes sobrenaturales. Todas las aspiraciones más sublimes del hombre, todas ellas, se encuentran realizadas en la Eucaristía. San Alberto Hurtado |
La única Eucaristía de la que se alimenta el mundo no cristiano. |
La única Biblia que leen los llamados alejados es la vida de los cristianos. Y podríamos añadir: somos nosotros, y nuestra vida, la única Eucaristía de la que se alimenta el mundo no cristiano. Siervo de Dios Cardenal F. X. Nguyen van Thuan |
El acto más excelso, más santo, más meritorio y más glorioso. |
La Santa Misa, que renueva la inmolación del Salvador y nos aplica personalmente todo el mérito del sacrificio de la cruz, es el acto más excelso, más santo, más meritorio para el hombre y más glorioso para Dios. San Pedro Julián Eymard |
La riqueza insondable de Cristo. | |
Tenemos al Verbo encarnado todo entero, con todo lo que Él es y todo lo que hace, Jesús Dios y hombre, todas las gracias de su Humanidad y todos los tesoros de su Divinidad, o, para hablar con San Pablo, la riqueza insondable de Cristo Ef 3, 8. P. M. Bernardot op | |
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