Mientras se temía por el riesgo de sequía y ola de calor, algunos jóvenes peregrinos llegaron a Roma el lunes por la tarde bajo un auténtico aguacero… ¡quizá como forma de darles la bienvenida con un ritual de aspersión natural! El tiempo volvió a suavizarse, y se espera que el sol continúe durante toda la semana: con unos 30 grados al mediodía y 18 grados por la noche, el riesgo de enfermedades relacionadas con el calor parece estar remitiendo. Pero la aventura no ha hecho más que empezar, y aún nos esperan muchas sorpresas. "Está claro que el Maligno no quería que llegáramos a Roma", confía un sacerdote, cansado tras 40 horas de difícil viaje en autocar, jalonado de numerosos contratiempos técnicos y logísticos.
La oportunidad de ver al nuevo Papa
María y Kathleen, que llegaron el domingo tras un viaje tranquilo, son de Houston (Texas). "Es importante para nosotros, jóvenes católicos, reunirnos, especialmente en estos tiempos de tensión, y tener un momento para volver a los fundamentos del catolicismo: amor, bondad, pasar tiempo juntos", dice Kathleen. "También es una oportunidad para ver a nuestro nuevo Papa americano", añade María, que admite que no siempre es fácil para los jóvenes identificarse como católicos en Estados Unidos.

Su amigo Joseph, de Atlanta, matiza este punto de vista. "Es un hecho universal que la fe está siendo atacada, pero por lo que puedo ver, tenemos comunidades fuertes y vibrantes, con una vuelta a las formas tradicionales de piedad como el rezo del rosario, la adoración eucarística… En mi comunidad, puedo ver que la devoción está creciendo", dice.
Yutzil, una profesora de inglés mexicana, cuyo nombre de pila la vincula a sus raíces náhuatl, está encantada de vivir esta "experiencia de fe en un lugar muy importante de nuestra religión, y de conocer a otros creyentes católicos de todo el mundo".

Samuel, también mexicano, es ya casi un "veterano" de los encuentros internacionales, pues ha completado el "grand slam" al participar en todas las JMJ recientes: Madrid 2011, Río 2013, Cracovia 2016, Panamá 2019 y Lisboa 2023. Este Jubileo de la Juventud le dará por fin la oportunidad de descubrir Roma, una ciudad que le fascina sobre todo por su arte sacro.
"Hay mucho arte en cada calle, en cada esquina hay una Virgen diferente", se entusiasma este técnico informático con sensibilidad estética, seducido también por otra dimensión más inesperada de Roma: "¡Hay fuentes por todas partes de las que se puede beber agua fresca!".
Revivir la experiencia de la JMJ en Lisboa
Para algunos, la llegada a Roma fue también la ocasión de conocer a las familias italianas que habían cedido algunas habitaciones, camas y colchonetas para que los jóvenes pudieran pasar una semana inmersos en la cultura local. "Nuestras familias de acogida son muy agradables", dice Manon, una estudiante de logopedia de 18 años de Lens, en el norte de Francia.
Llegó la semana pasada y es una de los 30 peregrinos que se dirigen a Roma, entre los 300 jóvenes de la diócesis de Arras que participarán en el Jubileo, acompañados por su obispo, Mons. Olivier Leborgne. La joven vino con Elise, una estudiante de Derecho de Lille, que ya participó en la JMJ de Lisboa. "Manon y yo nos confirmamos juntas en el Liceo Saint-Paul de Lens, y la invité a venir conmigo a Roma para esta experiencia global. En Lisboa fue extraordinario ver la unidad de la Iglesia y el encuentro de todas las culturas", recuerda Elise, que espera volver a vivir la misma experiencia, y tal vez ver algunos de los rostros que conoció en la JMJ de Lisboa.

Su amiga Inès, que acaba de terminar un contrato en una micro-guardería y busca trabajo, afronta esta aventura con el asombro de descubrir una gran ciudad y un nuevo entorno. "Es realmente la primera vez que vengo a un encuentro así, no conocía a nadie del grupo", explica, encantada de haber hecho ya algunos nuevos amigos durante las largas horas de viaje en autocar desde el norte de Francia.
Stacy, estudiante de administración económica y social de la región de Béthune, también vive su primera experiencia en un encuentro internacional. "Recibí los sacramentos de la Primera Comunión y la Confirmación el mes pasado, y realmente espero experimentar algo poderoso que fortalezca mi fe y me acerque a Jesús. Me bautizaron de niño, pero no fui al catecismo. Ahora estoy descubriendo toda la fe y me siento mucho más feliz", confiesa la joven, que muestra una conmovedora mezcla de timidez y valentía en su fe.
Olga, una joven psicóloga hondureña, es una trotamundos que ya ha viajado por 35 países, con especial predilección por Italia y Roma, que considera "la cuna del catolicismo". Habiendo oído hablar de Roma cuando era niña, durante el Jubileo del Año 2000, está especialmente contenta de poder vivir este Jubileo para los jóvenes. "Nunca habría imaginado que podría vivir este acontecimiento en persona, aquí mismo, 25 años después", afirma entusiasmada. Así como hubo una generación "Roma 2000" que forjó amistades duraderas, la generación "Roma 2025" se orienta al comienzo de una semana que promete ser rica en encuentros y descubrimientos humanos y espirituales.
Cyprien Viet, Aleteia
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