
John Henry Newman se convirtió al catolicismo desde el anglicanismo y fue creado cardenal en 1879, canonizado en 2019 y proclamado doctor de la Iglesia en 2025.
La proclamación el 1 de noviembre de San John Henry Newman como doctor de la Iglesia ha servido para recordar su influencia indirecta durante siglo y medio a través de las importantes conversiones que siguieron y siguen a la suya.
Uno de los estudios de referencia sobre esta cuestión es Escritores conversos [Literary Converts], de Joseph Pearce, quien ha consagrado abundantes artículos y libros a la mayor parte de esos conversos.
Pero pronto habrá otro título esencial. El 6 de enero sale a la venta Converts [Conversos], publicado por la Universidad de Yale. Su autora es Melanie McDonagh, doctora en Historia por la Universidad de Cambridge y colaboradora sobre cuestiones religiosas en grandes medios británicos como The Spectator, The Times, The Daily Telegraph, Evening Standard o Catholic Herald.

'Converts' de Melanie McDonagh
El objeto de este estudio son setenta años prodigiosos, los que discurren desde 1890 a 1960, cuando lo católico se convirtió en una corriente poderosa que propició la conversión de más de medio millón de británicos (ateos, agnósticos o anglicanos), entre los que destacaron extraordinarios artistas, escritores y filósofos.
¿Qué les movió a dar este paso? Es lo que analiza McDonagh acudiendo a las fuentes primigenias, como sus obras o el testimonio de sus descendientes, para profundizar en sus razones, en las reacciones públicas y de familiares y amigos y en la figura sacerdotal que suele haber detrás de cada caso impulsando y acompañando la conversión.

Distribución temporal de algunos conversos católicos británicos en el periodo 1890-1960. En negrita, la fecha de su conversión.
En una reciente entrevista de Silvia Guzzetti en Avvenire, McDonagh, de origen irlandés, apunta cómo la lectura de Newman fue decisiva, por ejemplo, en la conversión de Oscar Wilde prácticamente in articulo mortis en 1900, al inicio de esas siete décadas, o en la de la novelista Muriel Spark (autora de La plenitud de la señorita Brodie) en 1954, a su final.

Melanie McDonagh, autora de 'Conversos'.
Pero no todo fue Newman.
McDonagh apunta otras cinco razones que movilizaron hasta 600.000 miembros de la comunidad anglicana a ingresar en la Iglesia, a un ritmo de 2.000 al año a principios del siglo XX y de 16.000 al año a las puertas del Concilio Vaticano II.
- Primero, el impacto de la Primera Guerra Mundial. Los capellanes católicos, urgidos por la necesidad de dar los sacramentos (principalmente la confesión y la extremaunción), se movilizaron para acudir a primera línea del campo de batalla, mientras que los pastores anglicanos, afirma la autora, atendían espiritualmente en los cuarteles de retaguardia. Esa diferencia reforzó su credibilidad.
- En segundo lugar, también vinculado a la Gran Guerra, "el catolicismo ofrecía la posibilidad de rezar por los muertos, algo tan importante en tiempos de guerra, un culto que no existe en la parte evangélica de la Iglesia de Inglaterra, sino solo entre la minoría de los anglicatólicos".
- Una tercera razón es que en los 'felices años 20', de gran incertidumbre económica en una sociedad que vivía una inquietud "febril", la Iglesia católica "garantizaba enseñanzas ciertas y directrices claras", convirtiéndose en un recinto de seguridad doctrinal y certidumbre moral en medio del caos.
- Cuarto punto: muchos ingleses de clase alta que se sentían atraídos por el catolicismo "se encontraban rezando en la misma iglesia junto a sus mujeres de la limpieza de origen irlandés". Una autenticidad en la fe que se reforzaba con el alto precio que algunos conversos tenían que pagar si abandonaban la Iglesia anglicana. McDonagh cita el caso del propio Wilde, cuyo tío, cuando sospechó de su cercanía al catolicismo -en el que había sido bautizado, aunque lo abandonó por completo durante casi toda su vida-, le rebajó la herencia de 2.000 libras a 100.
- Por último, una quinta causa, al menos en el caso de escritores como Graham Greene (El poder y la gloria) o Evelyn Waugh (Retorno a Brideshead), es que para el novelista "el tema del bien y del mal, típico del catolicismo", explica Melanie, "ofrecía un horizonte más profundo e interesante que el aburrimiento de la cotidianidad".
- C.L., ReL
- Vea también Espiritualidad de la Conversión: Volver a Dios, Volver a la Iglesia
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