"Nosotros oramos para recibir al Espíritu Santo, y recibimos al Espíritu Santo para que verdaderamente podamos orar, es decir, como hijos de Dios, no como esclavos. En primer lugar, debemos rezar para recibir el Espíritu Santo", comenzó diciendo el Papa.
La más gratuita y desinteresada
Tras analizar las palabras de San Pablo sobre la oración, el Papa reconoció "es cierto, no sabemos rezar. La razón de esta debilidad en nuestra oración se expresaba en el pasado con una sola palabra, utilizada de tres formas distintas: como adjetivo, como sustantivo y como adverbio. Es fácil de recordar, incluso para los que no saben latín, y merece la pena tenerla presente, porque ella sola encierra todo un tratado. Nosotros, los seres humanos, decía aquel dicho, 'mali, mala, male petimus', que significa: siendo malos (mali), pedimos las cosas equivocadas (mala) y de la manera equivocada (male)".
La Audiencia General en la Plaza de San Pedro del Vaticano estuvo presidida por la Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia (España).
Por eso, el Papa asegura que "el Espíritu Santo viene, sí, en auxilio de nuestra debilidad, pero hace algo mucho más importante aún: nos atestigua que somos hijos de Dios y pone en nuestros labios el grito: '¡Abba! ¡Padre!'. La oración cristiana no es el ser humano que habla con Dios al otro lado del teléfono, no, ¡es Dios que reza en nosotros! Rezamos a Dios a través de Dios. Es precisamente en la oración que el Espíritu Santo se revela como 'Paráclito', es decir, nuestro abogado y defensor. No nos acusa ante el Padre, sino que nos defiende".
"El Espíritu Santo intercede por nosotros, pero también nos enseña a interceder, a su vez, por nuestros hermanos y hermanas; nos enseña la oración de intercesión. Esta oración es particularmente agradable a Dios porque es la más gratuita y desinteresada. Cuando cada uno reza por todos los demás, sucede – observó san Ambrosio – que todos los demás rezan por cada uno y la oración se multiplica", concluyó en su catequesis el Papa.
Puedes escuchar aquí completa la Audiencia del Papa Francisco.
Ya en los saludos, el Papa pidió por la paz y volvió a recordar la situación de Valencia a consecuencia de la DANA: "Y pedimos por la paz. No olvidemos la martirizada Ucrania, que sofre tanto. No olvidemos la Palestina e Israel. El otro día, se ametrallaron a 153 civiles que iban por la calle. Muy triste. No olvidemos el Myanmar. Y no olvidemos Valencia, España. Por eso, como he dicho, hoy preside la Virgen de los Desamparados, la Madonna de los Desamparados, que es la patrona de Valencia. Recemos un avemaría por Valencia".
ReL, Vatican.va
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