Es importante hablar a los niños de su santo patrón para ayudarles a rezarle mejor y tejer una auténtica amistad con él o ella.
Es importante guiar a los niños para vivir su relación de intimidad con su santo patrón. Todos tienen uno o varios. Incluso si su nombre no es el de un santo (sin duda hay que pensar en eso también al elegir un nombre), muy probablemente pueden identificarse con un santo con un nombre similar.
Cuanto más sepan los niños sobre la vida del santo cuyo nombre portan, mejor sabrán rezarle. Pero cuidado con no convertirles en “superhombres”, porque son pecadores y, como nosotros, pasaron por dificultades, caídas, obstáculos, preocupaciones… Y a pesar de ello o a través de ello, buscaron incansablemente a Dios y Le dejaron actuar en ellos.
Rezar la letanía de los santos
La letanía de los santos patrones para descubrir la existencia de los santos.
Los santos no son todos semejantes, aunque les une el mismo amor intenso y la misma sed de Dios. Cada uno tiene sus propios rasgos de carácter, sus defectos y cualidades, sus flaquezas y fortalezas. Los caminos de la santidad no son los mismos para todos: es importante poner de manifiesto esas características que dan a cada santo su personalidad, su color propio.
Conocer a los santos debe conducir a rezarles, a hablarles con familiaridad, como lo haríamos con un amigo siempre presente, siempre dispuesto a escuchar. Muchas familias tienen el hábito de recitar en la oración de la noche la letanía de los santos patrones de unos y otros.
Es un primer medio para que los niños descubran la existencia de los santos. Además, es una forma de oración muy accesible a los más pequeños que saben desde muy temprano responder alegremente “¡Reza por nosotros!”.
Cuentos con protagonistas santos
Estas lecturas pueden ayudarles a descubrir la vida de algunos de ellos. Consulta esta galería.
Christine Ponsard, Edifa Aleteia
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