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martes, 27 de mayo de 2025

Hadjadj se muda a España: liderará un proyecto para «hacer verdaderos cristianos que vayan al mundo»

Presenta «Incarnatio», una iniciativa pionera, inspirada en el medievo y la espiritualidad benedictina

El filósofo francés Fabrice Hadjadj y su esposa, Siffreine Michel.

El filósofo francés Fabrice Hadjadj y su esposa, la artista Siffreine Michel, durante la presentación de Incarnatio en la sede madrileña de Fertilitas


Fabrice Hadjadj es conocido en todo el mundo por superventas como La suerte de haber nacido en nuestro tiempo, ha generado tendencia al frente del Instituto Philanthropos en Suiza y ahora busca generar una escuela y cambio cultural en España e Hispanoamérica. Tal y como ha anunciado este lunes el filósofo francés y el equipo de Incarnatus Est en la sede de Fertilitas (Madrid), a partir de este verano dirigirá un ambicioso proyecto cultural que cristalizará en forma de instituto académico y que abrirá sus puertas a 40 alumnos seleccionados.

Bautizado como “Incarnatio”, la dirección aspira a que claustro y alumnado formen parte de una iniciativa marcada por la fe, las humanidades, disciplinas artísticas y artesanales que aspira a ser “referencia para Hispanoamérica en formación humanística, foco de reflexión y punto de encuentro para pensadores de todo el mundo”.

Para hacerlo posible, el mismo Hadjadj se mudará a España en el curso de los próximos meses, acompañado de su esposa también presente en el evento, Siffreine Michel, y sus diez hijos.

La llamada personal frente a la deshumanización

La presentación estuvo orientada por una reflexión central del filósofo en torno al eje rector que vertebrará el programa de Incarnatio, y es el llamado a recuperar el verdadero realismo de lo manual, lo artesanal y lo comunitario frente a una inteligencia artificial que “imita pero deshumaniza”.

En este sentido, la propuesta de Incarnatio según Hadjadj considera que la verdadera educación no se limita a la mera transmisión de información, sino en “responder a una llamada personal”. Frente a un mundo que quiere “aceptar los valores cristianos sin Cristo y hacer moral sin Evangelio”, dijo el filósofo, “la gente necesita una llamada personal a ser caballeros en un mundo en que no hay caballeros”.

Incarnatio se inspirará en el modelo del Instituto Philanthropos (Friburgo, Suiza) que preside Hadhadj, buscando llevar a España sus fundamentos pero con un resultado que, lejos de “clonar o copiar” al primero, pretende llevarlo a “otra dimensión”.

De este modo, el Incarnatio ofrecerá un año de vida en comunidad para el estudio de antropología, literatura, historia y el desarrollo de actividades manuales como el teatro, la carpintería y la horticultura entre otras disciplinas.

Según detallaron Hadjadj y los integrantes de Incarnatus Est a los medios presentes, los seleccionados para el primer programa del curso 2026/2027 será en torno a los cuarenta miembros.

“La idea es que haya jóvenes en un número suficiente y no muy grande para poder tener relaciones interpersonales, que se conozcan unos a otros”, se explicó. A lo largo de toda la presentación resonaron términos constantes como el de “relación”, “comunidad” o “trascendencia”, lo que también se buscará en la ubicación del Instituto, “no muy lejos de Madrid, donde está la vida cultural, pero lo suficientemente retirado”.

El programa, de un curso completo de duración entre septiembre y junio, será en principio interno, con residencia y noches incluidas, aunque no se descartan otras modalidades de participación más reducidas.

Incarnatio explica en su página web cómo acercarse, colaborar o participar.

Un noviciado para poder ser "seres humanos"

Comparó el trasfondo y características del Instituto a una suerte de “noviciado para ser humano”, pues si antes “necesitábamos el noviciado para la vida sobrenatural, ahora, en un mundo desmaterializado por las máquinas, lo necesitamos para la vida natural, para ser humanos”.

