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viernes, 16 de mayo de 2025

Evangelio del día

 

Libro de los Hechos de los Apóstoles 13,26-33.

Habiendo llegado Pablo a Antioquía de Pisidia, decía en la sinagoga:
"Hermanos, este mensaje de salvación está dirigido a ustedes: los descendientes de Abraham y los que temen a Dios.
En efecto, la gente de Jerusalén y sus jefes no reconocieron a Jesús, ni entendieron las palabras de los profetas que se leen cada sábado, pero las cumplieron sin saberlo, condenando a Jesús.
Aunque no encontraron nada en él que mereciera la muerte, pidieron a Pilato que lo condenara.
Después de cumplir todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del patíbulo y lo pusieron en el sepulcro.
Pero Dios lo resucitó de entre los muertos
y durante un tiempo se apareció a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, los mismos que ahora son sus testigos delante del pueblo.
Y nosotros les anunciamos a ustedes esta Buena Noticia: la promesa que Dios hizo a nuestros padres,
fue cumplida por él en favor de sus hijos, que somos nosotros, resucitando a Jesús, como está escrito en el Salmo segundo: Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy."


Salmo 2,6-7.8-9.10-11.

«Yo mismo establecí a mi Rey
en Sión, mi santa Montaña.»
Voy a proclamar el decreto del Señor:
El me ha dicho: «Tú eres mi hijo,
yo te he engendrado hoy»

«Pídeme, y te daré las naciones como herencia,
y como propiedad, los confines de la tierra."
Los quebrarás con un cetro de hierro,
los destrozarás como a un vaso de arcilla»

Por eso, reyes, sean prudentes;
aprendan, gobernantes de la tierra.
Sirvan al Señor con temor


Evangelio según San Juan 14,1-6.

Jesús dijo a sus discípulos:
"No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí.
En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar.
Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes.
Ya conocen el camino del lugar adonde voy".
Tomás le dijo: "Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?".
Jesús le respondió: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí."


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

Bulle

Venerable Pio XII (1876-1958)
papa 1939-1958
Pío XII mensaje de radio del 23 de marzo de 1952 (Trad. ©Evangelizo.org)


« Cristo, la Vía, la Verdad y la Vida es la luz de la conciencia»

La conciencia es el núcleo más íntimo y secreto del hombre. Es allí adónde se refugia con sus facultades espirituales en una soledad absoluta: solo consigo mismo, o más bien, solo con Dios, cuya voz se hace escuchar en la conciencia. Es allí adónde uno se determina por el bien o por el mal; es allí que uno escoge el camino de la victoria o el de la derrota. Incluso si lo quisiera, el hombre no lograría deshacerse de ella. Con ella, ya sea que uno la apruebe, o que la condene, recorrerá todo el camino de la vida, y con ella también, testigo verídico e incorruptible, se presentará al juicio de Dios.
La conciencia es entonces un santuario, sobre el umbral del cual todos deben detenerse; todos, incluso el padre o la madre, cuando se trata de un niño. Solo el sacerdote entra como médico de las almas; pero la conciencia no cesa de ser un santuario celosamente vigilado, Dios mismo quiere que el secreto sea preservado bajo el sello del más sagrado de los silencios. ¿En qué sentido podemos hablar de la educación de la conciencia? El divino Salvador ha traído al hombre ignorante y débil su verdad y su gracia: la verdad para indicarle la vía que conduce al objetivo; la gracia para otorgarle la fuerza de poder alcanzarlo. Cristo es la Vía, la Verdad y la Vida, no solamente para todos los hombres en su conjunto, sino para cada uno individualmente. (EDD)

Reflexión sobre el cuadro

A lo largo de las lecturas de esta semana, Jesús nos ha ido revelando profundas verdades sobre sí mismo a través de imágenes sencillas pero poderosas. Nos ha dicho que Él es el Pastor, que guía y protege a su rebaño. Ayer declaró que Él es la Luz, que brilla en la oscuridad para guiarnos seguros a casa. Hoy nos ofrece una de sus afirmaciones más bellas y definitorias: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida". No se trata de meras metáforas, sino de revelaciones profundamente significativas, que nos ayudan a comprender quién es Cristo y cómo estamos llamados a seguirle.

Jesús es el Camino - no sólo un guía, sino el camino mismo por el que llegamos al Padre. ¿Por qué es Él el único camino? Sencillamente porque así es como Dios, en Su sabiduría y amor, ha diseñado el camino de la salvación: que lleguemos a Él a través de Su Hijo. Más profundamente, la inmensidad de la brecha entre la humanidad y Dios es algo que nunca podríamos cruzar por nuestra cuenta. Sin Cristo, estaríamos perdidos. Sólo caminando con Jesús, conociéndole íntimamente, podemos esperar entrar en el misterio de la gloria infinita de Dios.

Jesús es la Verdad - no una verdad entre muchas, sino la Verdad misma, hecha carne. Como Hijo del Padre, Él encarna la respuesta definitiva a todo anhelo humano de sentido, propósito y comprensión. En Él encontramos la verdad sobre quiénes somos, de dónde venimos y a qué estamos llamados.

Jesús es la vida - el que da vida en abundancia. Cuando seguimos Su camino y aceptamos Su verdad, nuestras almas se llenan de vida verdadera. Sin Él, podemos existir, pero espiritualmente estamos vacíos; con Él, participamos de la vida divina que vence incluso a la muerte.

Nuestra reflexión se complementa maravillosamente con la pintura de Daphne Stephenson, "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida". Trabajando en el estilo conocido como Arte Naïve Primitivo, Stephenson capta temas espirituales con refrescante sencillez y honestidad. El crítico de arte Alan Bowness explica: "Los artistas naïve aparecen cuando el arte se vuelve demasiado precioso o demasiado ingenioso. Alguien con un don natural, sin formación, llega y da la vuelta a las nociones preconcebidas de todos, y nos hace recapacitar". De manera muy parecida, las palabras de Jesús hoy atraviesan la complejidad y el orgullo intelectual, devolviéndonos a lo esencial: confiar, seguir y vivir en Aquel que es nuestro Camino, nuestra Verdad y nuestra Vida.

by Padre Patrick van der Vorst

Oración

SEÑOR, hazme conocer tus caminos; y enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad. Y enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvación. ¡En ti pongo mi esperanza todo el día! Acuérdate, SEÑOR, de tu misericordia y gran amor, que siempre me has mostrado. Olvida los pecados y las transgresiones que cometí en mi juventud. Acuérdate de mí según tu gran amor, porque tú, SEÑOR, eres bueno. Bueno y justo es el SEÑOR; por eso les muestra a los pecadores el camino. Él dirige en la justicia a los humildes, y les enseña su camino. Todas las sendas del SEÑOR son amor y verdad para quienes cumplen los mandatos de su pacto. Por amor a tu nombre, SEÑOR, perdona mi gran iniquidad. ¿Quién es el hombre que teme al SEÑOR? Será instruido en el mejor de los caminos. Tendrá una vida próspera y sus descendientes heredarán la tierra. El SEÑOR brinda su amistad a quienes le temen y les da a conocer su pacto. Mis ojos están puestos siempre en el SEÑOR, pues solo él puede sacarme de la trampa.

(bible.com)






















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