En nuestra periferia ya se está acabando el verano. Con todo vale la pena considerar el tema.
A medida que nos acercamos a los meses de verano, la tentación de vestirse de manera informal para la misa del domingo aumenta exponencialmente. Por qué este es el caso, probablemente tenga que ver con la cultura en la que vivimos, así como con el aumento de servicios más informales en todo el espectro religioso. Aunque esto sería un buen artículo y una discusión filosófica, este artículo se centra en la importancia de vestirse adecuadamente para la misa y por qué es importante hacerlo.
Antes de comenzar, dejemos una cosa fuera del camino: no te estoy juzgando de ninguna manera. Como uno que trabaja para una parroquia, mi trabajo como catequista es guiar a las personas más cerca de Cristo. No se trata de juzgar, sino de ayudarnos a crecer en la comprensión de su fe, que incluye muchas dimensiones.
Quiero compartir mi propia experiencia con usted y cómo aprendí mi lección sobre cómo vestirme adecuadamente para la Misa. Hace casi once años, comencé mi Maestría en Teología en la Universidad Franciscana de Steubenville. La primera vez que asistí a la Santa Misa en la iglesia católica de San Pedro en la ciudad, nunca olvidaré la sensación de estar completamente mal vestida cuando entré a la Iglesia. Aunque llevaba un par de costosos pantalones-Jeans, un polo de Banana Republic igualmente costoso y un par de zapatillas caras, casi todos los demás estaban vestidos con su "mejor domingo". Hasta este día, esta era la manera como me solía vestir para la misa durante años.
Al menos cuatro de mis profesores de posgrado, incluidos Scott Hahn y John Bergsma, vestían ternos completos con corbata. Sus familias iban vestidas de la misma manera. El sentimiento de ese momento todavía reside conmigo hoy. Lo primero que pensé fue: "Tengo que irme a casa y cambiarme a mejor ropa". Al final, me quedé para la misa, pero me senté en un rincón con la esperanza de que ninguno de mis profesores viera lo que llevaba puesto.
Algunos podrían pensar que esto se refiere sólo a lo exterior, pero hace mucho tiempo aprendí de mi papá que es mejor estar vestido demasiado elegantemente que ponerse demasiado poco, y ciertamente estaba mal vestido para la misa y eso también durante todos los años anteriores.
Desde ese día en adelante, aprendí a usar ropa adecuada para ir a misa todos los domingos. ¿Me vestí con terno todos los domingos? No, pero me puse pantalones de vestir, zapatos de vestir, una camisa y, en ocasiones, una corbata. Estoy agradecido de que esta lección me fue enseñada. Vestirme apropiadamente para la Misa cambió completamente mi disposición en la Misa. Mi disposición exterior y la ropa que llevaba ahora reflejaban mi disposición interior.
Estoy escribiendo este artículo a todos los que asisten a la misa, sin embargo, espero que mis compañeros católicos que lean este artículo se tomen en serio estas palabras. Si usa pantalones de vestir, una camisa (quizás con corbata) para ir al trabajo todos los días, pero acude a misa con pantalones cortos o jeans, una camiseta y chanclas, hay una desconexión.
Me hice algunas preguntas: ¿Por qué me vestía adecuadamente para el trabajo, pero me vestía no apropiadamente para la misa? ¿Usaría mi ropa de trabajo para ir a la piscina, a la playa o al lago? Estas preguntas me desafiaron.
En este punto, las objeciones comunes pueden estar surgiendo. Aquí hay cuatro que se mencionan más a menudo.
1. "A Dios no le importa lo que me ponga en la misa"
Esto se oye a menudo junto con: "¡Ven cómo eres! ¡A Dios no le importa qué ropa te pongas! ¡Él te ama!" Esta objeción es pura conjetura. A Dios le importa lo que uses, y no uses esta excusa ya que está enraizado en la pereza. Mi esposa no me dijo el día de nuestra boda: "¡Ven como tú quieres a nuestra boda! Realmente no me importa lo que te pongas ". Ver Mateo 22: 1-14.
2. "Es mi decisión personal, no tengo ganas de disfrazarme"
Aquí está la objeción que dice: "porque me visto durante la semana para ir a trabajar, el domingo es hora de relajarse". Es cierto que el domingo es el Día del Señor, un día de descanso. Sin embargo, no vestirse para la misa cae igualmente en el pecado de pereza. La pereza carece de disciplina y la voluntad de sufrir. Si el Señor sufrió una agonía en la cruz por todos nosotros, podemos vestirnos adecuadamente durante un par de horas un domingo para glorificar su nombre, y sí, incluso cuando hace calor y / o está húmdo.
3. "Nunca me visto elegantemente"
Este argumento lo formulan los no conformistas, o aquellos que tienen una tendencia a rebelarse contra la autoridad, pero este comentario también proviene de personas a las que nunca se les exige vestirse para el trabajo. Este argumento realmente no tiene peso, ya que esas mismas personas que dicen que nunca se disfrazan, en realidad se disfrazan para muchas cosas. Usamos camisetas deportivas para juegos, vestidos o trajes de etiqueta para bodas y celebraciones, ropa especial para equipos o, a veces, ropa especial (y algo cara) para cazar, pescar, hacer excursiones o incluso hacer ejercicio en el gimnasio. En realidad, nos "vestimos para la ocasión" bastante a menudo. ¿No debería aplicarse también ese concepto a la Santa Misa?
