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sábado, 24 de mayo de 2025

Por qué la maternidad es reveladora para las mujeres

 

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La mayoría de nosotros intentamos descubrirnos a nosotros mismos. Las madres tienen el secreto que descifra el código

Cuando las jóvenes que dudan en ser madres explican el por qué de sus interrogantes, suelen recurrir a unas cuantas razones. En primer lugar, explican que aún están intentando descubrir quiénes son realmente y convertirse en versiones más completas de sí mismas antes de estar preparadas para la maternidad. En segundo lugar, les preocupa no llegar nunca a descubrirlo. Piensan que, sencillamente, no serán buenas madres debido a las insuficiencias que persisten.

Por estas razones tan comunes, los jóvenes retrasan cada vez más el matrimonio y los hijos hasta bien entrados los 30 o incluso de forma permanente. El resultado es una crisis en el número de personas que experimentan la felicidad duradera del matrimonio, un descenso de la natalidad y el aumento de la soledad.

Sin duda, algunas mujeres (y hombres) evitan egoístamente la responsabilidad o fingen ser jóvenes durante demasiado tiempo antes de intentar sentar la cabeza. Algunos quieren ser jóvenes despreocupados y hacer lo que quieran.

Sin embargo, ninguna de las razones enumeradas en el primer párrafo está motivada por el egoísmo. Algunas mujeres que experimentas estas dudas, en otras circunstancias, serían madres dispuestas y felices. En sus mentes, algún día serán madres. Pero antes tienen que resolver algunos problemas.

¿Cómo nos "encontramos a nosotros mismos"?

Ambas explicaciones adolecen del mismo problema, que es un malentendido de cómo llegamos a la autorrealización. En un caso, las mujeres tienen una imagen perfecta de cómo serán algún día cuando por fin lo tengan todo. Trabajan con constancia y confianza para conseguirlo. En el otro caso, se preocupan por no alcanzar nunca esa imagen perfecta.

El resultado de cualquiera de las dos actitudes es el mismo. Las mujeres se vuelven hacia dentro. Se centran en su carrera, sus amistades, sus experiencias, sus viajes, su forma física, su vivienda… sean cuales sean las marcas del éxito para un individuo concreto. Así es como piensan que pueden prepararse para la maternidad.

Hoy en día existe una actitud que afecta tanto a los hombres como a las mujeres, según la cual, para alcanzar nuestro máximo potencial, tenemos que tomarnos el tiempo necesario para reunir todas las piezas necesarias. Es un subproducto desafortunado que el tiempo necesario para hacerlo a menudo deja la cuestión de formar una familia aplazada hasta que es demasiado tarde. Aún más triste es el hecho de que nuestra búsqueda desesperada de la autorrealización se revuelque y se funda, por lo que la búsqueda es contraproducente.

Las madres pueden salvarnos

Las mujeres madres están en la mejor posición para salvarnos de este problema. Son las madres las que han descifrado el código de la felicidad y la autorrealización porque son las madres las que han elegido un camino completamente distinto. En lugar de centrarse en sí mismas, esforzándose por alcanzar una idea artificial de autorrealización o valía, lo han arriesgado todo. Han entregado su corazón a sus hijos.

Las madres pasan muy poco tiempo pensando en sí mismas. Este cambio del ego al amor sacrificado lo cambia todo.

El escritor Paul Claudel dice que "el hombre no llega a conocer el mundo por lo que le arranca, sino por lo que le añade: él mismo".

Habla, en general, de una forma de amar y movernos por el mundo como creadores de belleza. En lugar de centrarnos en lo que tenemos que añadir a nosotros mismos, nos centramos en lo que podemos ofrecer. La maternidad es un buen ejemplo del tipo de donación creativa que el autor de esta frase tiene en mente.

Por supuesto, ninguno de nosotros es perfecto. Pero no podemos esperar a una fecha indeterminada en el futuro en la que por fin estemos completos y podamos vivir nuestra vida. Tampoco podemos permitir que nuestras imperfecciones nos hagan pensar que nunca seremos capaces de casarnos y formar una familia. Centrarse en uno mismo, dice Claudel, convertirse en un "tomador" en la búsqueda de la autorrealización nunca funcionará. La única fuente de conocimiento de que disponemos es como "dadores".

Sabiduría disponible para las madres

Uśmiechnięta młoda matka z dzieckiem


Por eso hay una sabiduría particular a disposición sobre todo de las madres. Tomando el ejemplo de Nuestra Señora, como madre es la primera en meditar en su corazón el significado de la Encarnación. Es la primera en intuir el sufrimiento que padecería su Hijo.

Es la primera en verbalizar que la humildad y la entrega son el secreto de la grandeza. La maternidad la envuelve casi como un poder profético. No estaba preparada para la maternidad. Le sobrevino en un instante. Pero en ese instante decidió salir de sí misma con todo el amor que pudiera reunir. En esa valiente decisión, se descubrió a sí misma y la razón por la que había sido creada.

Nadie está preparado para el milagro de dar a luz a un hijo. Nadie es una persona perfectamente preparada, autorrealizada y lista para ser un padre perfecto. La sabiduría solo llega al vivir la vocación. Solo llega en la entrega de uno mismo.

Las madres aportan tanto amor y sabiduría a este mundo y apenas se dan cuenta porque sus pensamientos son sólo para sus hijos. Eso es lo que hace que la maternidad sea reveladora.

Michael Rennier, Aleteia

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