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domingo, 27 de julio de 2025

Celebrar el Domingo


 

Bulle

Benedicto XVI
papa 2005-2013
Homilía, en la celebración eucarística, de la 20 Jornada Mundial de la Juventud, 21/08/05


Hacer que Cristo sea el Señor de nuestro sabbat

La Eucaristía forma parte del domingo. En la mañana de Pascua, primero a las mujeres, después a los discípulos, el Señor les hizo la gracia de verle. Desde entonces han sabido que el primer día de la semana, el domingo, sería un día dedicado a Él, el día de Cristo. El día en que comenzó la creación sería el día de su renovación. Creación y redención van juntas.
Eso es lo que hace que el domingo sea tan importante. Es bueno que, en nuestros días, y en muchas de nuestras culturas, el domingo sea un día libre, o bien que, con el sábado, lleguen a constituir eso que llamamos ahora el «fin de semana» libre. De todas manera, ese tiempo libre, permanece vacío si Dios no está presente.
¡Queridos amigos! Alguna vez, al principio, puede ser que nos sea incómodo el deber de dejar un lugar para la Misa en el programa del domingo. Pero si tomáis este compromiso, podréis constatar también que es precisamente ella es la que da el justo centro al  tiempo libre. De ninguna manera os dejéis disuadir de participar en la Eucaristía del domingo, y ayudad también a los demás a descubrirla. Puesto que de ella se desprende el gozo del cual tenemos necesidad, seguramente hemos de aprender a comprender siempre y cada vez más, su profundidad, hemos de aprender a amarla. ¡Comprometámonos en este sentido, vale la pena! Descubramos la profunda riqueza de la liturgia de la Iglesia y su verdadera grandeza: no es que hagamos una fiesta para nosotros, sino todo lo contrario, es el mismo Dios viviente quien prepara una fiesta para nosotros.(EDD)

Oración

Gracias Señor por este nuevo día, la llegada del domingo nos recuerdo el inicio de una nueva semana, de un nuevo caminar, de cerrar etapas, la oportunidad de un caminar diferente. Dame Señor sabiduría para entender tu voluntad, para descubrir tus caminos. Dame fuerza de voluntad para saber abrazar mi cruz de cada día y aprender a verla como instrumento de salvación. Dame la gracia de saber poner el mayor amor posible en cada acción, en cada palabra, por pequeña que parezca, pues para ti Señor no hay obra pequeña, todo depende de la intensidad de amor con que se realiza. Muéstrame Señor el camino, dime por donde caminar, pues tú eres Señor nuestro refugio, el camino, la vida, Amén. (Pbro.Tavo).

(midiocesis)

















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