Mis consejos para los hombres
1. Usar zapatos formales para ir a la iglesia. Las sandalias, las sandalias de playa o las zapatillas de entrenamiento y para correr no son zapatos formales.
2. Use pantalones de vestir (no jeans).
3. No use pantalones cortos.
4. Use una camisa tenga un cuello. Meta la camisa en los pantalones. Las camisetas sin cuello, las camisetas sin mangas y las camisetas deportivas son demasiado informales.
5. [Para los tipos más atrevidos] - use una corbata, un terno o una chaqueta con su atuendo. Algunos pueden pensar que esto es demasiado sofocante, pero no hace mucho, los hombres usaban esa ropa todos los días, todos los domingos en la misa, y sí, incluso a eventos deportivos.
Para mujeres . . .
1. Usar zapatos decentes para la iglesia. Se deben evitar las chanclas y las zapatillas de tenis.
2. Recuerde que, para una falda o vestido, tres dedos por encima de la rodilla, o más largo, es apropiado. Las faldas y los vestidos no deben ser "transparentes" o tener rendijas largas. No se deben usar pantalones cortos, especialmente "pantalones cortos cortos".
3. No use jeans. Los pantalones son una buena opción, pero no deben ser demasiado ajustados. Su objetivo no debe ser atraer la atención sobre la forma de su cuerpo cuando se viste para la misa.
4. Use una blusa bonita (si no lleva un vestido). Las blusas no deben estar demasiado ajustadas por la misma razón que los pantalones no deben estarlo. Las camisetas sin mangas, las tiras de espagueti y los diafragmas no son apropiados para la misa. También es importante asegurarse de que la ropa interior siga siendo la ropa interior. Si otros pueden ver parte del sostén, reconsidere su elección.
5. Los pechos nunca deben ser visibles. Podría pensar que una camisa cubre su escote, pero tome esta prueba rápida antes de ir a Misa: Inclínese frente al espejo. Lo que vea es lo que verá el sacerdote, diácono o ministro extraordinario de la Santa Comunión. Porque muchas veces ellos están en una grada y miran desde arriba cuando se acerca para recibir la Eucaristía.
Con todo esto dicho, al final, vestirse para la misa es importante por dos razones: primero, el vestido transmite respeto y honor. Le estamos diciendo a Dios: "Tú vales el esfuerzo; te mereces lo mejor. " También les comunica a tus hermanos en Cristo que tomas en serio la Misa. No es sólo cualquier otro evento casual durante la semana. Segundo, cuando nos vestimos de manera respetuosa, cambia nuestra disposición interior. Personalmente, cuando tengo puesto un terno, o incluso una corbata sin chaqueta, mis palabras, pensamientos, postura y mi actitud general son totalmente diferentes. Las palabras de mi padre son verdaderas hoy como lo fueron cuando me las dijo por primera vez hace muchos años: "un caballero realmente sabe cómo vestirse para cada ocasión".
Tom Perma, epicPew
Debe saberse, sin embargo, que todo Jesucristo se contiene en cada una de las especies; bajo la especie de pan se contiene también la sangre con el cuerpo, y bajo la especie de vino se contiene el cuerpo con la sangre.
Quiere Él, para el bien de las criaturas, que su cuerpo, su alma y su divinidad se hallen en todos los rincones del mundo, a fin de que podamos hallarle cuantas veces lo deseemos, y así en El hallemos toda suerte de dicha y felicidad. Si sufrimos penas y disgustos, El nos alivia y nos consuela. Si caemos enfermos, o bien será nuestro remedio, o bien nos dará fuerzas para sufrir, a fin de que merezcamos el cielo. Si nos hacen la guerra el demonio y las pasiones, nos dará armas para luchar, para resistir y para alcanzar victoria. Si somos pobres, nos enriquecerá con toda suerte de bienes en el tiempo y en la eternidad.
El efecto que este sacramento produce en el alma de quien lo recibe debidamente es la unión del hombre con Cristo. Y puesto que por la gracia el hombre es incorporado a Cristo y unido a sus miembros, es lógico que por este sacramento se aumente la gracia de quienes lo reciben dignamente. Todos los efectos que el alimento y la bebida materiales producen sobre la vida del cuerpo: sustento, crecimiento, reparación y placer, este sacramento los produce para la vida espiritual .
Y dijo en modo demostrativo: Este es mi cuerpo y esta es mi sangre, para que no pienses que las cosas que aparecen son una figura (tipo), sino que por algo inefable del Dios Omnipotente las oblaciones son realmente transformadas en el cuerpo y en la sangre de Cristo; y nosotros, al participar de ellos, recibimos la fuerza vivificadora y santificadora de Cristo.
En la Santísima Eucaristía se contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, a saber, Cristo mismo, nuestra Pascua y Pan vivo por su carne, que da la vida a los hombres, vivificada y vivificante por el Espíritu Santo.
Es mayor la fuerza de la bendición que la de la naturaleza, porque por la bendición incluso la misma naturaleza se cambia.
Adoctrinados y llenos de esta fe certísima, debemos creer que aquello que parece pan no es pan, aunque su sabor sea de pan, sino el Cuerpo de Cristo; y que lo que parece vino no es vino, aunque así le parezca a nuestro paladar, sino la Sangre de Cristo.