Aquí podemos ofrecerle sólo unos cuantos aspectos
de las mil maravillas de la Santa Misa
María Eucaristía. |
Si crees que es demasiado para ti, que es una tarea muy difícil y te detiene el recuerdo de tus debilidades, mira a María, llama a María, Ella que vivió siendo Eucaristía te acompañará en tu caminar.
Eglis de Jesús Cayama Ser Eucaristia, catolicosconaccion.com
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Comulgar con el Corazón de María SS. |
Antes de la Comunión suplica a esta bondadosa Madre que te preste su Corazón para recibir en él a su Hijo con sus propias disposiciones.
San Luis María Griñón de Monfort |
Yo llamaría maná a la misma Virgen María. |
"Por eso, yo llamaría maná a la misma Virgen María, porque derramó sobre todos los pueblos un manjar más dulce que la miel."
San Máximo de Turín
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El mismo Jesucristo que nació de María Virgen. |
El mismo Jesucristo que nació de María Virgen; el mismo que estuvo recostado en el pesebre del frío establo; el mismo que recibió el mensaje de los tres Magos, está presente en la Santísima Eucaristía; y como un día en el establo de Belén, también ahora en el Santísimo Sacramento está esperando el homenaje y la adoración de sus fieles.
Siervo de Dios Mons. Tihámer Tóth Anunciad el Evangelio |
Le podrán llevar con ustedes igual que María Santísima. |
Ustedes envidian la oportunidad de la mujer que tocó las vestimentas de Jesús, de la mujer pecadora que lavó Sus pies con sus lágrimas, de las mujeres de Galilea que tuvieron la felicidad de seguirlo en sus peregrinaciones, de los Apóstoles y discípulos que conversaron con El familiarmente, de la gente de esos tiempos, quienes escucharon las palabras de Gracia y Salvación de Sus propios labios. Ustedes llaman felices a aquellos que lo miraron ... mas, vengan ustedes al altar, y lo podrán ver, lo podrán tocar, le podrán dar besos santos, lo podrán lavar con sus lágrimas, le podrán llevar con ustedes igual que María Santísima.
San Juan Crisóstomo Doctor de la Iglesia
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María Santísima se convirtió en el primer Tabernáculo. |
"Bienaventurada la que ha creído" (Lc 1, 45): María ha anticipado también en el misterio de la Encarnación la fe eucarística de la Iglesia. Cuando, en la Visitación, lleva en su seno el Verbo hecho carne, se convierte de algún modo en "tabernáculo" -el primer "tabernáculo" de la historia- donde el Hijo de Dios, todavía invisible a los ojos de los hombres, se ofrece a la adoración de Isabel, como "irradiando" su luz a través de los ojos y la voz de María. Y la mirada embelesada de María al contemplar el rostro de Cristo recién nacido y al estrecharlo en sus brazos, ¿no es acaso el inigualable modelo de amor en el que ha de inspirarse cada comunión eucarística?
Beato Juan Pablo II Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia, n. 55 |
La Carne y la Sangre de Jesús son la carne y la sangre maternal de María Santísima. |
Si Adán pudo llamar a Eva al ser ella sacada de su costilla: "hueso de mis huesos y carne de mi carne" Gen 2,23, no puede la Virgen María aun con mayor derecho llamar a Jesús "¿Carne de mi carne y Sangre de mi sangre?". Tomado de la "Virgen intacta", la Carne de Jesús es la carne maternal de María; la Sangre de Jesús es la sangre maternal de María. Así pues, no será nunca posible el separar a Jesús de María.
Santo Tomás de Aquino Doctor de la Iglesia
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