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domingo, 30 de noviembre de 2025

10 ideas de Adviento para católicos atareados: puedes aprovecharlas y ver las que os encajan mejor

La corona de Adviento en casa puede ayudar a orar y crear el ambiente adecuado. En la imagen, su bendición en la iglesia.

La corona de Adviento en casa puede ayudar a orar y crear el ambiente adecuado. En la imagen, su bendición en la iglesia.

Muchos católicos sienten que el Adviento se les escapa: la Navidad lo devora, es más corto que la Cuaresma. Debería incluir momentos de tranquilidad y reflexión, de preparación espiritual, pero suele estar colonizado por actividades prenavideñas y cenas de empresa y gestiones para la familia.

Mike Jordan Laskey, director de los ministerios Life&Justice en la diócesis de Camden, New Jersey, publicó en el NCRonline.org algunas ideas de Adviento para "católicos atareados".

1. Lee algo devocional, corto, cada día... coméntalo con más gente

Puedes juntar a tu familia, o a tu cónyuge, y leer juntos cada día algo muy breve de tema espiritual.

También es posible ponerse de acuerdo con unos amigos para leer cada uno en su casa algún librito espiritual y quedar luego todos en alguna casa para comentarlo.

Jordan cuenta que lo propusieron a unos amigos, con poco tiempo, y 10 personas participaron. "La gente tiene hambre de algo de nutrición espiritual, especialmente en estas fechas", concluyó.

2. Consigue ratos para estar en silencio

Adviento es una época cristiana de silencio y cierta oscuridad, en contraste con la Navidad consumista que es alborotadora y llena de luces. Hay que buscar ratos de silencio "que no sean la hora de ir a la cama. Quizá basta con repetir la oración 'Ven, Señor Jesús' en voz baja, lentamente, mientras respiras con los ojos cerrados. Esto se puede hacer en tu cocina, en tu oficina..."

3. Di "no" a tantas invitaciones, está bien hacerlo

No es obligatorio ir a todas las fiestas a las que nos invitan estos días, ni ir al centro comercial continuamente a por regalos. Podemos ir a menos sitios. Sin embargo, padres y abuelos de niños sí deberían acompañarles a algunas actividades importantes de estas fechas. Hay que discernir.

4. Busca música de adviento: canciones que invitan a Jesús

"Ven, divino Mesías", "Enmanuel", etc... son frases que invocan y anhelan la venida de Jesús, que es el gran tema del Adviento.

5. Decora algo ya, un poco

En casa o en otros ambientes de trabajo e iglesia ya puedes poner algunos decorados navideños. Quizá basta con poner el belén. Quizá ya puedes poner el árbol.

6. Pon la Corona de Adviento, enciende sus velas

Esta costumbre se ha extendido por muchas parroquias y puede aplicarse también a las casas. Cada domingo se enciende una vela más hasta la Navidad. La familia, al imitar este gesto visto en la parroquia, toma conciencia de ser "iglesia doméstica".

7. Si tienes niños, léeles textos navideños

Incluso libros de dibujos para niños pequeños, de o tres años, les van a servir mucho, porque luego llegará la Navidad, reconocerán los personajes y las escenas. En los libros ven la historia que se cuenta también en el belén.

8. Sé generoso y apoya obras que trabajan por el Reino y la justicia

Los Reyes Magos viajaban con sus regalos, y también nosotros debemos poder presentar a Jesús nuestras ofrendas de caridad, ayudando a Cáritas, a los misioneros, ayudando a los que anuncian la buena nueva...

9. Puedes confesarte

Hay en EEUU programas de móvil e Internet que registran que en Adviento, como en Cuaresma, se disparan las búsquedas con las palabras "acto de contrición". Mucha gente intenta confesarse en Adviento para llegar "limpio" a la Navidad. El Adviento consiste en prepararse, y sin duda es la mejor preparación posible hacer examen de conciencia y pasar por el confesionario.

10. Recuerda las 3 venidas del Señor Jesús

San Bernardo de Claraval solía predicar sobre las tres venidas de Jesús:

- Jesús vino como Niño en Belén,

- Jesús viene a nuestras vidas hoy,

- Jesús vendrá con gloria en el Día Final

En Adviento, preparamos las tres venidas y reflexionamos sobre las tres.

Al final, todo esto ayuda a ponernos en una actitud de humildad y gratitud ante el Señor, invitar al Espíritu Santo en nuestras vidas y prepararnos para responderle. Ven, Señor Jesús.

ReL

Vea también    Adviento y sus costumbres



León XIV: «Vigilemos sobre nosotros mismos» con la oración, los sacramentos y las obras de caridad

Así lo expresó el Papa en la misa del Primer Domingo de Adviento en Estambul.