Es por ello que los alumnos podrán disfrutar de una conexión personal, natural y trascendente durante un año viviendo juntos, imbuyéndose de formación académica y práctica en torno a un amplio programa de materias. De hecho, se prevé que los inscritos podrán convalidar con créditos universitarios el equivalente a un año de filosofía o teología.

Entre otros contenidos, se hizo referencia a disciplinas tan variadas como el trabajo manual, destacando la jardinería, carpintería, ganadería y otras que fomenten “el realismo del contacto con la naturaleza”. También se profundizará en las artes y se anticipa que los alumnos podrán profundizar en prácticas como el teatro o el canto, con mención incluida al canto litúrgico.

La universalidad de la Iglesia, condensada en Incarnatio

Lo académico, artístico, artesanal y natural se complementará con una marcada guía espiritual que vertebrará todo el curso en torno a la liturgia.

En este sentido, Hadjadj mencionó que habrá misa diaria, presencia de sacerdotes y representantes de multitud de comunidades religiosas, que además de lo litúrgico, lo sacramental y académico, buscarán desde su variedad de procedencias y espiritualidades reflejar la universalidad de la Iglesia, llamando a comprender que su riqueza es “mucho mayor que el carisma de tal o cual comunidad”.

“A Philanthropos vienen dominicos, jesuitas, carmelitas, cistercienses, diocesanos… En la Iglesia debemos ser modelo de unidad en la diversidad. Nuestro modelo de unidad es un modelo trinitario, asique debemos enseñar esta pedagogía. Igual que tienes una sensibilidad y puedas ser más cercano a ella, como cristiano se debe estar abierto a otras”, explicó.

A lo largo de la presentación, de lo expresado por Hadjadj se desprendían ecos que resonaban a proyectos o iniciativas como el Programa Pearson de humanidades o la Opción Benedictina y sus aplicaciones colaterales.

Tanto directivos del proyecto como el propio filósofo francés remarcaron que, pudiendo haber semejanzas, el modelo es otro.

"Cultivo de la tierra, cultura de la mente y culto a Dios"

Preguntado al respecto, lo que sí mencionó Hadjadj es la sintonía de Incarnatio con la espiritualidad benedictina, que él profesa y practica como oblato de la abadía de Solesmes.

En San Benito, explicó, hay una relación con el cultivo de la tierra o una forma de querer acoger toda la creación en la liturgia. La orden benedictina no es mendicante, sino productiva, y también ha sido modelo para el Distributismo de Chesterton, que contempla a la familia como un lugar de producción y no de consumo, al contrario de lo que sucede actualmente.

“Hay un modelo benedictino, una familia espiritual donde se trabaja con las propias manos, donde se reza a Dios y donde se medita la Palabra con los Padres de la Iglesia. Sí hay un modelo, la relación del cultivo de la tierra, la cultura de la mente y el culto a Dios”, remarcó.

"Completamente inédito"

Miembros de la dirección complementaron la respuesta de Hadjadj en torno al modelo de una iniciativa que busca ante todo responder a un “desafío”, el de “hacer verdaderos cristianos que vayan al mundo”.

“Es un retiro temporal para luego volver al mundo. No es solo formación intelectual de criterios, también es práctica y comunidad. El modelo es la comunidad benedictina pasado por los colegios mayores medievales, donde hay una convivencia marcada por la transmisión del saber imitando el modelo gremial”, agrega la organización. 

El desafío del proyecto Incarnatio, concluyó Hadjadj, es “que inteligencia se desarrolle en un marco comunitario, técnico, práctico, que permita el verdadero realismo. Que permita a los jóvenes marcados por los smartphones volver a encontrar su mano, su cuerpo, los ritmos del mundo y vivir de nuevo el sueño, la semilla de la Palabra, que viene del mundo sin ser del mundo, y que hará surgir algo completamente inédito”.

José María Carrera, ReL

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