Aquí podemos ofrecer sólo unos pocos aspectos de las mil maravillas de la Santa Misa
En unión con todas las Misas que se celebran a través del mundo. |
Padre Eterno, yo te ofrezco la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, en unión, con todas las Misas que hoy se celebran a través del mundo, por las Benditas Almas del Purgatorio. Oración de Santa Gertrudis |
Lo mismo que nos mandó el Salvador. |
Cuando ofrecemos nuestro sacrificio realizamos aquello mismo que nos mandó el Salvador; así nos lo atestigua el Apóstol, al decir: Jesús, el Señor, en la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y, después de pronunciar la Acción de Gracias, lo partió y dijo: "Éste es mi cuerpo, que se da por vosotros. Haced esto en memoria mía." Lo mismo hizo con la copa después de la cena, diciendo: "Esta copa es la nueva alianza que se sella con Mi sangre. Cada vez que la bebáis hacedlo en memoria mía." Porque cuantas veces coméis de este pan y bebéis de este cáliz, vais anunciando la muerte del Señor hasta que él venga. San Fulgencio de Ruspe |
Llegamos a convertirnos en aquello mismo que celebramos. |
Deben beber, sin embargo, el cáliz del amor del Señor, embriagados con el cual, mortificarán sus miembros en la tierra y, revestidos de nuestro Señor Jesucristo, no se entregarán ya a los deseos y placeres de la carne ni vivirán dedicados a los bienes visibles, sino a los invisibles. De este modo, beberán el cáliz del Señor y alimentarán con él la caridad, sin la cual, aunque haya quien entregue su propio cuerpo a las llamas, de nada le aprovechará. En cambio, cuando poseemos el don de esta caridad, llegamos a convertirnos realmente en aquello mismo que sacramentalmente celebramos en nuestro sacrificio. San Fulgencio de Ruspe |
La participación del Cuerpo y Sangre de Cristo. |
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado y la participación del Cuerpo y Sangre de Cristo, cuando comemos el pan y bebemos el cáliz, nos lo recuerda, insinuándonos con ello, que también nosotros debemos morir al mundo y tener nuestra vida escondida con la de Cristo en Dios, crucificando nuestra carne con sus concupiscencias y pecados. San Fulgencio de Ruspe |
La Santa Misa es la devoción de los Santos. |
La Santa Misa es la devoción de los Santos. Qué feliz es ese Ángel de la Guarda que acompaña al alma cuando va a la Santa Misa. San Juan María Vianney |
¡Solo queda Jesús! |
¡Oh, el momento divino de la consagración! El sacerdote casi desaparece ... ¡Solo queda Jesús! Todo está tranquilo. Es Jesús quien, en el Sacerdote, toma el pan, toma el vino: pronuncia las palabras divinas y está en el altar, en una nueva forma de ser, en la que la sangre se separa del cuerpo bajo la especie eucarística en la que está inmolado, como lo estaba en la cruz. Servo di Dio Don Dolindo Ruotolo |
El Santísimo Sacramento es el centro cualitativo del cosmos y de la historia. | |
En la Eucaristía Cristo está realmente presente y la Santa Misa es memorial vivo de su Pascua. El santísimo Sacramento es el centro cualitativo del cosmos y de la historia. Por eso constituye un manantial inagotable de pensamiento y de acción para cualquiera que esté en búsqueda de la verdad y quiera cooperar con ella. S.S. Benedicto XVI | |
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