Evangelio según San Mateo 14,13-21.
Al enterarse de eso, Jesús se alejó en una barca a un lugar desierto para estar a solas. Apenas lo supo la gente, dejó las ciudades y lo siguió a pie. |
Cuando desembarcó, Jesús vio una gran muchedumbre y, compadeciéndose de ella, curó a los enfermos. |
Al atardecer, los discípulos se acercaron y le dijeron: "Este es un lugar desierto y ya se hace tarde; despide a la multitud para que vaya a las ciudades a comprarse alimentos". |
Pero Jesús les dijo: "No es necesario que se vayan, denles de comer ustedes mismos". |
Ellos respondieron: "Aquí no tenemos más que cinco panes y dos pescados". |
"Tráiganmelos aquí", les dijo. |
Y después de ordenar a la multitud que se sentara sobre el pasto, tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes, los dio a sus discípulos, y ellos los distribuyeron entre la multitud. |
Todos comieron hasta saciarse y con los pedazos que sobraron se llenaron doce canastas. |
Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. |
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
San Beda el Venerable (c. 673-735) |
“La conduciré al desierto y le hablaré al corazón” (Os 2,16)
Mateo da más explicaciones (que Marcos) sobre la manera con que Jesús se apiada de la multitud, cuando dice: “...Jesús sintió compasión de ellos y curó a los enfermos que traían.” (Mt 14,14) Porque apiadarse de los pobres y de los que andan como ovejas sin pastor, es precisamente abrirles el camino de la verdad instruyéndolos y hacer desaparecer sus enfermedades cuidando de ellos. Pero también dándoles de comer cuando tienen hambre y animarlos a alabar la generosidad de Dios. Esto es lo que Jesús hizo... |
También puso a prueba la fe de la multitud, y una vez probada, les dio una recompensa adecuada. En efecto, los condujo a un lugar apartado para ver si la gente tenía interés auténtico en seguirlo. Y ellos lo siguieron, deprisa se fueron al desierto, no montados en asnos o mulos ni en vehículos, sino a pie. Así mostraron, con su esfuerzo personal, el gran ansia que tenían de ser curados. |
En recompensa, Jesús acogió a la gente fatigada. Como salvador y médico lleno de poder y de bondad, instruía a los ignorantes, curaba a los enfermos y alimentaba a los hambrientos, manifestando así su alegría por el amor a sus fieles. (EDD) |
Oración
Ven, Señor, en ayuda de tus hijos; derrama tu bondad inagotable sobre los que te suplican, y renueva y protege la obra de tus manos en favor de los que te alaban como creador y como guía. Por nuestro Señor Jesucristo.
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