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martes, 1 de julio de 2025

70 alfombras de flores decoraron las calles de Ecuador para recibir la procesión del Corpus Christi


 

Miles de fieles se congregaron este sábado en Quito (Ecuador) para celebrar la solemnidad del Corpus Christi. El Santísimo Sacramento recorrió las calles del Centro Histórico, adornadas con 70 alfombras florales, una hermosa tradición que cada año rinde homenaje a Jesús Eucaristía.

La celebración inició con la Santa Misa presidida por el Arzobispo de Quito, Mons. Alfredo Espinoza Mateus, en la Basílica del Voto Nacional, una de las iglesias más representativas del país. Al finalizar la Misa, 280 monaguillos encabezaron la procesión, mientras hacían sonar las campanas.

En su homilía, Mons. Espinoza recordó el verdadero sentido de esta solemnidad:

“Celebramos con alegría esta Fiesta de Corpus Christi, la Fiesta del Cuerpo y de la Sangre de Cristo; Fiesta que está en la mente y en el corazón de los creyentes. Vivamos esta Fiesta como una ‘Fiesta del amor’. Nuestro recordado Papa Francisco decía que, ‘Este Pan desatará en nosotros la fuerza del amor’”.

Tras la celebración litúrgica, la procesión del Santísimo Sacramento recorrió varias calles del Centro Histórico, cuidadosamente decoradas por los movimientos laicales de la capital.

Las 70 alfombras, de diez metros de largo por tres de ancho, fueron elaboradas con flores, una hermosa tradición, que cada año llena de color y fe el corazón de la ciudad.

“La custodia utilizada durante la procesión fue la misma que se utilizó en el 53° Congreso Eucarístico Internacional, celebrado en la capital en septiembre del año pasado, reforzando así la continuidad del testimonio de que la Arquidiócesis de Quito es una ‘gran tienda eucarística’”, indicó la Arquidiócesis de Quito.

La jornada culminó con la bendición con el Santísimo Sacramento desde el atrio de la Catedral Metropolitana. La Plaza Grande se encontraba completamente llena: los fieles, de rodillas y con velas encendidas, adoraban en silencio a Jesús Eucaristía.

Según el sitio oficial del Congreso Eucarístico Internacional 2024, las alfombras de flores son parte esencial de esta expresión de fe:

“Las alfombras de flores constan en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, registradas por la UNESCO.  También Quito, que es la primera ciudad en el mundo en haber sido reconocida como Patrimonio Cultural de la Humanidad conserva esta tradición, que se realiza año a año en la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo o Corpus Christi”.

Mira algunas fotos y videos de las hermosas alfombras

Harumi Suzuki, ChurchPOP

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Nuevo estudio: El Rosario rivaliza con la meditación moderna en beneficios para la salud mental


 

En una era en la que las aplicaciones de mindfulness dominan los teléfonos inteligentes y los estudios de meditación proliferan en las esquinas urbanas, un nuevo y revolucionario estudio internacional sugiere que la antigua práctica católica de rezar el Rosario puede ofrecer beneficios para la salud mental comparables a las técnicas de meditación de inspiración oriental.

La investigación, publicada en el Journal of Religion and Health, también desafía las suposiciones sobre prácticas tradicionales como el Rosario, revelando hallazgos sorprendentes sobre quiénes lo rezan realmente en 2025.

Thomas Philipp Reiter, ACI

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de comprobada eficacia


















7 pasos fáciles para volver a la Iglesia cuando no te atreves: «El último banco puede ser tu aliado»

 

Cuando has pasado mucho tiempo alejado, aparecen las dudas y los miedos

Antes de volver a la Iglesia físicamente, puedes comenzar por leer un salmo,
escuchar música cristiana.

Volver a la Iglesia después de haber pasado mucho tiempo fuera no siempre es fácil. De hecho, suele ser en el momento previo a dar el paso de regresar cuando aparecen los miedos y las inseguridades.

"Pero, si ya no conozco a nadie... ¿volveré a ser aceptado?... o, peor,¿me acosarán para que vuelva todos los días?"... son muchos los miedos que atenazan a la persona que siente la necesidad de regresar a Dios pero no se atreve

A continuación, enumeramos siete sencillos pasos que se pueden seguir en esa situación:

1. Reconoce lo que estás sintiendo

Aceptar que tienes un deseo de volver a la iglesia —aunque también haya dudas, miedo o vergüenza— es un primer paso muy valioso. No lo ignores, escúchalo y aprécialo, es el primer paso para poder cambiar de vida.

