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“Fortnite es mi rival ahora mismo”, afirmaba apesadumbrado recientemente el entrenador de los New York Knicks, David Fizdale, técnico de uno de los equipos más emblemáticos de la NBA. Achacaba los malos resultados de la franquicia al bajo rendimientos de los jugadores debido a la adicción a este conocido videojuego de combate. “Hacemos mucho hincapié en la importancia del descanso con los chicos porque todo pasa mientras duermes: la recuperación de tu cuerpo y el crecimiento del músculo. El descanso afecta al tiempo de reacción, a la toma de decisiones y todo eso”, agregaba.
El lamento de este entrenador define lo que está ocurriendo con el fenómeno del Fortnite, un videojuego fácilmente descargable en móviles y tabletas y con versión online al que juegan decenas de millones de personas en todo el mundo, buena parte de ellos menores de edad. Los casos de gran exposición y adicción se han convertido en un problema de primer orden entre los padres y los propios centros educativos, donde ven las consecuencias físicas y sociales de este juego de moda.
Conocidos casos de adicción
Afecta también a muchos adultos, como por ejemplo al exfutbolista del Real Madrid Mesut Özil, al que acusan de haber tardado mucho más en recuperarse de su lesión y problemas de espalda debido a que juega diariamente hasta 7 y 8 horas seguidas al Fortnite.
En Inglaterra ha habido mucha polémica por la recuperación de Özil, actual jugador del Arsenal
Sin embargo, la gran preocupación está centrada en los millones de niños que juegan sin control y durante horas a este juego. Muchos tienen 7, 8 o 9 años, y se está produciendo un alarmante número de casos de adicción que tienen que estar siendo tratados en centros especializados. Pero incluso los que no llegan tan lejos preocupan a padres y profesores, que tratan de enfrentarse a este problema global.
Acoso sexual y otros peligros
A las consecuencias comunes de la adicción a las pantallas que provoca Fortnite como son la falta de sueño, mal humor, agresividad, empeoramiento de los resultados académicos, incluso déficit de atención e hiperactividad hay que añadir el aislamiento social, aunque jueguen entre amigos. De hecho, muchos de estos niños y adolescentes no salen a la calle para conectarse cada uno desde su casa y participar en las misiones bélicas. Pero el otro problema de aislamiento que se está dando en los colegios es hacia los compañeros que no juegan, y que tienen dos salidas, o sentirse rechazados o seguir la estela del grupo.
Pero además, este videojuego trae consigo otro gran peligro del que no son del todo conscientes los padres: que sus hijos sean acosados y contactados por depredadores sexuales.
Se han producido casos de acoso sexual a menores debido a la propia naturaleza del juego, ya que se puede conversar y chatear a tiempo real con otros jugadores, y el chat de texto no se puede bloquear. Este hecho entraña riesgos añadidos porque abre las puertas de par en par para entrar en contacto con los menores.
Precisamente, uno de los aspectos más llamativos del juego es que se puede participar con desconocidos que hablan entre sí por micrófonos, y es extremadamente común que detrás de muchos de los personajes haya una voz de niño.
¿Por qué es tan atractivo para niños, jóvenes y adultos?
¿Por qué tiene tanto éxito este videojuego y está enganchando de esta manera a niños, adolescentes e incluso a adultos? La psicóloga y terapeuta de Proyecto Hombre en Baleares, Joana María Solano, que además es responsable nacional de Ciber, un programa que trata la dependencia a las nuevas tecnologías, afirma que existen varios factores que combinados hacen de este juego una máquina perfecta de adicción.
En una reciente entrevista en El Periódico de Ibiza y Formentera recalca que ahora es Fortnite, pero en unos meses será otro juego el que cause estragos. Considera que existen varios factores que explican el éxito de este videojuego. “El primero –explica- es que se puede jugar en cualquier dispositivo, no hace falta tener una gran consola o un gran ordenador. Después, es gratuito, y hay una publicidad enorme de los youtubers. Hay vídeos de gente jugando durante horas con millones de reproducciones. Después, hay mucho merchandising: camisetas, mochilas… Los niños lo piden para estar a la moda. Otros aspectos son sociales: jugar con los amigos, sentirse aceptados…”.
Muchos expertos coinciden en que Fortnite está diseñado con todos los componentes necesarios para ser adictivo, y a ello contribuye el hecho de la interactuación y de las partidas grupales, ya sean entre amigos, o con completos desconocidos.
Esta partida de Fortnite que el youtuber español 'El Rubius' subió a Youtube tiene más de 17 millones de visualizaciones
Se cree que entre un 3 y un 5% de los menores de 25 años que juegan al Fortnite son adictos de manual tras analizar su tolerancia, síndrome de abstinencia, un pensamiento recurrente de jugar... En opinión de esta experta, “la línea entre uso y abuso no es sólo cuestión del tiempo, también tiene que ver con el autocontrol –si son capaces de dejarlo cuando deben, seguir los límites marcados- y con las cosas que dejan de hacer por jugar al videojuego, incluso comer”.
Joana María Solano se remite a casos que está tratando en Baleares, una población total de algo más de un millón de personas donde el abuso de Fortnite se traduce en: “primero empiezan verbalmente a insultar, el siguiente paso es empezar a romper mobiliario y, después, ya vendría la agresión a los padres. Estas reacciones van en escalada si no se paran a tiempo”.
Niños de 8 años en consulta
Sobre el perfil de los jóvenes adictos al Fortnite, esta psicóloga habla de los casos que le van llegando a través de Projecte Home. “El perfil es muy joven, desde 8 hasta 14 o 15 años. Hay una amplia mayoría de chicos, pero también nos llegan chicas. El nivel socioeconómico de la familia es medio-alto, y suelen hacer referencia a una falta de presencia parental de calidad. Se sienten solos”, específica Solano.
Sobre las consecuencias que se pueden producir a nivel cerebral y de habilidades, esta experta informa que “hay muchos estudios que alertan de que la sobrestimulación del cerebro genera tolerancia. Estamos hablando de que hay niños de 6 y 7 años que juegan al Fortnite. Es un juego muy visual, muy rápido, tienes que estar siempre alerta. Al principio apabulla, pero si un niño se acostumbra, después necesita esta sobrestimulación porque si no, se aburre. Y si no recibe esa estimulación de un videojuego, puede buscarla en otras sustancias. También se ha demostrado que las nuevas generaciones de niños tienen una falta de empatía tremenda porque pasan muchas horas con juegos violentos. Y después está el problema de que los más pequeños no diferencian la realidad de la ficción, y hablan con normalidad sobre el asesinato a los rivales del día anterior”.
En esta misma línea incide Daniel Lloret Irles, especialista en conductas adictivas y profesor de la Universidad Miguel Hernández, afirma que “estamos atendiendo a niños con problemas de comportamiento debido a la sobreexposición a los videojuegos y en un estudio detectamos que el 1,5% de los adolescentes entre 13 y 17 años padecían adicción”. Este porcentaje se eleva a entre el 2 y el 8% si se habla de juego excesivo. Este experto añade que “la evidencia acumulada demuestra una reiterada asociación entre problemas de conducta y niveles abusivos de juego (tres o más horas diarias), de manera especial cuando los contenidos son violentos”.
Javier Lozano / ReL
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