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miércoles, 9 de diciembre de 2020

Evangelio del día


 ChristianArt 
 
Mateo 11, 28-30 Soy manso y humilde de corazón
 
 

La Flagelación de Nuestro Señor Jesucristo, Pintada por William-Adolphe Bouguereau (1825-1905),
Óleo sobre lienzo, Pintado en 1880 © Catedral de La Rochelle, Francia

En aquel tiempo, Jesús dijo: “Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera”.

Comentario

Bulle

Beato Juan van Ruysbroeck (1293-1381)
canónigo regular
Las Bodas espirituales, 1


«Venid a mí..., que soy manso y humilde de corazón»

La tercera venida de Cristo pertenece todavía al futuro. Tendrá lugar en el Juicio, o en la hora de la muerte...
El juicio de Cristo es justo porque él es, a la vez, el Hijo del hombre y la sabiduría del Padre. En efecto, para él todos los corazones le son transparentes y quedan de manifiesto en el cielo, en la tierra y en los abismos... La manera según la cual, Cristo, nuestro esposo y juez juzga en el momento del juicio, consiste en recompensar y en castigar según es justo, porque da a cada uno según sus méritos. Concede a todo hombre bueno y a cada obra buena hecha en Dios, la recompensa sin medida que es él mismo y que criatura alguna podría merecer. En efecto, puesto que él colabora a cada obra buena de la criatura, es gracias al poder del mismo Cristo que la criatura merece a Cristo en recompensa, y esto con toda equidad...
En la primera venida Cristo se hizo hombre, vivió humildemente y fue muerto por amor a nosotros y es así que ahora debemos seguirlo: por fuera, mediante las costumbres perfectas y las virtudes, por dentro, mediante la caridad y una verdadera humildad. En la segunda venida, que es actual, en la cual Dios viene con la gracia a todo corazón que ama, es necesario desearla y pedirla todos los días, a fin de mantenernos firmes en el propósito y crecer en nuevas virtudes. La tercera venida, que es la del Juicio o en la hora de nuestra muerte, es necesario esperarla y desearla con confianza y respeto a fin de ser liberados del exilio presente y penetrar en la morada de la gloria. (EDD)





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