León XIV saluda a los fieles en el Volkswagen Arena de Estambul.

León XIV saluda a los fieles en el Volkswagen Arena de Estambul.Vatican Media.

La tercera jornada de León XIV en Turquía concluyó este sábado con la misa del Primer Domingo de Adviento, que celebró en el Volkswagen Arena de Estambul. Entre los presentes en lugar destacado, tanto durante la liturgia como en la procesión de entrada, estuvo Bartolomé, el Patriarca de Constantinopla, en un gesto de unidad que devolverá el Papa el domingo con su asistencia a la liturgia divina en la Iglesia Patriarcal de San Jorge, el lugar donde ambos firmaron una declaración conjunta ecuménica.

Dado que la primera lectura de la misa recoge un texto del libro de Isaías convocando a todos los pueblos a subir al monte del Señor, el Papa empezó su homilía comentando algunas de las imágenes sugeridas en ese párrafo bíblico como forma de meditar "sobre nuestro ser Iglesia".

"Monte elevado sobre la cima de los montes"

La imagen de un monte elevado sobre los demás muestra "que los frutos de la acción de Dios en nuestra vida no son un don sólo para nosotros, sino para todos", pues "la belleza de Sión, ciudad en la montaña... es signo de luz para hombres y mujeres de cualquier origen, nos recuerda que la alegría del bien es contagiosa".

Misa del Papa en el Volkswagen Arena de Estambul, correspondiente al Primer Domingo de Adviento.

Misa del Papa en el Volkswagen Arena de Estambul, correspondiente al Primer Domingo de Adviento.VATICAN MEDIA.

Como ejemplo, señaló el de los apóstoles: San Juan Bautista acercó a San Juan Evangelista al Señor, y lo hizo junto a San Andrés, quien a su vez arrastró a su hermano San Pedro

Todo ello es "una invitación a renovar en la fe la fuerza de nuestro testimonio", porque "el encanto de la santidad (es) un signo más elocuente que muchos milagros". Decía San Juan Crisóstomo, recordó el Papa, que “el prodigio fue y pasó, pero la vida cristiana permanece y edifica continuamente”.

  • La misa del Papa este sábado, en un minuto.

Por tanto, "si realmente queremos ayudar a las personas con las que nos encontramos, vigilemos sobre nosotros mismos". ¿Cómo? "Cultivemos nuestra fe con la oración, con los sacramentos, vivámosla coherentemente en la caridad, desechemos las obras de las tinieblas y vistámonos con la armadura de la luz". Pues "el Señor, a quien aguardamos glorioso al final de los tiempos, viene cada día a llamar a nuestra puerta. Estemos preparados con el compromiso sincero de una vida buena".

"Un mundo en el que reina la paz"

"¡Con qué urgencia percibimos hoy esta llamada! ¡Cuánta necesidad de paz, de unidad y de reconciliación hay a nuestro alrededor, y también en nosotros y entre nosotros! ¿Cómo podemos contribuir a responder a esta exigencia?", se preguntó el pontífice.

En este punto, León XIV reiteró el símil que usó el jueves en la Biblioteca Nacional de Ankara, cuando acudió al logotipo del viaje, que es el puente que cruza el estrecho del Bósforo.

Son ahora tres puentes, en realidad, que son "tres grandes estructuras de comunicación, intercambio y encuentro; imponentes a la vista, pero tan pequeñas y frágiles si se comparan con los inmensos territorios que conectan". 

Esto nos hace pensar, añadió, en que la importancia de nuestros esfuerzos por la unidad discurren en tres niveles: "Dentro de la comunidad, en las relaciones ecuménicas con los miembros de otras confesiones cristianas y en el encuentro con los hermanos y hermanas que pertenecen a otras religiones".

Hay que "cuidar estos tres puentes", apuntó, "reforzándolos y ampliándolos de todas las formas posibles".

  • El primero son las cuatro tradiciones litúrgicas (latina, armenia, caldea y siria) que conviven en el ámbito católico "cada una de las cuales aporta su propia riqueza espiritual, histórica y de experiencia eclesial". En ese sentido, "compartir estas diferencias puede mostrar de manera eminente uno de los rasgos más bellos del rostro de la Esposa de Cristo: el de la catolicidad que une". Pues "la unidad que se consolida en torno al altar es un don de Dios y, como tal, es fuerte e invencible, porque es obra de su gracia".
León XIV y Bartolomé I, Patriarca ortodoxo de Constantinopla, han multiplicado a lo largo de los dos últimos días sus gestos de sintonía.

