
Un pequeño detalle sobre nuestro nuevo Papa pasó casi desapercibido en el primer alboroto de la cobertura mediática. Pero podría ser uno de los detalles más importantes y reveladores, no solo sobre el Papa, sino sobre nuestra fe católica.
El Papa León XIV es el único de los 133 cardenales del cónclave -y probablemente de todos los papas de la historia- que tiene una licenciatura en matemáticas (obtenida en la Universidad de Villanova).
¿Por qué es tan importante?
En un mundo que califica erróneamente a los cristianos de anticientíficos, la formación matemática del Papa León XIV ofrece una poderosa contraargumentación.
Hablando claro, pensar que la ciencia y la religión son enemigas no es propio del catolicismo. Para los católicos, la fe y la razón no son enemigas, sino aliadas estrechamente vinculadas en la búsqueda de la verdad.
Como escribió san Juan Pablo II:
"La fe y la razón son como dos alas sobre las que el espíritu humano se eleva a la contemplación de la verdad; y Dios ha puesto en el corazón humano el deseo de conocer la verdad -en una palabra, de conocerse a sí mismo- para que, conociendo y amando a Dios, los hombres lleguen también a la plenitud de la verdad sobre sí mismos".
El vínculo inquebrantable entre fe y razón

Un principio central de la fe católica es que la ciencia y la teología no pueden entrar en conflicto. Aquí está, directamente del Catecismo:
"Aunque la fe está por encima de la razón, nunca puede haber discrepancia real entre la fe y la razón. Puesto que el mismo Dios que revela los misterios e infunde la fe ha otorgado la luz de la razón a la mente humana, Dios no puede negarse a sí mismo, ni la verdad puede contradecir jamás a la verdad». Por consiguiente, la investigación metódica en todas las ramas del saber, siempre que se lleve a cabo de manera verdaderamente científica y no pase por encima de las leyes morales, nunca puede entrar en conflicto con la fe, porque las cosas del mundo y las cosas de la fe derivan del mismo Dios. (159)
Vemos la unidad de la fe y la razón en la larga y sólida historia de las contribuciones católicas a la ciencia y las matemáticas.
El padre Georges Lemaître no sólo contribuyó a la cosmología, sino que la revolucionó al proponer por primera vez la teoría del Big Bang.
Gregor Mendel, agustino como el Papa León XIV, no se limitó a estudiar la genética, sino que estableció sus fundamentos.
A lo largo de la historia, los católicos han celebrado la investigación intelectual como medio para comprender la creación de Dios.
Ahora, en el Papa León XIV, tenemos un símbolo vivo y un recordatorio de esta unidad.
Los matemáticos responden al nombramiento de uno de los suyos como Papa
El Papa León no es ciertamente el primer Papa de mentalidad científica. El Papa Francisco es licenciado en química, y los papas que le han precedido han tenido un gran respeto y aprecio por la ciencia, como se puede ver en escritos como la encíclica Fe y Razón de San Juan Pablo II.
Pero su formación matemática aporta algo nuevo y diferente. En honor a ello, Aleteia se puso en contacto con matemáticos para que comentaran la elección del Papa León XIV.
El Dr. Vladimir Piterbarg, Jefe de Análisis Cuantitativo de NatWest Markets y Profesor Visitante del Imperial College de Londres, compartió esta contundente respuesta:
"Es a la vez inspirador y profundamente simbólico ver que el nuevo Santo Padre no es sólo el Vicario de Cristo, sino también el primer Papa -y el único cardenal- licenciado en matemáticas. En un mundo que con demasiada frecuencia traza una falsa línea divisoria entre la fe y la razón, su singular formación constituye un poderoso testimonio de su armonía.
Del mismo modo que Isaac Newton vio su investigación científica como un medio para comprender mejor la creación de Dios, y que Blaise Pascal utilizó tanto la razón como el misticismo para explorar la verdad divina, nuestro nuevo Papa nos recuerda que el lenguaje de los números y el misterio de la fe no están reñidos. Al contrario, ambos nos conducen hacia la misma verdad trascendente: el orden, la belleza y el amor en el corazón del universo de Dios.
Que su papado inspire a una nueva generación de fieles que no tengan miedo de buscar a Dios a través del alma y la mente".

Mark Bauer, matemático estadounidense que trabaja en finanzas cuantitativas, compartió una profunda reflexión sobre cómo una formación matemática puede dar forma a la perspectiva del Papa León:
"¡Qué emocionante es tener un Papa licenciado en matemáticas! En esencia, las matemáticas son el estudio del funcionamiento real del universo, una exploración de la lógica, la simetría y la estructura. Es una disciplina arraigada en la razón y construida axiomáticamente, que revela la belleza y el orden incluso en las ideas más abstractas.
Con estos antecedentes, el Papa León XIV aporta una perspectiva única al papado. Su comprensión de la belleza matemática y la simetría puede profundizar su apreciación del orden divino en la creación. No es difícil imaginar que esto le ayudará a ver -y a cuidar- el alma de cada persona como bellamente hecha a imagen de Dios.
Esta perspectiva también puede inspirarnos a todos a reconocer a los que pasan desapercibidos, a recordar a los que más fácilmente se olvidan y a valorar a cada ser humano como un reflejo de la belleza divina".
Un nuevo lenguaje para las verdades eternas
Sólo podemos preguntarnos cómo su formación matemática podría configurar el papado de León XIV. Sabemos que las matemáticas enseñan la precisión del pensamiento, la belleza de la estructura lógica y la humildad ante la vasta complejidad de la realidad, y que todas estas son cualidades que podrían servir bien a un pastor de almas.
Theresa Civantos Barber, Aleteia
Vea también La Apuesta de Blaise Pascal
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