Aquí podemos ofrecer sólo unos cuantos aspectos
de las mil maravillas de la Santa Misa
Redescubrir la importancia de la Eucaristía. |
S.S. Benedicto XVI |
La falta de disposición impide nuestra transformación. |
Cuando el Señor halla un alma así dispuesta, entregada del todo y sin reserva a su divino querer, se manifiesta en ella con aquella virtud divina que por no encontrar obstáculo ninguno, obra maravillas de santidad. La carencia de esa disposición requerida para que la unión sea más íntima es la razón de que muchas almas adelanten tan poco en la perfección, aunque comulguen a menudo. Cristo no encuentra la docilidad sobrenatural que reclama para obrar libremente en ellas; sus afectos están divididos y repartidos entre Dios y las criaturas, por el apego voluntario que conservan a su vanidad, a su amor propio, a su susceptibilidad, a su egoísmo, a sus celos, a su sensualidad, cosas todas que impiden que la unión entre ellas y Cristo se realice con esa intensidad, esa plenitud mediante la cual se realiza de un modo total y perfecto la transformación del alma. Beato Dom Columba Marmión |
Vivía en total recogimiento la Santa Misa. |
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La Eucaristía es el secreto de los Santos. |
Beato Juan Pablo II |
Carne de mi carne y Sangre de mi sangre. |
Si Adán pudo llamar a Eva al ser ella sacada de su costilla: "hueso de mis huesos y carne de mi carne" Gen 2, 23, no puede la Virgen María aun con mayor derecho llamar a Jesús: "¿Carne de mi carne y Sangre de mi sangre?". Tomado de la "Virgen intacta", la Carne de Jesús es la carne maternal de María; la Sangre de Jesús es la sangre maternal de María. Así pues, no será nunca posible el separar a Jesús de María Santísima. Santo Tomás de Aquino |
Jesús vivo, verdadero y realmente presente en la Eucaristía. |
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Excelente disposición para comulgar. | |
Beato Dom Columba Marmión | |
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Queridos hermanos y hermanas, pidamos al Señor que nos ayude a redescubrir la importancia de alimentarnos no sólo de pan, sino de verdad, de amor, de Cristo, del Cuerpo de Cristo, participando fielmente y con gran conciencia en la Eucaristía, para estar cada vez más íntimamente unidos a él.
Sor Crecencia (una hna. de Congregación) dijo: La hna. Santa Faustina Kowalska vivía la Santa Misa en total recogimiento sin ver nada de cuanto estaba a su alrededor. Tenía una devoción inmensa por el Santísimo Sacramento. Cuando estaba ante la Eucaristía oraba con profundo fervor y con la mirada fija y ardiente en Jesús. En todos los momentos libres corría a visitar a Jesús Sacramentado.
La santidad es fruto de la Eucaristía porque ésta es su fuente. Sólo quien está en comunión con la vid, Jesús Eucarístico, puede ser un sarmiento fecundo. Veamos la vida de los santos, testigos elocuentes de esta verdad: La Eucaristía es el secreto de los santos. Es la escuela en donde se forjan las grandes almas.
La Carne y la Sangre de Jesús son la carne y la sangre maternal de María Santísima.
Un día alguien dijo a Santa Teresa de Ávila: ¡Si tan sólo hubiese vivido en el tiempo de Jesús, si tan sólo le hubiese visto y le hubiese hablado! Santa Teresa le respondió: Pero ¿acaso no tenemos ante nosotros a Jesús vivo, verdadero y realmente presente en la Eucaristía?
Disposición excelente es procurar con diligencia no rehusar nada a Cristo: un alma que habitualmente se halla dispuesta a desechar de sí todo aquello que en algo puede herir la vista del Divino huésped, y a cumplir siempre su voluntad adorable, está admirablemente dispuesta para recibir la acción del Sacramento.
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