El mundo vive tiempos turbulentos y llenos de incertidumbre. Hay cientos de miles de muertos provocados por la pandemia, confinamientos, muchas personas solas y con miedo, una tremenda crisis económica y confrontación social. Ante un panorama como este en la sociedad hace falta esperanza, y en Reino Unido, país muy golpeado por el Covid-19, miles de personas han hallado consuelo con unas humildes monjas clarisas de clausura, que con su música sacra y clásica se colocó en lo más alto de las listas.
Se trata del Monasterio de las Clarisas de Arundel, en el sur de Inglaterra, donde sus 23 monjas han publicado el disco Light for the World, y que de manera totalmente inesperada ha triunfado en todo Reino Unido, ayudando además a muchas personas que están sufriendo, tal y como explican desde Classic FM, emisora líder en música clásica, que ha recibido recibiendo testimonios sorprendentes de sus oyentes.
Los compositores James Morgan y Juliette Pochin han colaborado con las religiosas en la producción de un álbum que incluye canto gregoriano sin acompañamiento, unido a una sutil producción contemporánea para crear una música meditativa, y para tener experiencia espiritual. Algunas de las canciones incluyen extractos de los escritos de Santa Clara y San Francisco, también hay himnos en latín y otros textos medievales.
Desde Classic FM explican que las clarisas de Arundel están “usando sus hermosas voces para iluminar estos tiempos oscuros” y destacan que este disco se haya convertido en el éxito en número precisamente en esta situación.
La bella música de estas monjas de clausura ha tocado a muchos oyentes, tal y como revelaba Tom Lewis, vicedirector del sello discográfico Decca: “No creo que hayamos visto nunca una reacción como esta. Oímos de personas que paraban sus coches llorando después de escuchar la música y el mensaje de las Clarisas. ¡Nos ha pillado totalmente por sorpresa hasta el punto de que actualmente estamos sin stock! Su música contiene claramente un bálsamo musical mágico que la gente necesita en este momento”.
Además, añadía que “cuando escuchamos por primera vez las demostraciones de las Clarisas de Arundel, quedamos paralizados. El suyo es un enfoque completamente nuevo”.
Él éxito ha sorprendido a las propias religiosas, cuyo disco ha sido su primera incursión en la producción musical. Otra cosa es que el canto sea una parte fundamental de la vida de la comunidad, lo que según ellas les brinda una “alegría profunda”.
La hermana Gabriel Davison explicaba a Classic FM que están abrumadas ante la respuesta a su disco y el hecho de que muchas personas se sientan ayudadas por su mensaje. “Es una gran alegría para nosotros saber que durante este momento difícil para tantos, nuestra música esté ayudando a la gente a lidiar con el estrés y la ansiedad de la vida diaria”, explicó.
“La grabación de nuestro álbum en la capilla de nuestro monasterio durante un período de varios meses ha sido una gran aventura en la que entramos de todo corazón”, agregó la hermana.
Además, en nombre de esta comunidad, la hermana Davison afirma: "Esperamos que todos los que escuchen puedan encontrar una sensación de calma, paz y serenidad que se encuentra en lo profundo de cada uno de nosotros".
La comunidad de las clarisas de Arundel, situado en medio de la naturaleza a las afueras de Arundel, está conformada en estos momentos por 23 hermanas. La mayoría proceden de Inglaterra aunque también hay hermanas de Escocia, Irlanda, Nigeria, Zimbabue y Sri Lanka.
Pero además es un monasterio misionero, como recuerda Obras Misionales Pontificias. En 1990 se embarcaron en la fundación de un monasterio de Clarisas en Myanga, Kenia, cerca del lago Victoria y de la frontera con Uganda.
En octubre de 1991, tres hermanas viajaron a la comunidad de Clarisas Pobres en Mbarara, Uganda, para prepararse para la nueva fundación y, en marzo de 1992, fueron acogidas, finalmente en la diócesis keniana de Bungoma. Una familia local les ofreció un terreno que querían donar en memoria de sus padres.
Las hermanas se instalaron allí y supervisaron la construcción del Monasterio. La primera misa en el Monasterio de Nuestra Señora de la Luz de Myanga se celebró el 1 de diciembre de 1992. La construcción se realizó en varias etapas y culminó con la construcción de la capilla que fue consagrada el 19 de julio de 2001, construcción en la que colaboraron Obras Misionales Pontificias, apoyando la generosidad de estas hijas de Santa Clara y de San Francisco.
Javier Lozano / ReL
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