
Aunque el 14 de septiembre se celebra en la Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa y en algunas confesiones protestantes la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, en otros países también se recuerda esta fiesta el día 3 de mayo.
La fiesta del 14 de septiembre
El calendario del Martirologio Romano recuerda que esta celebración va situada al día siguiente de la dedicación de la basílica de la Resurrección, que fue erigida sobre el Sepulcro de Cristo en el año 335, después de que santa Elena encontrara el lugar.
De acuerdo con el sitio Vatican News, santa Elena hizo que su hijo el emperador Constantino derribara los edificios paganos construidos por los romanos en el Gólgota; entonces tuvo lugar el prodigioso descubrimiento de la verdadera Cruz: y para comprobar que fuera la auténtica, se dice que el cadáver de un hombre recuperó milagrosamente la vida al depositarlo sobre la madera de la Cruz.
En recuerdo a santa Elena, la fiesta de la Santa Cruz se celebra el 14 septiembre.
La fiesta del 3 de mayo
La Santa Cruz es la señal distintiva del cristiano, porque es la gloria y la exaltación de Cristo, que murió por todas las personas para salvarnos del pecado y alcanzarnos la vida eterna.
Y en países de Latino América, los trabajadores de la construcción festejan el 3 de mayo asistiendo a Misa, pidiendo bendiciones para su trabajo y la obra en la que estén laborando y acudiendo al templo con cruces de madera.
San Pablo escribe en la Carta a los Filipenses 2, 6-11:
"Él, que era de condición divina,
no consideró esta igualdad con Dios
como algo que debía guardar celosamente:al contrario, se anonadó a sí mismo,
tomando la condición de servidor
y haciéndose semejante a los hombres.
Y presentándose con aspecto humano,se humilló hasta aceptar por obediencia la muerte
y muerte de cruz.Por eso, Dios lo exaltó
y le dio el Nombre que está sobre todo nombre,para que al nombre de Jesús,
se doble toda rodilla
en el cielo, en la tierra y en los abismos,y toda lengua proclame para gloria de Dios Padre:
'Jesucristo es el Señor'».
Señal de victoria
La Cruz fue castigo injusto, supuso dolor y fue la muerte de Cristo, pero significó el paso previo para que Dios llevara a cabo nuestra Redención con la Resurrección posterior.
Además, el Señor ha prometido que vendrá al final de los tiempos llevando la cruz en señal de victoria.
En "La peregrinación de la monja Egeria" se recoge una tradición que indica que en el año 628 el emperador romano de Oriente, Heraclio, recuperó la Cruz, que estaba en manos de los persas.
Estos, al apoderarse de ella, la habían llevado a Ctesifonte después de ocupar Jerusalén en el año 614.
Heraclio, al querer devolver la cruz a su lugar decidió tomarla y llevarla triunfante. Pero conforme avanzaba se le hacía más pesada, hasta tal punto que ya no podía con ella.
Le indicaron entonces que si quería alcanzar la cima, debía despojarse de sus vestimentas y de la parafernalia.
Es la lección que puede aplicarse cualquier cristiano a su vida, al seguir las palabras de Cristo en el Evangelio:
"El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga.
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará".
Lc 9, 23-24
También hoy es momento de crecer en la fe recordando aquella otra frase del Señor en el evangelio de san Juan, 12, 32:
"... Y cuando yo sea levantado en alto sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí".
¿Cómo se celebra este día en Latinoamérica?
Dolors Massot, Aleteia
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