León XIV y Bartolomé I, Patriarca ortodoxo de Constantinopla, han multiplicado a lo largo de los dos últimos días sus gestos de sintonía.VATICAN MEDIA.

  • El segundo puente es la perspectiva ecuménica, pues "la misma fe en el Salvador" nos une "con todos los hermanos y hermanas que pertenecen a otras Iglesias cristianas". Uno de los promotores de ese camino fue San Juan XXIII, recordó el Papa Prevost, muy vinculado a Turquía porque  entre 1935 y 1945 fue administrador del Vicariato Latino de Estambul.
  • Y el tercer "vínculo" es "el que nos une a los miembros de comunidades no cristianas": "Vivimos en un mundo en el que, con demasiada frecuencia, la religión se utiliza para justificar guerras y atrocidades", dijo, y por eso "queremos caminar juntos, valorando lo que nos une, derribando los muros del prejuicio y la desconfianza, favoreciendo el conocimiento y la estima mutua" para convertirnos en "artífices de paz".

Retomando la imagen del puente que salva dos continentes, el Papa concluyó su homilía pidiendo que "mantengamos siempre la mirada fija en sus orillas, para amar con todo el corazón a Dios y a los hermanos, para caminar juntos y poder encontrarnos todos, algún día, en la casa del Padre".

ReL






3 aspectos del Adviento que cambiarán nuestra Navidad


 

A veces, ante las circunstancias de la vida, nos alejamos de nosotros mismos y de Dios. A veces por orgullo o curiosidad; otras por irresponsabilidad o aburrimiento; o porque estamos decepcionados y desanimados. Esto nos hace caer en la cuenta de que nuestra vida se compone, muchas veces, de distancias y retornos.

Aún hoy, existen enemigos que nos empujan a alejarnos de nuestro hogar: la injusticia, la rebeldía, la traición, la desconfianza. Situaciones que nos hacen huir o distanciarnos.

El pueblo de Israel, así como nosotros, experimentó el exilio, la salida. Así como ellos huyeron, nosotros huimos también y, cuando miramos atrás, nos damos cuenta de que estamos más lejos de lo que pensábamos.

El Adviento es tiempo para regresar. Dios quiere que preparemos el camino pues su deseo es siempre llevarnos de regreso. Es Él quien quiere encontrarnos; es Él quien viene a nosotros. Nunca ha dejado de buscarnos, incluso cuando hemos distorsionado el sentido de nuestra vida. La palabra de Dios llega, se encarna, toma forma en la historia, en la concreción de cada una de nuestras vidas.

1. Historia de desierto y lucha 

La historia del pueblo de Israel fue una historia dolorosa, una historia caracterizada por la lucha, el poder, el destierro y la duda de que Dios verdaderamente estuviera con ellos.

El mundo antes de la llegada de Cristo estaba en conflicto, nada parecía estar claro. Sin embargo, incluso en ese tiempo lleno de dificultades, llega la Palabra de Dios e ilumina con su claridad al mundo. Hoy llega también y quiere transformar nuestra historia.

2. Una voz que nos invita a regresar

Llega a través de la voz de Juan el Bautista. Se acerca a nosotros desde la paradoja: en la voz del hijo de un mudo. Ayer como hoy, Dios nos sigue demostrando que en los lugares más inesperados se encuentra su salvación.

Juan trae la palabra donde no hay nadie: en el desierto. Si queremos escuchar esa palabra debemos alejarnos de los lugares de poder, de los lugares de conflicto, y trasladarnos a donde aparentemente no hay nada.

Ir al desierto significa ir a nuestra historia, recordar, volver a nosotros mismos. Israel atravesó el desierto en su viaje hacia la tierra prometida. El desierto fue el lugar donde experimentó grandes miedos, pero también fue el lugar donde vivió los momentos más importantes de su relación con Dios: recibió la ley y selló la alianza de profunda unión con Él. El desierto, para nosotros hoy en este Adviento, es una tierra sin cultivar, la posibilidad de un nuevo camino.

3. Aceptar la Palabra

Hoy también Juan nos invita a ir a nuestros desiertos para enderezar nuestros caminos y darle un sentido nuevo a nuestra vida. Nos invita a llenar los barrancos de nuestras decepciones y desánimos, nos llama a bajar las montañas del orgullo que nos impiden ver al Señor. Necesitamos allanar un poco las formas rocosas de nuestro corazón, la desconfianza en la que corremos el riesgo de quedar atrapados.