2. Reza desde el lugar en el que te encuentres

No quieras convertirte rápidamente en un exégeta con el derecho de dirigirse a Dios. Él, sinceramente, no lo necesita, prefiere a un hijo pródigo, que le hable con sus propias palabras

De hecho, tampoco necesitas estar "preparado" para rezar. Puedes decir algo tan simple como: "Dios, tengo el deseo de volver, pero no sé cómo. Ayúdame", con eso es más que suficiente.

3. Puedes empezar a volver de otras maneras

Antes de volver a la Iglesia físicamente, puedes comenzar por leer un salmo, escuchar música cristiana o rezar y ver una misa por Internet. Es una forma suave y personal de volver a sentirte cerca de Dios. Esto te irá preparando para dar el paso final de regresar plenamente.

4. Busca una comunidad donde te sientas acogido

Cada iglesia tiene su propio estilo y ambiente. Puedes investigar con calma, preguntar a personas de confianza, mira en redes sociales. No pasa nada si vuelves a un lugar que sintonice más con tus gustos, con tu sensibilidad y donde te sientas más en paz.

5. Ve sin expectativas ni compromisos

Si decides asistir a la Iglesia, al principio hazlo con libertad. Puedes entrar, sentarte al fondo y simplemente mirar lo que ocurre en silencio. Nadie espera que participes de todo el primer día. Solo estar allí ya es un acto valiente.

6. Habla con alguien que te escuche sin juzgar

Es muy útil poder hablar con un amigo que sea creyente, un familiar o incluso un director espiritual puede ayudarte a sentirte acompañado. Compartir lo que sientes en esos momentos puede darte mucha claridad y ánimo.

7. Sé paciente contigo mismo

Volver a la iglesia es un proceso muy personal. No te presiones ni te castigues si sientes miedo. Dios no te pide que llegues perfecto, solo que vuelvas con el corazón abierto.

ReL

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a la Iglesia Católica





Evangelio del día




 

Libro de Génesis 19,15-29.

Al despuntar el alba, los ángeles instaron a Lot, diciéndole: "¡Vamos! Saca a tu mujer y a tus dos hijas que están aquí, para que no seas aniquilado cuando la ciudad reciba su castigo".
Como él no salía de su asombro, los hombres lo tomaron de la mano, lo mismo que a su esposa y a sus dos hijas, y lo sacaron de la ciudad para ponerlo fuera de peligro, porque el Señor tuvo compasión de él.
Después que lo sacaron, uno de ellos dijo: "Huye, si quieres salvar la vida. No mires hacia atrás, ni te detengas en ningún lugar de la región baja. Escapa a las montañas, para no ser aniquilado".
Lot respondió: "No, por favor, Señor mío.
Tú has sido bondadoso con tu servidor y me has demostrado tu gran misericordia, salvándome la vida. Pero yo no podré huir a las montañas, sin que antes caigan sobre mí la destrucción y la muerte.
Aquí cerca hay una ciudad - es una población insignificante - donde podré refugiarme. Deja que me quede en ella, ya que es tan pequeña, y así estaré a salvo".
Entonces él le respondió: "Voy a complacerte una vez más: no destruiré la ciudad de la que hablas.
Pero apúrate; refúgiate en ella, porque no podré hacer nada hasta que llegues allí". Por eso la ciudad recibió el nombre de Soar, que significa "pequeño poblado".
Cuando el sol comenzó a brillar sobre la tierra, Lot entró en Soar.
Entonces el Señor hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego que descendían del cielo.
Así destruyó esas ciudades y toda la extensión de la región baja, junto con los habitantes de las ciudades y la vegetación del suelo.
Y como la mujer de Lot miró hacia atrás, quedó convertida en una columna de sal.
A la madrugada del día siguiente, Abraham regresó al lugar donde había estado en la presencia del Señor.
Cuando dirigió su mirada hacia Sodoma, Gomorra y toda la extensión de la región baja, vio un humo que subía de la tierra, como el humo de un horno.
Así, cuando Dios destruyó las ciudades de la región baja, se acordó de Abraham, librando a Lot de la catástrofe con que arrasó las ciudades donde él había vivido.

Salmo 26(25),2-3.9-10.11-12.

