Bajo pena de excomunión inmediata en caso de romper la «discreción total»
El juramento lo realizan todas las personas involucradas en el cónclave, tanto religiosas como laicas, siempre que hayan sido aprobadas por el cardenal camarlengo y los tres cardenales asistentes.
Tal y como han informado los medios vaticanos, este lunes 5 de mayo se ha celebrado el icónico juramento de secreto absoluto en torno al cónclave, en el que todo el personal laico o eclesiástico ha jurado confidencialidad total en lo relativo a las votaciones y escrutinios que tendrán lugar durante los próximos días desde este miércoles.
Tanto los eclesiásticos como los laicos destinados al Cónclave, aprobados por el Cardenal Camarlengo y los tres Cardenales Asistentes, según la Constitución Apostólica "Universi Dominici Gregis" en la Capilla Paulina, Tercera Logia del Palacio Apostólico.
El juramento atañe a multitud de miembros del personal y el secreto que están obligados a guardar, incluso después del cónclave, es absoluto.
Bajo pena de excomunión inmediata
No se permiten grabaciones, audio o vídeo, y cualquier intento de romper el secreto es castigado con la excomunión inmediata o latae sententiae, impuesta directamente por la Santa Sede.
En el juramento han participado multitud de miembros del personal, sin distinción entre su rango jerárquico o su dedicación profesional.
Así, entre la lista difundida por Vatican News, se recoge que han participado en el juramento ante el cardenal camarlengo, Kevin Joseph Farrell y dos protonotarios apostólicos:
• El secretario del Colegio Cardenalicio y el maestro de las Celebraciones Litúrgicas, monseñor Diego Ravelli.
• Siete ceremonieros pontificios.
• Un eclesiástico de confianza del cardenal que preside el Conclave.
• Dos religiosos agustinos encargados de la Sacristía Pontificia.
• Confesores en distintos idiomas.
• Médicos, enfermeros y ascensoristas del Palacio Apostólico.
• Personal de limpieza y cocina.
• Empleados de la Florería y técnicos de servicios.
• Conductores que trasladan a los cardenales desde la Casa Santa Marta.
• Dos oficiales de la Guardia Suiza Pontificia, responsables de la seguridad en la Capilla Sixtina.
• El director de Seguridad y Protección Civil del Estado de la Ciudad del Vaticano, junto con parte de su equipo.
El compromiso
Las palabras con las que sellaron su compromiso de secreto absoluto y confidencialidad total fueron:
"Yo N. N. prometo y juro observar el secreto absoluto con quien no forme parte del Colegio de los Cardenales electores, y esto perpetuamente, a menos que reciba especiales facultades dadas expresamente por el nuevo Pontífice elegido o por sus Sucesores, acerca de todo lo que atañe directa o indirectamente a las votaciones y a los escrutinios para la elección del Sumo Pontífice.
Prometo igualmente y juro que me abstendré de hacer uso de cualquier instrumento de grabación, audición o visión de cuanto, durante el período de la elección, se desarrolla dentro del ámbito de la Ciudad del Vaticano, y particularmente de lo que directa o indirectamente de algún modo tiene que ver con las operaciones relacionadas con la elección misma.
Declaro emitir este juramento consciente de que una infracción del mismo comportaría para mí la pena de excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica.
Así Dios me ayude y estos Santos Evangelios que toco con mi mano".
José María Carrera, ReL
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