La Voz y el Verbo (Juan y Jesús) vienen hacia nosotros, nos hablan, depende de nosotros crear las condiciones para que esta Palabra sea escuchada. Regresemos, allanemos el camino, busquemos a Dios. No porque todo vaya bien en nuestra vida, sino para permitir que, en medio de nuestra crisis, rebeldía y confusión, el Señor nos lleve por un camino nuevo: el de su salvación.

Luisa Restrepo, churchpop

Vea también     Consejos y Propósitos
para vivir el Adviento


¿No es la mejor homilía? Esto es lo que hay que hacer

 

De vez en cuando, nos encontramos con una homilía que no nos dice nada. Para estas ocasiones, te mostramos cómo podemos responder con oración y amor

Vas a Misa y, al momento de la homilía, el sacerdote comienza a describir su reciente fiesta de cumpleaños —quiénes asistieron, cómo la preparó— en lugar de hablar de algo espiritual. Es ahí, cuando te preguntas: "¿Vamos a escuchar algo sobre las lecturas de la Misa de hoy?".

Afortunadamente, situaciones como esta son muy poco frecuentes. Pero de vez en cuando, y por muchas razones diferentes, sucede que nos encontramos con una homilía que no nos dice nada. (Aunque los sacerdotes son instrumentos del Espíritu Santo, obviamente son personas como nosotros, ¡y todos podemos tener días malos!).

La Iglesia nos dice que las homilías deben ayudarnos a comprender las lecturas de las Escrituras y a aplicarlas a nuestras vidas para que nos parezcamos más a Cristo. El Papa Benedicto XVI escribió una vez:

"La homilía es un medio para dar vida al mensaje de las Escrituras de una manera que ayude a los fieles a darse cuenta de que la palabra de Dios está presente y actúa en su vida cotidiana".

Pero a veces no encontramos ese tipo de predicación. ¿Qué se puede hacer si la homilía no te deja ningún tipo de reflexión espiritual?

Marcos Pou método viral de Cristo

Te mostraremos unos consejos por algunos predicadores y a su vez que esperan de nosotros al ser participes de la Santa Misa:

1Tanto si te gusta la homilía como si no, ¡reza por el sacerdote!

El padre Paul Scalia conocido por sus buenas homilías impactantes y memorables, compartió lo que le gustaría que la gente supiera sobre las homilías:

"Creo que la gente debería rezar por sus sacerdotes mientras predican. Ya saben, él es el instrumento de la Palabra de Dios que llega a cada uno de nosotros. Deberían rezar para que sea un instrumento eficaz".

Por lo que, si un día escuchas una homilía que no te convence del todo, puedes ofrecerla al Señor y orar por el sacerdote que esta predicando.

2Busca las "migajas" de la mesa de Dios

Otro gran homilista es el padre Mark Bernhard, de la parroquia de Notre Dame. Compartió una poderosa observación extraída de una clase que tomó una vez con el erudito bíblico Scott Hahn.

"Alguien le preguntó sobre la predicación. Él mismo había sido predicador protestante y probablemente podía dar una homilía mejor que la mayoría de los sacerdotes. Dijo que, como feligrés, cuando escucha una homilía, la aborda como un mendigo que busca las sobras de la mesa.

Dijo que nunca había habido una homilía de la que no pudiera sacar ni siquiera un pequeño fragmento que el Señor quisiera darle. Se acercaba a las homilías con esta humildad y con la expectativa de que 'el Señor me va a alimentar aquí, aunque solo sea con una pequeña migaja'".

Buscar incluso el más mínimo mensaje espiritual es una forma hermosa de abordar las homilías que no te dicen mucho.

3Prepárate y reza por tu cuenta

Hábitos para misa con hijos

El padre Lee Brokaw, del Centro Católico Newman de San Juan de la Universidad de Illinois, es otro predicador dotado. Anima a las personas a prepararse para la Misa con la lectura, el aprendizaje y la oración, para que puedan sacar el máximo provecho de las Escrituras y la homilía.

"Cuanto más nos esforcemos, más obtendremos. Cuanto más nos preparemos, por ejemplo, leyendo las lecturas con antelación, más podremos sacar provecho de la predicación. Esto es válido tanto para el sacerdote como para los fieles. En el caso del sacerdote, necesitamos dedicar tiempo a estar con Jesús en la capilla cuando nos preparamos.

Pero también en el caso de los fieles, pueden entrar y empezar a rezar la Lectio Divina por su cuenta y realmente empezar a adentrarse en la Palabra durante la semana, de la misma manera que un sacerdote rezaría las Escrituras y se prepararía. Y entonces es cuando realmente empezarán a ver cómo la Palabra de Dios está viva y activa".

Cerith Gardiner, Aleteia

 Vea también    Momentos de la Santa Misa