Examíname, Señor, y pruébame,
sondea hasta lo más íntimo de mi ser;
porque tu amor está siempre ante mis ojos,
y yo camino en tu verdad.

No me incluyas entre los pecadores
ni entre los hombres sanguinarios:
ellos tienen las manos llenas de infamia,
y su derecha está repleta de sobornos.

Yo, en cambio, procedo íntegramente:
líbrame y concédeme tu gracia.
Mis pies están firmes sobre el camino llano,
y en la asamblea bendeciré al Señor.

Evangelio según San Mateo 8,23-27.

Jesús subió a la barca y sus discípulos lo siguieron.
De pronto se desató en el mar una tormenta tan grande, que las olas cubrían la barca. Mientras tanto, Jesús dormía.
Acercándose a él, sus discípulos lo despertaron, diciéndole: "¡Sálvanos, Señor, nos hundimos!".
El les respondió: "¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?". Y levantándose, increpó al viento y al mar, y sobrevino una gran calma.
Los hombres se decían entonces, llenos de admiración: "¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?".

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

Bulle

Carta a Diogneto (c. 200)
§7 ; PG 2, 1174-1175


«¿Quién es este, al que el viento y el mar le obedecen?»

Porque no fue una invención terrenal, como dije, lo que les fue encomendado, ni se preocupan de guardar tan cuidadosamente ningún sistema de opinión mortal, ni se les ha confiado la dispensación de misterios humanos. Sino que, verdaderamente, el Creador Todopoderoso del universo, el Dios invisible mismo de los cielos plantó entre los hombres la verdad y la santa enseñanza que sobrepasa la imaginación de los hombres, y la fijó firmemente en sus corazones.
No como alguien podría pensar, enviando, a la humanidad, a un subalterno, o a un ángel, o un gobernante, o uno de los que dirigen los asuntos de la tierra, o uno de aquellos a los que están confiadas las dispensaciones del cielo, sino al mismo Artífice y creador del universo, por quien Él hizo los cielos, y por quien Él retuvo el mar en sus propios límites, cuyos misterios, ordenanzas, observan todos los elementos fielmente, de quien, el sol, ha recibido incluso la medida de su curso diario para guardarlo, a quien la luna obedece cuando Él le manda que brille de noche, a quien las estrellas obedecen siguiendo el curso de la luna, por el cual fueron ordenadas todas las cosas y establecidos y puestos en sujeción, los cielos y las cosas que hay en los cielos, la tierra y las cosas que hay en la tierra, el mar y las cosas que hay en el mar, fuego, aire, abismo, las cosas que hay en las alturas, las cosas que hay en lo profundo, las cosas que hay entre los dos. A éste les envió Dios.
¿Creerás, como supondrá todo hombre, que fue enviado para establecer su soberanía, para inspirar temor y terror? En modo alguno. Sino en mansedumbre y humildad fuae enviado. Como un rey podría enviar a su hijo que es rey (cf Mt 21,37); Él le envió como enviando a Dios; le envió a Él como, un hombre, a los hombres; le envió como Salvador, usando persuasión, no fuerza; porque la violencia no es atributo de Dios. (EDD)

Oración

Señor amado, tú conoces lo más íntimo de mi ser y sabes cómo me siento en este momento. Son muchas las emociones dentro de mí que me hacen sentir ansiosa/o y desesperada/o. ¡Necesito de ti, Padre! Necesito tu presencia y tu paz. Tu Palabra dice en 1 Pedro 5:7 que puedo depositar mi ansiedad en ti, porque tú cuidas de mí. Te entrego mi ansiedad en este momento, la pongo toda en tus poderosas manos, sabiendo que tú me amas y te interesas por lo que me sucede.

Yo no sé cuál es la solución para mis problemas. Lo que sí sé, es que necesito de tu ayuda para no perder la paz en medio de esta situación. Revélate a mi corazón de una forma especial, Padre amado. Ayúdame a ser sensible a tu voz y al mover del Espíritu Santo para superar este momento aferrado a ti. Calma mis emociones, por favor. Levanta esta carga de mis hombros. Te entrego todo lo que está causándome ansiedad, no quiero cargarlo más. Ahora abro mi corazón y mis oídos a tu voz, para recibir tus palabras de ánimo y esperanza. ¡Háblame, Señor! En el nombre de Jesús, amén.

"Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes." (1 Pedro 5:7)

(bibliaon.com)